Santa Claus Nicaragüense habla:
“LOS NIÑOS SON
RETAZOS DE AURORA”. Por: Filadelfo Martínez. En: Novedades, viernes 23 de
diciembre de 1966.
*Yo los quiero mucho y espero que ellos también me quieran…”
Don Melico Maldonado, el anciano que se gana la vida como el
Santa Claus “vivo” trabaja intensamente durante todo el mes de diciembre y se
pasa los otros meses del año recluido en la Biblioteca que tiene en su casa en
Masaya.
Nació hace 67 años en esta ciudad, donde actualmente se
encuentra el edificio del Banco de América.
Eran sus padres el Dr. Manuel Maldonado, ilustre poeta
consagrado por Rubén Darío, y la señora Carlota Bermúdez de Maldonado.
Refiriéndose a Managua dice: “Aquí están mis primeros amores
y cariños de la infancia”. Aludiendo a Masaya
la llama “mi pueblo adoptivo”.
En Masaya le dicen “El Bonachon Melico”, pero la niñez
nicaragüense ya lo ha consagrado como Santa Claus.
--“Deseo que llegue a mis manos lo que voy a ocupar en todo
el año para vivir decentemente y con honradez”, dice.
Don Melico Maldonado ha vivido fuera del país durante 25
años.
Recordando su salida de Nicaragua, expresa: “Cuando todo
estaba horrible allá por el año 20, crucé el Mar Pacífico, como en un sueño,
podríamos decir como Marcos Polo.
Y así llegó a los Estados Unidos en donde trabajó de todo
–dice— pero siempre honradamente. “Gran parte de mi juventud permanecí en la
América del Norte, agrega, hasta que retorné a mi Patria cargado de años y de
canas”.
SU BARBA Y SANTA CLAUS
Recuerda el Bonachón Melico que en ningún instante de su
vida se la había ocurrido que podía llegar a representar a Santa Claus.
Sin embargo –no hace mucho—una amiga suya de Masaya quedó observando su barba y
repentinamente le dijo que perfectamente podía representar a Santa Claus.
--“Fue Alma Gutiérrez la que bondadosamente me hizo Santa
Claus”, dice.
Añade: Ella me regaló un traje escarlata y me obsequió un
cheque para unos cuantos días y de pronto me convertí en Santa Claus.
--“Mi pelo es largo y mi barba también y además blanca, de
ermitaño de cinco años en la montaña”, afirma adoptando una pose solemne.
Con mi vestido, con mi barba, mi bastón y mi campana me sentí
valiente y este año di el salto al comercio de Managua, donde en realidad “la
catarata de plata es sonante y sonora”.
--“Mi barba es larga y legítima”, repite para aplastar
cualquier duda o rumor.
--“El éxito de mi trabajo se lo debo también al comercio de
la capital que me ha abierto sus puertas”, agradece.
NUEVO TRAJE
Mientras el periodista tomaba los apuntes necesarios para su
reportaje don Melico soltó la primicia. Está preparando un nuevo traje. Será de
seda, con más escarlata y más armiño. Con luces brillantes, podríamos decir,
intermitentes.
Lo usará el último día. “El día que termina todo –dice—.
Porque cuando comienza la vida prosaica, se acabó la fantasía”.
--“Le doy las gracias a doña Alma Gutiérrez, a quien he
dicho que ella me embrocó en esta aventura artística, pero también monetaria,
puesto que me ha servido de mucho, ya que las casas comerciales han sido
clientes bondadosos pagándome bien”, afirma.
Después de advertir que él representa a Santa Claus,
considerando esto como un deber, afirma que el Bonachón Santa Claus, significa
el símbolo del amor.
Dirige un mensaje de amor y cariño a los niños de Nicaragua.
Dice que ha visto a tantos niños por todos lados. En la Colonia 14 de
Septiembre, en otros barrios de la ciudad, en el salón lujoso, en las calles de
Managua y en fin por todas partes.
--Mi satisfacción es que los niños vean a Santa Claus vivo
que como en un sueño, les da abrazos, besos y regalos”.
A los niños, Santa Claus “vivo” los llama “retazos de
aurora, y la única candidez que existe”, porque el resto es de “hipocresía y
nulidad”.
Agrega, “porque la vida, sólo se concreta al vil metal y la
niñez tiene la candidez de la pureza”.
“Adoro a todos los niños y espero que ellos me quieran a mi
sinceramente”, termina diciendo.
“SANTA CLAUS” NICA:
EL PERSONAJE Y EL HOMBRE. En: Extra semanal, No. 68. 23 de noviembre
de 1969.
Se llama Manuel Maldonado y es hijo del famoso poeta de su
mismo nombre y, salvando la distancia poética entre ambos, siente también la
vocación de la poesía.
Desde hace cinco años ha hecho famoso el personaje “vivo” de
Santa Claus en las calles de Managua y ha convertido su especial habilidad para
caracterizar al santo de los regalos y la felicidad infantiles, no sólo en un
atractivo más de las fiestas navideñas en la ciudad, sino que en un método
propagandístico efectivo que utilizan numerosas casas comerciales, así como en
una especie de promoción anual de sus ingresos, ganados con una bonhomía que
hace evocar, con nostalgia, la vieja Managua de los personajes pintorescos, y
la vida apacible y rural.
En Masaya 1969, ya ha firmado su primer contrato de trabajo.
El propio 20 de noviembre, Melico Maldonado deja su
vestimenta de ciudadano común y corriente y se convierte en el adorado Santa
Claus de los niños. Es entonces cuando vive intensamente la caracterización que
al final de una vida agitada lo ha venido a hacerse sentir un hombre alegre y
dichoso, bonachón y sencillo.
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Antes de que Melico Maldonado se encontrara con Santa Claus,
por muchos rumbos lo había conducido la rosa náutica de los vientos barredor en
trasatlánticos norteamericanos: office boy en hoteles de USA, capataz de
marinos… Fue allá por 1909 cuando el viento duro de la política criolla hizo
caer del poder a Zelaya y la caída política de aquel dictador afectó la vida
familiar de los Maldonado, pues el poeta era uno de los partidarios más fieles
del viejo gobernante liberal… Los Maldonado tuvieron que marcharse a los
Estados Unidos. En Estados Unidos, Melico casó con Haydée D᾽Arbelles y procreó su
familia; pero a la muerte de su padre, la nostalgia de la Patria, el dolor de
la soledad lo hizo volver… Fundó una biblioteca en Masaya, biblioteca que
posteriormente fue cerrada por órdenes militares. La casa (que sólo ocupaban
los libros) se volvió sospechosa de quién sabe qué cosa. Cinco mil volúmenes
fueron tirados a la calle y se perdieron y con ellos el esfuerzo de “Santa
Claus” para dotar a su ciudad de un centro en donde fueran a leer,
gratuitamente los que quisieran…
Hace cinco años, doña Alma Gutiérrez de Padilla, de Masaya,
tuvo la idea de aprovechar el aspecto de por sí parecido de Melico con Santa
Claus para personificar a éste y animar un negocio de Supermercado.
Desde entonces, Melico Maldonado se convirtió nada menos,
como él dice en el “representante del Niño Dios” ante los ojos y en la
imaginación de los niños nicaragüenses.
Desde entonces también las principales casas comerciales de
Managua requieren sus servicios. Entre sus clientes se cuentan Carlos Cardenal,
Dreyfus, la Kodak, la Cristalería de don Alberto Sánchez, el Festival del
Calzado, El Colonial, Discolandia, la Casa de Modas de doña Lola Vigil de
Argüello (Q.E.P.D.).
A partir del 20 noviembre, Melico Maldonado, o Santa Claus,
comienza una intensa actividad que se inicia a las 7 de la mañana en un
restaurante y concluye a las 10 de la noche en un almacén. Durante todas esas
horas, el “Santa Claus” criollo anima, estimula, alegra y hace sentir el
ambiente navideño con su imagen, sus palabras y sus gestos. Mantiene la vieja tradición
managüense que siempre contó con figuras que se convirtieron en algo así como
parte del ambiente mismo de nuestra ciudad.
A estas horas Melico Maldonado tiene ya varios contratos.
A partir de hoy se le verá nuevamente con su clásica
indumentaria de Santa Claus, su bastón, su gorro rojo y sus barbas naturalmente
blancas… Y será una figura más de esta época de especial alegría y entusiasmo.