jueves, 31 de julio de 2014

EL PRIMER BARCO DE REGULAR CALADO QUE REMONTÓ LAS AGUAS DEL RÍO ESCONDIDO PARA CARGAR MERCANCÍAS

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Tomado de Internet 
Nota del Editor del Blogspot: 

El puerto El Rama o Puerto "Arlen Siú", está localizado en el curso del Río Escondido; comunica con la Bahía de Bluefields a través de un recorrido de 90 kilómetros, hasta el Puerto del Bluff, en el Mar Caribe de Nicaragua.  De acuerdo a la División Política, pertenece a la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS). Para llegar a ese puerto fluvial es necesario recorrer 294 kilómetros desde Managua. Desde ese puerto se envía mercancías hacia puertos de América Central, Estados Unidos y Europa

Según estadísticas del año 2009, proporcionadas por el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), desde el puerto Arlen Siú, Nicaragua envía  el 8% del total de las exportaciones nicaragüenses. Un total de 15 embarcaciones ingresan desde el Caribe hasta el puerto, entre ellas,  dos buques internacionales por semana y 15 embarcaciones comerciales nacionales y, dos veces al mes ha ingresado un buque venezolano encargado de llevar vaquillas; sin embargo, la primera vez que un barco de regular calado remontó las aguas del Río Escondido ocurrió en 1964.  Conozcamos ese acontecimiento de nuestra historia: 

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PRIMER BARCO REMONTA AGUAS DEL ESCONDIDO. En: La Prensa, 4 de Septiembre de 1964.

Probablemente desde los tiempos de Colón, no es sino hasta ahora que un barco de navegación marítima deja de lado un puerto de mar para internarse en las aguas del río Escondido, a fin de tomar en ellas un embarque de exportación.

Esto ocurrió, según La Información, semanario de Bluefields, cuando el vapor Eskimo, de nacionalidad puertorriqueña, arribó hasta el propio muellecito de La Esperanza, sobre el río Siquia, donde se le cargó con noventa toneladas de carne refrigerada, con destino a la isla borinqueña.


La mercadería fue llevada de Managua, procedente del Matadero Modelo, en seis trailers, por la carretera al Rama, hasta el pequeño puerto. 
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lunes, 28 de julio de 2014

EL ATABAL GRANADINO


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EL ATABAL: UNA JOYA PERDIDA DEL FOLKLORE NACIONAL. Por: Guillermo Bendaña M. En: La Prensa, Julio de 1963.

Una antigua tradición española convertida en una de las más preciadas herencias de nuestros colonizadores ha desaparecido.
Nuestra hidalga y noble ciudad de Granada, guardó durante siglos una costumbre pintoresca, el Atabal, el sonar de sus tambores fue motivo de inspiraciones, para poetas, pintores y literatos.

Los “puesilleros” descalzos, sombrero de palma, que se inspiraban mil veces con el “musáceo” guaro y chicha fuerte repartidos en las “recibidas”, hacían brotar la copla improvisada la “puesilla” atabalera, chistosa, ocurrente, satírica a veces, que en el silencio de la noche se escuchaba a la distancia como un grito de la propia alma del pueblo.

Las húmedas y frescas noches de octubre en Granada se hicieron para el Atabal y para los atabaleros y trasnochadores que lo acompañaban tras el conocido TRAGO DE AGUARDIENTE, CHICHA DE COYOL, sonido onomatopéyico que el pueblo traduce de uno de los sones arrancados al bombo y a los tambores.

Los instrumentos del Atabal, como los otros equipos de nuestro folklore, los guarda un mayordomo que tiene potestad de heredarlos a la persona que él crea más indicada para continuar la tradición con entusiasmo y celo, por lo general un miembro de su familia.

Desde principios de Septiembre comenzaban los “ensayos”, que se efectuaban en un patio adecuado y revestían toda la seriedad como le correspondía a nuestra sinfónica tamboril y cómo podría haberlo exigido el Maestro Delgadillo con sus solistas.

Los toques del Atabal son varios. Unos 15 tambores y un bombo pueden hacer maravillas con los bolillos, ejecutados por expertos palilleros y redoblantes. El más popular es el “callejero”, de acelerados compases, es el son de caminar; suena muy parecido al escape del motor de una motonave.

Mientras iba por las calles el Atabal, los “puesilleros” iban improvisando sus  poesías, con las que saludaban a los vecinos por donde pasaban, sacando a relucir apodos, murmuraciones, agradecimientos, etc.

Aaaaaahhhhhyyyyy
Por aquí viven los micos
y también los Mondragones,
la mujer de Marenquito
es la de los pantalones.

Para recibir el Atabal (esto se hacía para promesas) se le avisaba al Mayordomo y el recibidor dejaba colgada en la puerta de su casa una lámpara tubular encendida, señal de que allí era la cosa. Después de visitar el templo o atrio de la Iglesia de San Francisco, donde se venera la imagen de la Virgen del Rosario, en cuyo honor salía el Atabal, y exaltar sus favores, daban comienzo a las visitas.

Aaaaaahhhhhyyyyy
Vigencia del Rosario
aquí te va mi oración,
para que nos acompañes
y nos eches tu bendición…

Al llegar a la casa del “recibidor” se iniciaban las “puesillas” en honor al promesante, con saludos par su familia, luego las “puesillas” tomaban cualquier curso. Momentos después estaban las puertas abiertas y todo el vecindario acudía a presenciar el toque y a divertirse. Los tambores formando un círculo ejecutaban los toques; en dicho círculo se incluían los alumbradores, dos hombres que portaban arriba de un palo sendas lámparas tubulares. Creo que estos personajes han reemplazado a los achoneros o alumbradores de la época oscura de la colonia.

A esta altura ya había salido el primer litro de guaro. Cada atabalero andaba colgada en la cintura una botella de a litro, en donde echaban la mayor pare del licor que les daban; no podía haber borrachera, por lo que se ingerían únicamente los “necesarios”; luego venían los nacatamales, la cajeta y otros obsequios que alcanzaban también a los puesilleros, incluyendo su media cuarta. Una limosna para la “Chayito” y una salva de morteros y cohetones anunciaba que la promesa había sido cumplida.

Paraban los tambores cuando el puesillero imponía silencio con el tradicional grito: ¡Aaaaaayyyyy…!

Esta cajeta que me han dado,
no me quita la gana,
parece barro mojado,
pásame la “sorbetana”.

Y cómo aplaudiendo la inspiración del puesillero, a quien la cajeta de leche que le dieron no le pareció muy gustosa, repicaban los tambores: PAN–PAN RATAPAN-PAN: PAN PAN y una nueva voz gritaba agregando un nuevo verso a la noche atabalera y el arrabal. El Atabal era una antología de poetas, callejeros sin nombre, pero poetas de ingenio y de gracias popular.

Dicen que el Atabal tuvo su origen en Granada, España, cuando con ruido metido por cientos de tambores fueron desalojados los moros de un fuerte que había sido tomado por ellos y de mucha importancia para los españoles. Eso tuvo lugar un 19 de octubre, día consagrado a la festividad de N. S. del Rosario en cuyo honor salía el Atabal. Funda la Sultana quisieron los andaluces imprimir en nuestra ciudad tal tradición y he aquí que no sembraron en mala tierra, porque al igual que la “yegüita”  y la pomposa celebración de la Purísima se mantuvo por siglos.

El Atabal no es simplemente una peregrinación callejera y bulliciosa; es algo más que cualquier otra manifestación folklórica de Nicaragua, ya que para su realización entra en juego el ingenio y el talento y aunque sus producciones poéticas sean simples, son al fin manifestaciones de la cultura literaria popular, que si bien no es trascendental, es poesía y valioso juego del ingenio. Personas de refinada cultura iban también tras el Atabal en las noches lluviosas; poetas, escritores, turistas y  gente bien encontraban esas noches la manera de acercarse hasta los poetas de veras que existen ocultos e ignorados dentro del pueblo y del analfabetismo. ¿No hay acaso encanto en una poesía simple, sin gramática, en la que el pueblo sillero dice rimado lo que quiere expresar? Pues eso es, precisamente, el Atabal.

El Atabal debe continuar su trayectoria histórica para que Granada recupere su propio sello tradicional y no debemos permitir que pierda para siempre, lo que es una bella tradición de Granada y de los granadinos. Granada sin el Atabal es una Granada distinta a la que su hermana peninsular nos legara.


Guillermo Torres Sanabria, poeta granadino, atabalero y bohemio de aquéllos tiempos compuso este soneto al Atabal, que creo oportuno incluirlo en esta crónica de ayer:
                  En el silencio negro de la noche serena,
                          pringado de faroles camina el Atabal;
                          deambula por las calles como un ánima en pena
                          y va despertando ecos del lóbrego arrabal.

                          La copla salta aligera, es rápida falena
                          que vuela entre las sombras del aire nocturnal;
                          redoblan los bolillos, el tambor resuena
                          y el bombo tiene toses de tísico ancestral.

                          La Virgen del Rosario, su secular Patrona,
                          lo guía, lo protege, lo lleva y lo perdona
                          de todos los deslices que pueda cometer.
                            
                         Y con sórdidos desvelos, con chicha y caña fuerte
                          el Atabal camina… hasta que ya se advierte
                          que rompe el primer rayo de un nuevo amanecer.

Este entretenimiento literario, tiene como principal objetivo invitar a los granadinos a que ese año sea recuperado el Atabal: el Municipio debe patrocinar su recuperación. Que se forme un comité para tal objeto entre los amantes de las viejas costumbres, como el Doctor Alejandro Barberena Pérez Pérez, también invito a Barbosa Valleri de Radio Sport, a Pablo Antonio Cuadra, a Ortega Chamorro y a todos los buenos granadinos que tengan medios de difusión para que se inicie una campaña en pro de la restauración del Atabal, volviendo así por el honor y el respeto a nuestro folklore y por la propia personalidad de nuestra hermosa y altiva Sultana.

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EL ATABAL. Por: Alfredo Cisneros R. (Obrero Tipógrafo). En: Novedades, 27 de Septiembre de 1964.

En el mes de Octubre el fervor católico granadino vuelca su entusiasmo al festejar el novenario a la Virgen del Tránsito.

Octubre recuerda a los granadinos sin discriminación de clase el deber que han contraído con la posterioridad al no permitir que la tradición de El Atabal termine. En mi alegre Granada, de prestancia andaluza, se recuerda con respeto y cariño a los señores don EULALIO ANTOLÍN y GENARO ROBLETO (“los machs”) en estos días, porque ellos descendían hasta el bajo pueblo, a confundir sus personalidades y sus voces.

Hay gratos recuerdos y máximo cariño, para los señores: don EMILIO HURTADO, don ADOLFITO BENARD, don RODOLFO PEÑA y don MINCHO VÉLEZ, que olvidaban su rancio abolengo aristocrático y se salían en esas noches inolvidables a confundirse con la humilde clase trabajadora, al son de los tambores del Atabal.
No podemos olvidar a dos damas granadinas que recibían El Atabal en sus salones aristocráticos; ellas eran: doña MARIA ÚBEDA DE WEIL y doña MERCEDES MENA, quienes al entusiasmo del toque de los tambores y de las voces de los cantores se salían a las puertas y contestaban también los originales versos que les dedicaban los improvisados poetas callejeros.

Recordemos en esta ocasión el gesto de don Vicente Cuadra que fue Presidente de la República, en el período de los 30 años. En su casa señorial sus familiares recibían la visita de El Atabal y se recuerda que en una de tantas noches, los atabaleros llegaron al cantar de los gallos. Al toque de los tambores, como es costumbre, se abrieron las puertas para recibirlos. Empezaron las bombas. El señor Presidente, al darse cuenta dejó el lecho y salió a la calle para que lo mirara su pueblo. Gesto bello e inolvidable.

Al verle en la calle –es lógico— los muchachos se asustaron. Al momento se escuchó una voz juvenil que gritaba:

“…Ha…vámonos muchachos / vámonos con alegría / Antes que amanezca el día.

Y se retiraron llevando la satisfacción de que su Presidente estuvo con ellos.

Dedicamos un recuerdo sentimental a todas las personas que en una u otra forma han contribuido a que esta tradición no termine; en especial a don PEDRO JOAQUIN BONILLA y familia, quienes se han esforzado por mantenerla hasta hoy.

Aprovechamos la oportunidad para recordarle a don Justiniano Ocón, actual Alcalde de la ciudad de Granada y que fue miembro prominente de aquella juventud salerosa y alegre que está en la obligación como Jefe de la comuna granadina, que en este año se festeje, como se merece, el mes de Octubre con su Atabal.

No está demás recordar una copla altamente patriótica del pensar granadino, que nunca olvidará al invasor del 56.

En la Calle Real de Granada / Se está construyendo un puente / con las costillas de un yankee / y la sangre de un valiente.-

A mi juicio, es criminal, acabar con estas costumbres arraigadas en el pueblo y que nuestros aborígenes heredaron de la tradición española.

Septiembre de 1964. 
     
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RITMO DE ATABAL.  Por Fernando López Gutiérrez. En La Prensa, 11 de enero de 2013.


Un breve recorrido histórico y cultural sobre los orígenes del Atabal de Granada y sus personajes

 El Atabal Granadino, cuya existencia se remonta a muchísimos años atrás, y que a nivel nacional se reconoce como un rasgo propio de Granada. Según fuentes consultadas su origen se atribuye presumiblemente a dos versiones no plenamente confirmadas ni claras.

La primera señala su origen entre 1532 y 1542 con la instalación en Granada de la orden de los dominicos devotos de la Virgen del Rosario, orden, que según la tradición oral, recibió de la Virgen María el Santo Rosario para la cuenta correcta de las oraciones. Y trasladan e instalan la celebración en la ciudad.

La segunda versión más verosímil por las referencias documentales es que el Atabal Granadino se remonta al siglo XVIII, alrededor de 1751, época de gran fervor granadino a la Virgen del Rosario, lo cual es confirmado por el obispo fray Agustín Morel de Santa Cruz, al mencionar las multitudinarias procesiones de penitencia dedicadas a la Reina de los Ángeles y su Santísimo Rosario.

Novedad popular

Hace 250 años, de una época de fervor y penitencia en la que la devoción era una novedad popular y bien pudo ser el ámbito en que surge espontáneamente por los pobladores o inducidos por los religiosos, esta forma de expresar el sentimiento religioso, con alborozo y algarabía de sones, por hombres y mujeres vecinos del Convento de San Francisco, pobladores humildes del barrio de Santa Lucía, y sus alrededores, que se han empeñado en mantener la actividad.

Según algunos estudiosos locales esta manifestación religiosa popular ha perdido con el curso del tiempo su íntima esencia religiosa, llegando a una cierta secularización que no rompe plenamente con sus orígenes míticos; proceso que en cierto momento llevó al desconocimiento del Atabal por algunos religiosos que lo tildaron de acción decadente y ajena a los preceptos religiosos originales.

Patrimonio de los granadinos

El Atabal Granadino es una expresión particular resultado de la mezcla o combinación de otras tradiciones o prácticas antiguas, que provienen de distintas culturas fuentes.

Por un lado de los árabes, que es de donde obtiene su nombre que se traduce como tímpano o instrumento de percusión, el cual es transmitido como elemento cultural a la región de España y por medio de la conquista española llega a tierras de América donde se mezcla con las variantes indígenas.


Nuestro Atabal merece la atención de los granadinos para que perdure en el tiempo como lo que es auténtica expresión popular religiosa y cultural.

Con sus épocas de altas y bajas la manifestación se sigue perpetuando en el tiempo como expresión popular de la religiosidad de personas que veneran y se encomiendan a la Virgen del Rosario del Templo de San Francisco.

20 años de tradición

El actual Atabal, bajo la mayordomía de Fernando López Miranda, “El Cabo López”, por espacio de casi veinte años, si bien es cierto no ha vuelto al antiguo tipo de Atabal, al menos ha experimentado un sensible acercamiento a su espíritu original.

Izq.: Don Fernando López Miranda ("El Cabo López")
Y quizás podemos atrevernos a decir, con objetividad, que con su peculiar personalidad y don de gente le ha proyectado su esencial sentido de manifestación folclórica y cultural.

La muestra de ese afán son los actos de manifestación religiosa que actualmente bajo su dirección y la colaboración de varias personas de la ciudad celebran, pese a encontrarse cerrada la iglesia de San Francisco desde hace un año por los trabajos de restauración, pero cuya finalidad lleva implícita su revalorización ante la sociedad granadina que aparenta permanecer ausente, ajena a este esfuerzo que solo es posible mantener con voluntad y recursos. El Atabal mantiene su recorrido los sábados y domingos a las casas de los promesantes.

Los instrumentos

Según Julián N. Guerrero y Lolita Soriano, en su Monografía de Granada, señalan que los instrumentos del Atabal granadino lo componían antiguamente diez tambores, un bombo o tambor mayor, cuatro tambores medianos, cinco tambores pequeños, y un pito indígena, del cual no existe ninguna otra referencia, lo que puede presumirse es una inexactitud de estos estudiosos y que es una equivocada referencia más bien asociada a los instrumentos de la Yegüita de San Juan, la otra manifestación religiosa importante de Granada.

Alejandro Barberena Pérez, en su libro Granada dice que son nueve: cuatro tambores pequeños, cuatro tambores grandes, un bombo. Pero Enrique Peña Hernández, en sus escritos sobre el tema indica que son entre siete y 14 tambores más el bombo. El musicólogo Salvador Cardenal, señala entre dos o 14 compuestos por dos bombos, seis tambores medianos y cuatro tambores pequeños.

Actualmente se han reducido a: cinco tambores y un bombo. Como elementos de acompañamiento de los instrumentos se agregan dos lámparas que junto al atuendo de cotona y sombrero completan una especie de cuadro o escenografía de teatro musical callejero.

Las coplas

Es la típica bomba o composición rimada en cuarteto o redondilla conocida como copla o puesiya, en la que se busca la rima del segundo verso con el cuarto y expresa el ingenio del puesiyero y la sagacidad de componer la rima improvisada con rapidez.

Antiguamente estas coplas estaban exclusivamente referidas a los temas religiosos, en la actualidad se ha desvirtuado o bien ampliado sus temas de referencias, en alusión al promesante, a la Virgen o a la acción que desarrollan en el trayecto de las visitas a los promesantes.

Los sones musicales

En cuanto a los sones subsisten las diferencias entre los investigadores, quienes al igual que en lo referente a la cantidad de instrumentos y naturaleza, difieren en los sones. Peña Hernández en el año 1968 señala que son cuatro sones: Trago de Aguardiente, Chicha de Coyol; Alegre Callejero; Entre Nardos y Cipreces: Son de Palitos.

Barberena Pérez, según referencias de 1971, indica que son cinco sones: Callejero; Trago de Aguardiente, Chicha de Coyol; Entre Nardos y Cipreces; Son de Palitos; Despedida de los Compañeros.
Salvador Cardenal, conforme datos de 1977 apunta que son siete sones: Llamado de Personal o Llamado de Devotos; Iniciación del Callejero o Iniciación de la Marcha; Frente al Altar de María o El Callejero; Trago de Aguardiente; Son de Palitos; Un Bolillo o Son de Promesantes; Paso de Camino.

Según datos proporcionados por el Mayordomo y los atabaleros actuales (1997) se ejecutan los siguientes seis sones: Un Bolillo; Callejero; Trago de Aguardiente, Chicha de Coyol; Paso de Camino; Son de Palitos; Los Bolillos.
                     

jueves, 24 de julio de 2014

DOS EXPONENTES CONTRAPUESTOS: HISTORIA GRANADINA DE "LA CALLE ATRAVESADA" EN LA OPINIÓN DE ENRIQUE GUZMÁN BERMÚDEZ Y DE ALEJANDRO BARBERENA PÉREZ

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LA "CALLE ATRAVESADA"

Del Director y Editor del Blogspot: 

La ciudad de Granada, en 2014, posee otra historia, mucho distante y profundamente distinta del pasado remoto; la de hoy es, ajena a la circunstancia urbanística, económica y social que conocieron los granadinos en los siglos XIX y XX. La ciudad "ha muerto", porque ha sido colapsada por un pseudo emprendimiento y desarrollo turístico donde ya no hay espacio, ni siquiera para encontrar el silencio y el misterio que atrapaban sus calles y avenidas. Junto al trágico vaivén urbanístico y económico, el granadino perdió ese tipo de identidad dotada por la comunicación permanente, lo que llamamos  historia oral,  narrada entre paisanos, entre amigos, de padres a hijos. A petición de amigos lectores, continuamos en el intento de recobrar la memoria escrita, y entre esas dendritas y axones de las fuentes documentales encontramos en nuestro Archivo Histórico, tres artículos sobre un mismo tema: La "Calle Atravesada", cuyos recordados exponentes lo hacen desde diversos ángulos, y no exceptúan la parte ideológica y política; ambos artículos, desde sus propias perspectivas, al final forman un cuerpo histórico, y sin duda sirven para reconstruir la vieja historia granadina, ahora traslapada con muchos "nuevos" habitantes y dueños de inmuebles.. Aunque un tanto extensos, por el contenido estamos seguro que los lectores lo harán de un sólo "tirón" y sin respiro. Inicia don Enrique Guzmán Bermúdez y al final reproducimos el interesante trabajo del Dr. Alejandro Barberena Pérez. 

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Historia y Política Granadina

LA CALLE ATRAVESADA. Por: Enrique Guzmán. En: La Prensa, Enero de 1960.

La Calle Atravesada, llamada también antiguamente calle de Chamorro por tener en ella su casa don Fruto Chamorro (donde hoy está el teatro González). Era costumbre muy generalizada designar una calle por el nombre del personaje que vivía en ella. Así tuvimos calle de Sandoval, calle de Vega, calle de Corral y calle de Guzmán.
No sabemos si fue anterior o posteriormente que se le llamó calle Atravesada juntamente con el nombre de calle de Chamorro hasta que desapareció el patronímico para prevalecer el de Atravesada seguramente por ser la arteria principal que cruzaba todas las avenidas dividiendo la ciudad por su mitad.

En el pasado esta calle levantó templos de Mercurio, usaba la vara de medir y era calculadora mercantil y utilitaria. Sus bodegas repletas de mercaderías abastecían el comercio de la parte oriental del país, y aun de algunas regiones del septentrión del territorio  nacional como Matagalpa, compartiendo con León el proveer de mercaderías al resto de las plazas comerciales de la República.

Su comercio llegó a ser el más pujante de Nicaragua. De donde la calle Atravesada que era la arteria comercial de ese movimiento mercantil y bursátil vino a ser con el tiempo el símbolo de la riqueza y poderío del comercio granadino, y por ende a significar la influencia de los políticos granadinos en los destinos públicos.

En realidad nada tenía que ver lo uno con lo otro, pero los políticos que de todo se aprovechan encontraron en ese símbolo una arma poderosa para valerse de ella como tabú contra Granada y sus hombres.

Vino a remachar el apotegma de don Diego Manuel Chamorro quien recogiendo el guante lanzado contra Granada dijo en célebre brindis que pronunció en Jalteva que “cuando la calle Atravesada deja de influir en los destinos del país, ceden los cimientos de la vida nacional”, aceptando con ello el sinónimo entre la mencionada calle y el partido político conservador.

Una vez establecida la sinonimia no hubo acontecimiento desfavorable al país que no fuera achacado a la influencia de la calle Atravesada en el Gobierno, aunque esta influencia no se hiciera sentir, porque no existía en realidad, como las más de las veces ha sucedido.

Si los productos exportables bajaban en los mercados extranjeros, la calle Atravesada tenía la culpa. Si el cambio subía con relación a nuestra moneda la culpable era la calle Atravesada. El tratado Chamorro-Bryan, la venida de los marinos, la ocupación americana, el incendio de Chinandega, y hasta el terremoto de Managua fueron obra de la calle Atravesada, la que vino a ser como el macho cabrío de los antiguos hebreos sobre el que recaían todas las iniquidades de Israel.

Habiendo el sistema de carreteras cambiado la faz de Nicaragua, más con el crecimiento de Managua como ciudad capital, Granada ha dejado de ser plaza comercial de primer orden, cediendo su puesto a Managua y aún a otras ciudades mejor situadas o que cuentan  con mayor población rural y con mejores tierras de cultivo, viniendo a menos su comercio y debilitándose su calle Atravesada que no involucra en la actualidad lo que antaño representaba por lo que no cabe tomarla como punto de comparación para designar con ella la influencia de un partido político como no sea la de un partido zancudo o de bolsillo sin fuerza ni arraigo en la opinión pública.


La ciudad de Granada en los primeros años de su fundación tenía un perímetro muy reducido el que se ha ido extendiendo con mucha lentitud. La calle Atravesada llegaba por el sur hasta donde está hoy el Mercado y por el norte estaba limitada por el Arroyo, donde comenzaban los terrenos del Domingazo que eran ejidales sobre los cuales disputaba su posesión don Roberto Lacayo, que sostuvo un largo litigio con el Municipio habiéndose por fin arreglado las partes conviniendo el lotear el terreno cediendo el señor Lacayo unos lotes al municipio que son los que ocupa el parque Somoza y otros al oriente que fueron adquiridos por particulares, como el que ocupa la gasolinera Esso Estándar Oil, trazándose el trecho de calle que del Puente conduce a la Estación del Ferrocarril.

El puente sobre el Arroyo lo construyó el maestro de albañilería don Carlos Ferrey bajo la dirección del Ingeniero don Marco Antonio Lacayo. A ese respecto se cuenta que como algunos dudaran de la solidez del mencionado puente, el señor Ferrey con toda su familia se colocó bajo las arcadas en el plan del Arroyo  mientras hacía pasar por encima de la maciza construcción carretas que llevaban pesadas cargas.

La continuación de la calle del puente conduce a la Estación le tocó hacerla al Prefecto don José Miguel Gómez quien hubo de soportar acerbas críticas y de sufrir no pocas contrariedades de parte de afectados en sus intereses por tener que quedar sus casas a un nivel más alto que el de la calle, como si fueran de dos pisos, tal era el desnivel del terreno.

Pero el señor Gómez animado de una recta intención siguió adelante su obra de progreso, seguro de que la posteridad le haría justicia, no tardando en extenderse la ciudad por ese sector con la construcción de buenas casas a lo largo de cinco cuadras en que se prolongó la calle Atravesada.

Por la parte sur también ganó el ornato de la calle de que tratamos urbanizándose esa zona que estaba poblada de barracas, extendiéndose hasta ella el radio del comercio citadino, con la construcción del Mercado en el lugar que hoy ocupa, edificio de sólida y severa arquitectura, que data del año 1890, distante de la Estación del Ferrocarril del Pacífico un kilómetro aproximadamente.

Del Mercado a la Estación, 12 cuadras más o menos, la calle es estrecha, pero de la esquina del Banco Nacional se ensancha hasta llegar a tener un ancho que ha permitido adornarla con bulevares hasta su terminación en el parque Somoza.

Tal es la calle con que ha querido designarse la influencia de Granada como ciudad rectora en los destinos del país.


(El presente artículo forma parte del Opúsculo que sobre la devoción de la Purísima en Granada saldrá a luz oportunamente). 

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Contra el idiotismo y el “lugar común” político.

QUE SE DEJE ENPAZ A LA “CALLE ATRAVESADA”. Por: 
Enrique Guzmán Bermúdez. En: La Prensa, 1º de mayo de 1960.

GRANADA.- El diario “Novedades” al dar cuenta de la llegada a esa ciudad del señor Presidente Somoza D., dice a grandes titulares que “las banderas del liberalismo triunfante recorrieron a lo largo de la Calle Atravesada, antes baluarte del partido conservador”.

Y su corresponsal Barberena Pérez, en la crónica que del ingreso del Presidente envió el mismo periódico, remacha el clavo diciendo: “pabellones rojos del liberalismo se pasearon sobre la histórica Calle Atravesada, otrora símbolo del predominio conservador”.

De modo que tanto el uno como el otro dan por sentado que la calle de la referencia ha sido conquistada por el liberalismo, por lo que es de esperarse que en lo sucesivo no volverán los liberales en sus discursos y periódicos a expresarse de dicha calle en los términos en que lo han hecho, presentándola al pueblo como un tabú cuya maléfica influencia ha sido funesta para Nicaragua, pues no se sabrá a qué Calle Atravesada se refieren, si a la que servía de ciudadela a los conservadores, o a la que, ganada por los gobiernos liberales, “que han desfilado por ella recibiendo las más cálidas manifestaciones de popularidad y simpatía” –según Barberena Pérez— es el más fiel sustentáculo de la política somociana.

¿QUÉ HEMOS GANADO?

Cuando la mencionada calle servía a los intereses de la oligarquía granadina, era mercantilista, sostenía a la llamada Casa Gobernadora, era el sostén de la plutocracia. Ella fue vende-patria, se opuso a que los pobres recibieran instrucción, excepto a J. Trinidad Cajina, Leopoldo y Porfirio Rocha, Candelario Martínez, y ciento más, de humilde extracción social que se formaron en los centros de luz fundados por aquellos gobiernos, como Francisco Alfaro, Doctor Luis Felipe Corea, educados como fámulos en los centros de enseñanza oficiales. La Calle Atravesada del presente es la que sostiene a la dinastía, la que hace que el pueblo sufra hambre y sed de justicia, nunca antes experimentada, la que ha hecho desaparecer el concepto de la verdadera República entre los jóvenes que no han visto más que un hombre en el poder, para sustituir ese concepto con la idea de  una monarquía hereditaria, por el gobierno de unos pocos privilegiados.

Pareciera que la Calle Atravesada no tuviera otro aparente ministerio que el de patrocinar todos los regímenes absolutos, todo régimen nefando, asistiéndolos con su apoyo como siniestra deidad, para mal de los nicaragüenses. Con razón es tan odiada Granada. Si ha sido la alcahueta de todos los malos gobiernos que ha habido.

ERA EL MEJOR EL MODO VIEJO

Pero dinastía por dinastía, nos quedamos con la antigua, que era más disimulada, que no extorsionó al país, que no hizo cambiar su vida republicana, que no mantuvo a la ciudadanía con el alma en un hilo y con el Credo en la boca, que no hizo, en fin retroceder al país a la época más tenebrosa de nuestra historia.

BARBERENA PÉREZ DESMEMORIADO. UN EJEMPLO EN SU PROPIA CASA.

El señor Barberena Pérez ha de tener conocimiento de un episodio que le toca muy de cerca. Su abuelo materno, el maestro Nicolás Pérez, caudillo del barrio de Quiscoma, era el que presidía la oposición en una mesa electoral del Cantón de la Parroquia en los tiempos de los 30 años.

La lucha se presentaba muy reñida entre los partidos de don Pedro Joaquín Chamorro, que era el CACHO, y los que capitaneaba el maestro Nicolás, llamados “progresistas”, cuando llegaron a avisarle a Don Pedro lo que pasaba.

Este enderezó sus pasos al mencionado Cantón para ver si con su presencia contenía a sus contrarios, infundiéndoles aliento a los suyos.

¿QUIÉN ES EL QUE AQUÍ ME ESTÁ HACIENDO OPOSICIÓN? Preguntó airado don Pedro, dando al mismo tiempo una palmotada en la mesa.

SOY YO, DON PEDRO — le respondió el maestro Nicolás— dando al mismo tiempo otra palmada sobre la mesa.
Y cuentan que el maestro Nicolás le ganó aquella elección a don Pedro Joaquín. Así eran aquellos varones. Por eso cayeron del poder. No estaba Nicaragua preparada para tener esa clase de gobierno.

OTRO EJEMPLO REPUBLICANO

Lo siguiente aconteció durante la Administración del Presidente Fernando Guzmán —lo refería don Esteban Escobar, testigo presencial del suceso.

Se discutía en el Congreso la Memoria de Hacienda cuyo titular era don Ramón Sáenz y algunos representantes se negaban a darle su aprobación, debido a una erogación de nueve pesos sencillos sobre lo cual no estaban de acuerdo.

Había en aquel entonces dos clases de pesos plata. El que constaba de ochenta centavos se llamaba peso sencillo y peso fuerte el que se componía de cien centavos. De modo que en realidad los nueve pesos sencillos eran solamente siete pesos con veinte centavos.

El Presidente que habitaba en el mismo local del Palacio Nacional donde se reunía el Congreso en uno de los salones, se impuso de la alharaca provocada por aquella partida: hasta él llegaban las voces alteradas de los senadores y diputados.

En vista de lo cual, Don Fernando mandó con uno de sus hijos a depositar ese valor a la Tesorería General, para acallar aquella protesta, y con el correspondiente recibo se presentó el propio Don Esteban ante la Mesa de la Secretaría del Congreso como constancia de haber sido reintegrada esa suma, con lo que se dieron por satisfechas ambas Cámaras y se aplacó la tempestad.- ¡Oh, témpora Oh mores!

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Del pasado granadino

LA FAMOSA CALLE ATRAVESADA. Por: Alejandro Barberena Pérez. Publicado en: Novedades, el domingo 7 de Junio de 1964 y, 18 de Septiembre de 1964.

GRACIOSA INVENTIVA
I
Con el resabio de un pasado que no se acomoda a la realidad actual, la gente fuera de Granada habla de la CALLE ATRAVESADA como una sinonimia d predominio político, santuario de la oligarquía conservadora, monopolio de la reacción aristocrática y cuna de engolillados capitalistas.

¿Mito, fantasía, realidad? Se ha inflado tanto ese globo que se hace difícil hacer comprender a los que así piensan, que guasonamente es el país el que ha caído en la red de la imaginación andaluza tejida por la misma inventiva de los granadinos. Muy fecunda por cierto. Pintoresca si se quiere la expresión.

Que por esta calle se quiere o se malquiere a Granada, es parte de la misma historia que en este particular se rodea de cierto atractivo.

En estos sentimientos o pasiones, los críticos se han ido tras una madeja que ilusamente lo arrolla todo: Política, negocios, industrias, influencias mentidas o ciertas. Es un hilo de seda desprendido del capullo de un pueblo ingenioso como es el granadino. Sereno en el consejo profundo de pensamiento, con una positiva cultura, dueño y señor de la ironía, de la broma ocurrente y puntillosa. En síntesis, poseído de una inteligencia y audacia en la magnitud de su soberanía.

Lo que hay de cierto es que un lunes 20 de Agosto de 1923, ciento diez personas representativas del conservatismo de Granada, dieron en las fiestas agostinas un banquete en el Restaurante Versalles al Sr. Presidente de la República don Diego Manuel Chamorro; y éste al contestar el discurso de ofrecimiento del Dr. Alejandro César, en su parte final dijo con énfasis: “No debemos olvidar las lecciones que nos da a cada paso nuestra historia  y que nos hace observar que cada vez que se mengua en el país la influencia del Partido Conservador o de lo que los adversarios dan en llamar CALLE ATRAVESADA, ceden los cimientos de la vida nacional”.

Por muy inocente que haya sido la expresión de don Diego, indudablemente que tenía que crear un ambiente de celos  pugilatos en el seno del mismo Partido Conservador, porque los managua ya levantaban la cabeza, pretendiendo quitarle a Granada la categoría de sede del Partido Conservador. Desde ese momento Granda fue el blanco de lisonjas y de ataques, cargando con una leyenda negra que ha llegado hasta los tiempos actuales. Cuando se quiere atacar a Granada por tal o cual motivo, se le endilgan calificativos a la Calle Atravesada, de ocurrencia como de “cuna de los chicos bien”, o “residencia de los príncipes murrucos de Tepetate” y la pobre ya ni reza como arteria comercial de la ciudad, pues ha decaído tanto, que donde antes había un gran almacén, lo que existe por hoy, es una tienda tan chiquita que más bien parece una tajada de queso.

SITUACIÓN GRANADINA

Granada tiene dos calles principales: LA REAL Y LA ATRAVESADA. Forman ellas una cruz que divide a la población en cuatro cuadrantes que debidamente orientan. Los Reyes de España repartían tierras a los conquistadores como pago a sus gastos, premio a sus empresas sangrientas y a los penínsulares o pobladores, lo mismo que a comunidades indígenas, pero la propiedad superficial no incluía el subsuelo. De la misma forma en las ciudades la Corona se reservaba una Calle a la que se le daba el nombre de Real, para que con derecho propio pasaran por ella, soldados reales o el quinto real, que le pertenecía al Rey, como dueño del subsuelo. En las ciudades principales de las Provincias españolas, siempre hubo por esta razón una Calle Real.

SU REDUCIDO ESPACIO

Originalmente la Calle Atravesada comprendía el sector urbano desde lo que hoy se llama Los Dardanelos por el Norte, hasta la esquina Nor-oeste del Mercado por el Sur, siguiendo luego un monte con un caminito en medio.

La parte norte estaba incomunicada con una colina enmontañada, porque al arroyo que queda al pie de Los Dardanelos dificultaba la comunicación. La Municipalidad  de 1878 comenzó la construcción del puente llamado de “La Estación” y fue concluido tres años más tarde, inaugurándose solemnemente el 3 de Mayo de 1881. En parte de la colina enmontañada, Roberto Lacayo Sacasa reclamaba derechos, alegando que hasta allí llegaba su finca “Peor es Nada”. Con la Municipalidad sostuvo un litigio de varios años y finalmente se arregló, loteándose todo aquello que se decía eran ejidos municipales. Quedó comprendido entre éstos el Parque General Somoza y la Unidad Sanitaria. Cuando se extendió la línea férrea hasta Granada, el tren llegaba hasta donde está la Ermita del Perpetuo Socorro. Le correspondió al Prefecto Hilario Selva la urbanización de esta sección enmontañada poblada de espinos, ceibos, pochotes y tigüilotes.

Para derribar esta arboleada se utilizó el servicio de los presidiarios, teniendo que ahondar mucho para ponerse al nivel de la Sección de Urbanizada. Unas que otras casas que habían sido construidas en la colonia quedaron tan altas que parecían palomar. Con esos trabajos la Calle avanzó bastante por el Norte, construyéndose la Estación del Ferrocarril y fue el Prefecto Evaristo Carazo el primero que pudo llegar a este lugar.

EL VIEJO EDIFICIO

Recuerdan los viejos que este edificio de la Estación era bastante elegante. Se decía que era la mejor que se había hecho en Nicaragua. Sobre armazón de hierro montaban piezas de zinc en forma abovedada que le daba singular aspecto, con ventanales de vidrio a los lados y pintada en rojo. En 1910 los rifleros de San Francisco afinaban la puntería sobre la bóveda de zinc de la Estación destruyéndola considerablemente. Cuando el Ferrocarril pasó a poder de los yankees, reconstruyendo ese edificio dándole la forma que tiene ahora.

LA URBANIZACIÓN DEL NORTE

Para dar una idea de lo pequeño que era Granada basta decir que donde está ahora la Administración de Rentas, el Colegio Francés, la casa de Palmira y Santa Rosa, estaban tan lejos de la población que daban aspecto de Quintas. La mejor de éstas era la de don Zacarías Guerrero porque era grande, de adobes y propia para habitación continua. Las otras del Dr. Juan Ignacio Urtecho, el Dr. Gustavo Guzmán y don Luis Mejía eran sitios de recreo y temporadas en determinadas épocas del año.

El Prefecto don Miguel Gómez, reparó convenientemente la calle que partía del puente de la Estación hacia el Norte. La Firma Zavala y Chamorro hizo la casas donde hoy está la familia de don Fernando Guzmán y la Sucesión de don César Mejía, como antes del año 90. En la esquina donde vive actualmente la familia Arévalo Barillas, vivió un tiempo el maestro Miguel Ramírez Goyena y en el actual palacete de doña Amelia Benard de Lacayo lo que había era un molino de viento y un pozo, que Pipo Costigliolo lo utilizaba para su curtiembre. En el fondo una casita de campo de madera, de dos pisos. No existía al frente ninguna edificación y en la esquina frente al actual Parque General Somoza, fue hasta por el año de 1910 que don Luis Benard hizo esa construcción.

El Maestro Carlos Ferrey fue el que hizo para le sirviera de casa de habitación la amplia casa en donde vive don Arturo Blandino. La hizo con mucho gusto recargándola en la fachada con capiteles y barroquismos. Don Tomás Argüello casado con doña Isabel Guerrero, en 1885, hizo esa casa-esquina de dos pisos, estilo siglo pasado.
LA CASA DE CORRAL Y LA GRAN VÍA

Avanzando un poco hacia el sector urbanizado la casa más importante era la esquina donde vive actualmente don Arturo Hurtado. Fue la casa de habitación del General Ponciano Corral. Allí vivió con su familia y pasó los grandes momentos de su vida política. La parte construida era la que da a la calle que va para los Bomberos y  la pieza de la esquina, después seguía en la que hoy es Calle Atravesada un predio abierto. Años después del incendio del 56, Luis Bichoti, italiano que vino a Granada vendiendo unos Santos de estampa, puso un Hotel que le llamó La Gran Vía. Aquí fue que se escenificaron los sangrientos acontecimientos de la Administración del Presidente Roberto Sacasa. En la parte no edificada se metían las bestias de los pasajeros que venían de distintas ciudades del país a hacer compras a la ciudad de Granada y eso representaba una ventaja al Hotel. Seguían unos cuartuchos hacia el Norte y luego la casa solariega del General Agustín Avilés hasta donde actualmente vive la familia López Miranda.

OTROS ASPECTOS

Donde está la esquina de la familia de don Daniel Prego, don Federico Marenco y su hermano Constantino después del incendio levantaron esas hermosas edificaciones para vivir con sus familias. Eran ricos y manejaban florecientes negocios, dueños de minas y haciendas. Don Federico se vestía siempre de blanco y la gente con sorna le decía “el planchado”.

Al frente donde vive el Dr. Juan Francisco Lugo y su familia, después del incendio era de un solo piso. Allí vivió don Toribio Lacayo, siguiendo hacia el Norte los hermanos Guadalupe y José María Morales pusieron una venta de medicina y la llamaron “Botica Americana”. Habían hecho muy buenos estudios de farmacia en los Estados Unidos. De allá trajeron unos planos para la construcción de una casa de taquezal que es donde vive la familia del Dr. Ernesto Ramírez Valdez. Estaba tan bien hecha la construcción que en 1910 para contraatacar a los rifleros de San Francisco, se pensó por parte de los granadinos utilizar la azotea de esta casa para colocar un cañón y bombardearlos con ventaja.

La casa de habitación del Dr. Enrique Chamorro tenía una acera alta, con gradas y barandas a la calle y Pipo Costigliolo puso allí una bodega de cuero. Posteriormente, Antonio Salaverry, profesor de Gramática en el Instituto Nacional de Oriente, estableció la primera librería y papelería que hubo en Granada.

IMPORTANTE PUNTO DE VISTA

En el desenvolvimiento familiar de las familias Granadinas y Leonesas, hay que considerar como telón de fondo, una cuestión muy interesante. Apellidos importantes de Granada pasaron a León. A la inversa, familias bien vinculadas social y económicamente en León vinieron a Granada. El caso que llama más la atención es el de la familia Sacasa que enraizándose en la propia historia Granadina con episodio de vigoroso empuje, por las mismas alternativas de la caldeada política, se fueron para León. El año de 1844 a ese flujo de persecuciones políticas contra los Sacasas en Granada correspondió el reflujo, y huyendo también de persecuciones políticas, la familia Lacayo se trasladó a vivir a Granada. Aquí vinieron los 3 hermanos: Gabriel Lacayo y Agüero, Pánfilo Lacayo y Agüero y Fernando Lacayo y Agüero. Gabriel Lacayo A., hizo su casa de habitación contiguo a la del Dr. Enrique Chamorro Solórzano y formaba un solo inmueble con la casa de habitación de Dn. Emilio Chamorro Benard, poniendo un establecimiento de Ferretería, la primera en gran escala que se estableció en Granada. Antes que se inaugurara el Mercado en lugar que está ahora, las casas comerciales estaban diseminadas en distintas partes de la ciudad. Después que abrió sus operaciones el Mercado, las tiendas se establecieron en la Calle Atravesada, siendo, desde esa época el centro comercial de la ciudad.

LA CASA MÁS GRANDE DE LA CALLE

Ma-Chepa Orozco con fama de adinerada en la ciudad de Granada, después del incendio de 56, adquirió la casa solariega donde actualmente vive el Dr. Lorenzo Guerrero y familia. Era la madre de Dn. José Ángel Mora, abuelo de la distinguida dama Doña Sarita Mora de Guerrero. Tenía varias propiedades en Granada entre ellas la casa donde está actualmente “París” en el barrio de Jalteva. Mucho le gusta a Ma-Chepa cuidar unos palos de ciprés, y cuando se acercaba el primero de Noviembre vendía ciprés por ramitos para las coronas que se llevaban al Cementerio. Hoy por hoy es la casa más grande que tiene Granada. Con corredores, jardines, kioskos, patios, traspatios. Un verdadero solar trasplantado de España a América.

Antes del incendio era la casa de los Padres Lugo, Juan de la Mata Lugo, Saturnio Lugo y Pedro Lugo. Ana Norberta Lugo su hermana, contrajo matrimonio con don Dionisio de la Quadra y tuvo entre sus varios hijos a Dn. Vicente Quadra que fue Presidente de la República y a Dn. José Joaquín Quadra Lugo que de su matrimonio con Virginia Pasos, procrearon entre sus varios hijos al eminente hombre público Dr. Carlos Cuadra Pasos. De esta manera la familia Cuadra Pasos está vinculada con el apellido Lugo, estrechándose  más estos vínculos al considerar que Francisco Ruiz Lugo, casado con Francisca Gertrudis Sandoval tuvieron entre sus hijos a Juan José en 1775 y de este desciende el Dr. Juan Francisco Lugo, de notable importancia en la historia de la abogacía de Nicaragua.

Y volviendo con la casa de habitación del Dr. Lorenzo Guerrero y familia, los Padres Lugo hicieron una Capilla y fue allí donde contrajo matrimonio en Octubre de… 1856, don José Joaquín Quadra Lugo con Virginia Pasos Arellano. En la actualidad también habita con los esposos Guerrero Mora un sacerdote, el virtuoso Monseñor Francisco Romero y Guerrero.

Cuando los temblores del año 90, José Ignacio Bermúdez, padre de las Srtas. Bermúdez Lacayo hizo una gran enramada de paja que albergaba a familias amigas.

Donde hoy es el Teatro Karawala hizo su casa de habitación don Pánfilo Lacayo y Agüero. Como Leonés y simpatizante de los Granadinos, tuvo gran acogida en la ciudad aumentando la fortuna que trajeron aquí los Lacayo Agüero. En la esquina de esta casa había una tienda. La acera era alta con ventanas a la calle y unos pollitos de piedra a los lados.

Merecidos o no los ataques y elogios para la Calle Atravesada, lo único cierto es la beligerancia que ha tenido y sigue teniendo en el país. No es posible resumirlos en un solo artículo y ofrecemos otro para la próxima semana.

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LA FAMOSA CALLE ATRAVESADA. En: Novedades, viernes 18 de septiembre de 1964.
II

El único Presidente de la República salido de la Calle Atravesada, nacido y  criado allí fue don Vicente Quadra, porque don Frutos Chamorro vino de Guatemala, lugar de origen, ya hecho un adolescente. Don Pedro Joaquín Chamorro, el General Joaquín Zavala y don Fernando Guzmán eran de otros sitios de la ciudad de Granada.

Frutos Chamorro vivió en la Calle Atravesada, en donde hoy es el Teatro González. Era un caserón que daba al lado de la Calle del Consulado, con la casa de la viuda del Dr. Juan José Martínez, doña Sarita Vivas de Martínez, y por la Atravesada con el establecimiento comercial de don Ramón López C. Por su importancia política y económica, su apellido sirvió para darle nombre a la calle en el pasado. Se le llamaba “Calle Chamorro”. Allí fue recibido victorioso cuando los acontecimientos del derrocado Jefe de Estado, don Laureano Pineda. Allí se hicieron los movimientos que lo llevaron a la Primera Magistratura en 1853, y allí también llegó confundido y cabizbajo cuando el desastre del Pozo, el 13 de Mayo de 1854. Después del incendio del 56, se reconstruyó. Era una “esquinota” ancha, con puertas gruesas y ventanas al lado de la Calle del Consulado, de esas que se llamaban voladas. Un semicírculo de hierro montado sobre una media naranja de cal y canto, tan altas como una puerta y con pollitos de piedra a los lados. Allí vivieron doña Adela viuda de Zavala, Carlotita viuda de Costigliolo, Chepita Chamorro de Ramírez.

Se cuenta que cuando el sitio de Jerez a Granada, en 1854, se había instalado un cañón para bombardear la Torre de la Merced, y poco desviada la mira para que las pesadas balas cayeran cerca de la casa de don Frutos. Tan certeros eran los disparos que pasaban rozando los caballetes de las casas vecinas y la tierra que caía fastidiaba, sobre todo que lo hacían en las horas de comida. El artillero se llamaba Radicatti y don Frutos enfurecido gritaba: “Ah, Radicatti, si llega a caer en mis manos, lo fusilo”.

BANCO DE AMÉRICA

Donde está hoy esta institución bancaria tenía su casa de habitación don Roberto Lacayo Sacasa, casado con Rosa Delfina Lacayo Bermúdez. Él le hizo un alto de madera con balcón corrido a la calles, estilo del Barrio Latino del antiguo New Orleans. Asimismo es la construcción de la esquina del frente donde está la Radio Granada. Cuando llegó a poder de don Fernando Chamorro Quezada, le puso barandaje de metal.

BANCO NACIONAL

Después del incendio aquí se estableció el famoso Colegio de Señoritas originalmente regentado por unas institutrices alemanas, y después por unas norteamericanas. Lo mejor de la sociedad granadina de esa época se educó en ese Colegio. Era quizás el mejor colegio de señoritas de la República y enseñaban idiomas, música, etc. Las niñas salían tocando magníficamente el piano. Pasaron las administraciones de Cárdenas y Carazo y salió la institutriz Chepita Toledo, Francisco B. Rivas, María Medina viuda de Rodríguez. Este colegio desapareció en 1895. Doña Virginia Pasos de Quadra, puso un establecimiento comercial, que posteriormente fue dirigido por don Enrique Castillo. Siempre hubo establecimiento comercial hasta que fue adquirido por el Banco Nacional con elegante y moderna construcción. Casi 3 siglos que arrancan del Conde Carlos Arellano, que vino en 1589. En la parte superior del zaguán de Ramón López C., está el escudo y armas oficiales del Conde de Arellano.

LA CASA DREYFUS

Tiene su notable importancia a través de la historia esta casa en donde vivieron los Quadra con “Q” y los Cuadra con “C”, por más de dos siglos. Abarcaba tres calles, siendo la fachada principal la que daba a la Calle Atravesada. Aquí nació y vivió el Presidente D. Vicente Quadra y también nació y vivió por algún tiempo el Dr. Carlos Cuadra Pasos.

Cuando la guerra civil del 54 a esta casa fue llevado, herido, el soldado José Dolores Estrada y posteriormente, al tomarse Walker la Plaza de Granada, el 13 de Octubre de 1855, el Lic. Mateo Mayorga que vivía con sus parientes los Quadras, le hizo un boquete a una de las tapias medianeras del lado Norte y se pasó a la siguiente que hoy habita don Alejandro Chamorro y familia. En esa época vivía el extranjero don Juan B. Lawles, que se portó a la altura por sus actos humanitarios en favor de los perseguidos granadinos. Lawles consiguió con el Ministro filibustero Mr. Wheeler que a Mayorga le diera asilo en la Legación Americana, ubicada en la Plazuela de la Independencia.

CASA DEL DR. JUAN JOSÉ LUGO MARENCO

Donde vive este mi buen amigo con su distinguida familia, por el año de 1840 vivió don Federico Derbishire. Tiene la importancia que allí se hospedó Mr. Efraím Jorge Squier, que tuvo por primera vez en Nicaragua la representación Diplomática de los Estados Unidos con el rango de Encargado de Negocios. En las páginas del libro de Squier se hace referencia a Granada en una forma, tan viva, que es bueno refrescarla a nuestros lectores.

Cuenta que al llegar a la hoy Calle Atravesada, su acompañante lo paró delante de una gran portada, enorme y abovedada y  le dijo: “Esta es la casa Derbishire”. Abrió la puerta más pequeña y encontró un ancho corredor que rodeaba un patio, adorando por una cantidad de naranjos, árboles de marañón y demás frutales y flores. A un lado estaba el almacén o bodega, llena de mercaderías y frente a ellas, balanzas de pesar. Las dos piezas de la calle ocupadas por la Sala, el comedor  y dormitorios. En una hamaca del corredor, la imponente figura del señor Derbishire.

El Comandante de la Plaza de Granada, Coronel Trinidad Salazar lo invitó a dar un paseo por la calle. La casas con ventanas provistas en su totalidad por balcones protegido por la parte exterior con rejas de hierro con adornos de madera pintados en varios colores. Casi sin excepción eran de un solo piso pero altas las fachadas. Las puertas principales abovedadas. Portales adornados con mucho arte, grandes y pesados provistos de otras puertas pequeñas que daban todas a los patios. Los trechos de tejas rojas, volados para proteger a los transeúntes y a las paredes de las edificaciones.

La calle bastante arreglada pero en vez de ser su superficie convexa era cóncava, por lo que la cuneta o desagüe era corrida por el centro y no por los lados. En las paredes se veían nichos en que se destacaban cofres con flores marchitas. Algunas cruces estaban fijadas en las esquinas.

Este Federico Derbishire daba clases de idiomas en el Instituto de Granada. Era un viejo gordo, colorado, echado en una hamaca, casado con doña Marcelina Prado, de la sociedad leonesa. Tenía un hijo que llamaba la atención por su color rojo encendido  y los granadinos le decían “Camarón”. Las ocurrencias de don Federico eran muy celebradas en Granada.

En la esquina de don Dionisio Chamorro y familia vivió desde antes del incendio Hilario Gousen que vino de la Martinica. Se hizo muy amigo de William Walker. Era negro y con mucha plata. Walker lo usó para sus planes.

UNA CASA VALIOSA

Estuvo en la esquina opuesta al Teatro González de hoy, la casa de don Lucas Quiroz. Éste vino de Costa Rica y se hizo rico por medio de una mina que adquirió en La Libertad. Esta casa era muy valiosa de tal manera que cuando la adquirió don Luis Argüello en 32.000 pesos soles, fue motivo de novedad entre los movimientos de la prosperidad, diciéndose que no se había vendido en Nicaragua una propiedad más cara que esa. Queremos indicar que tanto las aceras de la Calle Atravesada, como las casas de Granada en general, estaban enladrilladas, con ladrillos de barro. Eran unos ladrillotes que llevaban una mínima cantidad de arena. Como por el año 90 el Templo de La Merced que ha sido uno de los más vistosos de Granada, también estaba enladrillado con ladrillos de barro, lo que infiere la gran cantidad de tendales que habían en la ciudad para atender las muchas demandas de estos productos de barro. Decían que los ladrillos de cemento, muy poco conocidos, tenían el inconveniente de ser muy helados y podrían causar resfríos. Llamaba la atención en la Iglesia de La Merced ver en medio de estos ladrillos de barro unas lápidas de mármol largas que demostraban el elevado número de personas de Granada que habían sido enterradas.

EL BILLAR DE AGAPITA CHURUCA

Don hoy es la gasolinera ESSO funcionó por muchos años una sala con dos billares. Al lado de la Atravesada la Agapita Churuca tenía su pieza de habitación. Era una vieja haragana, ocurrente que no se despegaba el cabo de la boca. Seguía otra pieza con el estanco y luego los billares. Muy concurridos por elementos populares de la ciudad. Provisto con bancas altas con respaldos, con descanso para los pies a fin de que los “mirandasi” estuvieran muy cómodos. Después de la guerra contra Walker allí se contaba de lo lindo de todos los episodios relacionado con las heroicidades de los nuestros. Juan Capanoria, Pablo Cabezón, Carlos Chilamo, Inocente Fletes (a) El Loco y el pica pleitos de Doloritos Alemán (a) Platicante, encendían discusiones acaloradas pero sin llegar a los hechos.

Una vez un indio pidió una cerveza. En ese tiempo sólo cerveza extranjera se bebía en el país. El indio quería picárselas de culto, pero al dar unos cuantos sorbos de cerveza la tiró al suelo y dijo: “Que amarga”. Quién sabe que creía de la cerveza y la Agapita Churuca que lo estaba viendo le dijo: “Sí eso quiere decir cerveza indió brutó”. El trabajo de los hojalateros era hacer regadores que la gente de Granada los utilizaba para aplacar el polvo de los ladrillos de barro.
LA NIÑA SABINA

En la esquina donde está la Farmacia Vado, vivía una mujer muy blanca, de ojos azules, dada a la curandería, visitada por los indios de Diriomo. Se llamaba Sabina Estrada. Se casó con don Silvestre Selva. Su casa llegaba hasta el atrio de la Iglesia San Juan de Dios (donde está hoy el palacete de don Francisco Anzoátegui). Una ventana de puerta lindaba con el Atrio, propiamente donde hoy está la casa de don Pepe Prego. Daba vuelta hasta llegar a “La Cigüeña” la casa de doña Sabina. Tenía varias propiedades, en cuenta una finca que comprendía la costa del Lago incluyendo la Planta de Hielo, los solares de la María Crisanta Hurtado y los del frente hasta llegar a las proximidades de la Iglesia de Guadalupe. La niña Sabina es muy famosa porque en sus relaciones de amiga con William Walker, suavizaba en gran pare el rigor de la mano dura del filibustero. En cierta ocasión su hija, loa Justa Selva, casa con D. Narciso Espinosa, fue sorprendido por los filibusteros llevando correspondencia a los legitimistas. Walker indignado al darse cuenta que era hija de la niña Sabina, se moderó un tanto y únicamente la condenó en confinamiento en San Juan del Norte. Llegó la niña Sabina a hacer gestiones ante Walker y éste la dejó con la palabra en la boca al entrecortarle la solicitud con las siguientes palabras: “Dé gracias que ve salir a su hija al confinamiento y no para la horca como lo merece”.

A lado de la Calle Real se le hizo una desmembración al dividirse en una casa pequeña que pasó a poder de una hija de doña Sabina llamada Isidra y la casa grande a D. Hilario Selva. Por mucho tiempo esta casa pequeña de la Calle Real se le conocía con el nombre de la “casa de doña Isidra”. D. Hilario Selva era un personaje de la generosidad granadina. Su casa era muy concurrida y en las horas de comida participaban de la buena mesa de don Hilario. Una vez los mismos pícaros que comían y bebían y gozaban de la abundancia de la casa se hicieron la pregunta, que de dónde salía tanto derroche y ellos mismos al contestarse decían: “Trabajo, profesión no le vemos a don Silvestre, pero es Mayordomo del Santísimo”.
EL TEATRITO DE BLEN

Donde está hoy la Farmacia El Socorro del Dr. Idelfonso Vivas Montiel, había una pequeña parte edificada hacia la calle Atravesada. De la pieza de la esquina hasta la Nicaragua Sugar, era una sola tapia baja. Todo el fondo de la casa con patios abiertos que pertenecían a Agatón Solórzano. En 1884 llegó a Granada la Empresa Teatral  Española de Saturnino Bien y se destinó estos patios abiertos para improvisar un Teatro. Era una compañía de dramas y comedias afamada y de sus representaciones hacen buena memoria los viejos de la época. Una de sus representaciones “La Plegaria de los Náufragos”, presentaba escenas de confusión. Los artistas corrían de un extremo a otro del escenario de acuerdo con la exigencia de la representación y coincidió en esos precisos momentos, que la ciudad fuera sacudida por un temblor y los espectadores tuvieron que sumarse a la desorientación de los artistas. A los gritos de socorro toda la gente se tiró a la calle, coreando con nerviosismo, las palabras de “Auxilio” que pedían los náufragos de la escena.

LA CASA DE MACARIO ÁLVAREZ

Farmacia Granada de la señora Esperanza Urbina, tuvo su importancia en el pasado granadino. Era de pilar en medio, con puertas a los lados y hacía un solo inmueble desde donde tiene su establecimiento de artículos eléctricos D. Exaúl Delgado, en la Calle Atravesada y luego sobre la Call Real hasta el zaguán de don Sebastián Zelaya. La Botica del Dr. Paco Álvarez estaba donde hoy tiene su clínica el prestigiado galeno Dr. Silvio Cuadra. Era el centro político de las actividades granadinas. Lugar de tertulia elegante y se le decía por sobrenombre “El Cachito”. Allí se decía la última palabra sobre cuestiones sociales, de negocios o de cualquiera otra noticia de interés público.

El Dr. Macario Álvarez tiene su figuración en significativos episodios de la vida granadina. Se destacó en la política y pasó por elevados puestos dejando una huella de honestidad y de elevada experiencia. Durante la permanencia de Walker en Granada, el Dr. Álvarez siempre fue rectilíneo en los reclamos que nacen de lo más íntimo del patriotismo nacional.

EL TREN DE SANGRE

Ya en los últimos años la Calle Atravesada atraía al visitante con el recreativo Tren de Sangre. Sobre rieles iba una especie de bus pequeño o de carro del Ferrocarril, más bajo que los de la actualidad, tirados por 4 mulas provista de campanitas para hacer más llamativa su travesía. En las esquinas bajaban y subían los pasajeros. Eso sería por el año de 91 a 1910. El punto de partida era la Estación del Ferrocarril hasta el portón principal del Mercado en la misma calle, con una cabida para unas 20 personas y se pagaba un real plata. El vehículo era de un color amarillo propiedad de la Compañía Ferretty y Benard y en donde está la Farmacia Vado, en esa esquina empalmaba con otra línea férrea que partía de la CASA DE ZINC, en las proximidades de las costas del lago, y luego la Calle Real hasta Jalteva. Este era el famoso Tranvía cuya locomotora  se conservaba como un recuerdo. No pudimos exponerlo en un sitio público de Granad y con dolor la vimos partir para Managua. Esa locomotora se exhibe, convenientemente arreglada en el Parque de Las Piedrecitas.

CONCLUSIÓN

Hemos hecho un bosquejo de la Calle Atravesada, que es un verdadero jalón en la historia de la ciudad de Granada. Sus casas, sus hombres, su trascendencia en el discurrir de los acontecimientos, adquieren singularidad agrandándose los episodios. A ella se le imputan apreciaciones de gravedad. Anatemas y también honrosos calificativos. En su debe y haber se contabilizan cifras. En su trama como cobre un cañonazo pasan en pintoresca procesión personajes y acciones. Siendo hoy nada más que una lección del pasado, menudean apreciaciones que no hacen más que determinar la anchura de su historia.
Granada, 1964.               A. B. P.

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