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Capullos procedentes de las cosechas de Granada, Masaya y Managua, colocados en estantes para secarse. (Fotografía en "Nicaragua Informativa, febrero de 1925) |
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DOS INCIPIENTES PROYECTOS DE SERICULTURA EN NICARAGUA
Introducción de Eduardo Pérez-Valle h. Director y redactor
del Blogspot.
La crianza del gusano de seda fue realizada en el continente
americano desde antes de la época colonial. El escritor Enrique Semo en su
libro “Historia de la Cuestión Agraria Mexicana: El siglo de la hacienda, 1800-1900”,
dice:
El gusano de seda, el
cultivo de las moreras cuyas hojas lo alimentan, y la explotación comercial del
producto terminado, los hilos y tejidos de seda, se introdujeron como un
complejo productivo desde el siglo XVI, aun cuando existía en México algo que
se conoció como “seda silvestre” (un gusano un poco más grande, que comía la hoja del madroño y que producía
un hilo menos fino, utilizado a veces por los indios de la cuenca del
Papalopan. El cultivo de la seda se introdujo en las misma regiones indígenas
productoras de grana, en donde los naturales conocían la cría de insectos sobre
plantas cultivadas (principalmente la mixteca oaxaqueña y parte de Guerreo y
Puebla), aun cuando su cuidado decayó desde fines del siglo XVI por cambios en
la orientación colonial y baja demográfica; cuando, según palabras del cronista
Burgoa, “el gusano de la codicia devoró al de la seda.
Hacia el final del siglo XIX y principios del XX, ésta industria
encontró motivos de aplicación frente a los recurrentes períodos álgidos de la
economía mundial; por ese motivo, varios países de nuestro continente, con el propósito
de superar las crisis del monocultivo, soñaron con sus propias “rutas de la
seda”. Así inició en América la
introducción de proyectos sericícolas, algunos con buen suceso y otros abandonados
en poco tiempo, tal fue el caso de Nicaragua.
Con medio millón de hectáreas sembradas, el entusiasmo
manufacturero tuvo en el Japón un ejemplo cimero. Transcurría el año 1920 con
la promoción de la denominada morera injertada "Osigian"; calificada
de “súper variedad capaz de sobrealimentar a los gusanos de seda”. Documentos
de esa época señalan que el gobierno japonés a fin de estimular a los
productores de mayor éxito les otorgaba el título nobiliario (europeo) de
Barón.
De igual manera sucedió en Las Islas Canarias; al encontrarse
enfrentada a la aguda crisis de las plantaciones de plátano; en 1936 hizo
resurgir la esperanza de mejoría económica a través de la morera y el gusano de
seda.
En nuestro continente, Colombia motivada por la reducción
drástica del precio internacional del café, intentó algo parecido a partir de
1921. En busca de otros negocios alternativos o sustitutos, el Ministerio de
Agricultura y Comercio de Colombia importó desde los Estados Unidos 2,000
moreras. Ese fue aquel intento colombiano.
Un siglo después, en el XXI de nuestros días, los
ecuatorianos intentan el desarrollo de la industria sericícola. Entre lo
esgrimido a favor, mencionan hasta “el potencial gastronómico del gusano, en
Corea del Sur –dicen— es utilizado en la elaboración de galletas con alto grado
de proteína; también como alimento (frito en salsas) y en jugo. Incluso como un tónico para aliviar espasmos.”
Los emprendimientos transfronterizos siempre han suscitado
nuestros propios intentos locales; y la industria sericícola también está inscrita
en la lista de nuestros fugaces entusiasmos en la agromanufactura.
Don Alberto Volg Baldizón, citado por el reconocido historiador
y etnógrafo alemán Götz Freiherr von Houwald (13 de mayo de 1913 - †16 de agosto de 2001)
quien desempeñó el cargo de embajador de la República de Alemania en Nicaragua[1],
anota que su compatriota “Julius Wiest “ingeniero originario de Württemberg que
llegó a Managua a fines del siglo XX, quiso introducir en Nicaragua la cría de
gusanos de seda y plantó moras en el terreno que por él lleva el nombre Sajonia. Los capullos de los gusanos de
seda los trajo de Europa, pero el proyecto fracasó; las autoridades del
Distrito Nacional, ejecutando obras de urbanización, derribaron los árboles sin
consideración alguna.”
No logramos el dato preciso sobre la relación del alemán
Wiest con la industria sericícola europea, tampoco sabemos quién o quiénes
contactaron al doctor Varian K. Osigian, no obstante, en nuestra búsqueda
confirmamos que el creador de la planta de morera injertada “Osigian” estuvo en
Nicaragua a cargo de supervisar la única industria sericícola que existió en el
país.
Así lo confirma el artículo “La Industria Sericícola en
Nicaragua”, que fue publicado en la revista “Nicaragua Informativa”, en febrero
de 1925.
[1] Autor del libro “Los alemanes en Nicaragua”, Colección Cultural, Volumen 2. Banco de América, Managua 1975, 2da edición 1993; en inglés: German Life in Nicaragua. destinos de emigrantes. Sociedad de Nicaragua, Bonn 1986, ISBN 3-925-290-60-5
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LA INDUSTRIA
SERICÍCOLA EN NICARAGUA
En: Nicaragua Informativa. Semanario de la Vida
Nacional. Año IX. Managua, Nicaragua, C.A. Febrero de 1925. Números 157, 155, 159, 160. Director y
Propietario: Lisi Lacayo S.
Prosiguiendo sus esfuerzo por la
introducción y desarrollo de la industria sericícola en los países
centroamericanos, que tan espléndidos resultados está dando en El Salvador, la
Osigian Silk Co., representada por el famoso sericicultor doctor Varian K.
Osigian, hace varios meses que labora con empeño y tenacidad, que han sido
coronados por el éxito, en despertar el interés de los agricultores,
industriales y hombres de empresa nicaragüenses, a fin de que el cultivo de la
morera y la crianza del gusano de seda entre nosotros tengan el lugar que les
corresponde como elementos de riqueza nacional.
El doctor
Osigian ha logrado, en poco tiempo, dar un vigoroso empuje a la industria del
gusano de seda. Lo atestiguan los grandes plantíos de árboles de morera,
precioso y único alimento del gusano, que se han formado en Managua, Masaya,
Granada y otas poblaciones de la República, y el hecho mismo de que ya esta
industria, que es tan pujante en países como China, Francia, el Japón, Italia,
el Brasil, etc., yaya ocupando la atención de los hombres de iniciativa, que
buscan nuevas fuentes de riqueza para este país, esencialmente agricultor.
Centro América
tiene la ventaja, sobre los otros países del Globo, de estar colocada dentro de
la zona inter-tropical Mientras Europa y Asia obtienen solamente una cosecha
por años, en estos países, como la experiencia lo viene demostrando, se puede
cosechar continuamente. Todo depende de la cantidad de morera sembrada para
alimentar el gusanillo que tiene el don
milagroso de transformar en blondos capullos las verdes hojas que devoran.
La ventaja de
la morera Osigian, con la cual se ha dado principio en nuestro país al fomento
de la industria sericícola, consiste en que, a diferencia de las otras,
contiene mayor sustancia alimenticia, que una vez pasada por el mecanismo del
instrumento-gusano, se convierte en mayor cantidad de sedea, siendo ésta, a la
vez, de una calidad que no tiene rival en el mundo. El capullo Osigian da un
rendimiento mayor que el capullo de otros cultivos, como ya lo dejamos dicho. Y
es por esta causa que es el que se busca con mayor empeño para obtener de él
todas las ventajas deseables.
Aquí se ve desacoplando las mariposas hembras dentro de un saco, onde deposita cada una de ella de 500 a 800 huevos.{ |
El hecho de que el doctor Vartan K. Osigian, cuyos conocimientos de esta industria son tan prestigiados en el mundo, se encuentre en Nicaragua, prestando su experiencia para el mayor éxito y eficacia del negocio, es una garantía para los que quieren dedicarse a esta industria provechosa de fácil explotación como muy pocas otras pueden serlo, y a que la práctica ha demostrado que hasta los simples niños de un hogar laborioso pueden ser factores importantes en la crianza del gusano de seda que produce el estimado capullo.
Una gran plantación de Morera en la inmediaciones de Managua. En el centro aparece el Dr. Osigian, siempre dedicado al incremento del cultivo de la Morera. |
Bien merece el
doctor Osigian que el Gobierno de Nicaragua le preste su apoyo, fomentando el
cultivo de la morera mediante primas que pueden concederse a los que cultiven
un número determinado de árboles, de la misma manera que lo hizo el General
Tomás Martínez, cuando principiaron a plantarse en Nicaragua los primeros
cafetos, que son hoy fuente de positiva riqueza para el país.
En estas
páginas que dedicamos a la Osigian Silk Co. y a la industria sericícola, las
fotos hablan de una manera elocuente, como quizás no pueda hacerlo nuestra
pluma, ya que en ellos se ve palmariamente de todo lo que es capaz una
industria que apenas está en la cuna, lanzando los primero gritos de vida y que
en el futuro próximo llegará a un desarrollo envidiable si nuestros hombres de
esperanza no decaen en los esfuerzos que tan lisonjeros se han revelado hasta
la fecha.
En esta fotografía presentamos un grupo de obreras seleccionando los capullos para la multiplicación. |