FUNCIONARIOS
RECTILÍNEOS EN EL MANAGUA DE AYER
Por: Juan García Castillo
** Don Patricio Mayorga captura y sentencia a un hijo
del Presidente por andar escandalizando y el Gobernante lo felicita.-
En el barrio Santo Domingo, vivía en el Managua de
ayer, un ciudadano de conducta intachable, rector cumplidor de su deber,
honorable y buen padre de familia. Estaba afiliado al partido liberal y desde
luego era amigo del Presidente Zelaya.
Don Patricio tenía una propiedad agrícola en Sabana
Grande, donde pasaba la mayor parte del tiempo dedicado a vigilar sus trabajos.
Gozaba de simpatías don Patricio. El general Zelaya le
nombró Agente de Policía del poblado.
Un día de tantos llegaron a Sabana Grande, José Santos
Zelaya, hijo del Presidente y que después se suicidó; Genaro Escobar, hijo del
Doctor Gustavo Sebastián Escobar y otros amigos más. Iban en plan de parranda.
Y como uno de ellos era hijo del gobernante se creyeron con carta blanca para
hacer lo que les viniera en gana. Ya he contado el carácter pendenciero que
tenían aquellos hijos del gobernante, y desde luego Santos. Apenas llegados a
la aldea, comenzaron a tomar tragos, escandalizando, buscaban, buscaban camorra
y los más agresivos era Zelaya y Escobar. El pacífico pueblo tan ajeno al
desorden se conmovió. Sus moradores se llenaron de temor y no se atrevían a
denunciar que un hijo del Presidente encabezaba a los parranderos.
Pero don Patricio llegaba en esos momentos al cuartel,
de su finca que quedaba cerca y al darse cuenta de lo que ocurría al frente del
resguardo, personalmente capturó a los escandalizadores. Estos querían abusar
del honor de varias mujeres humildes, pero agraciadas.
Personas del pueblo le hicieron ver al funcionario que
era el hijo del Presidente Zelaya uno de los escandalizadores y que por eso no
le iba a gustar al general. Pero don Patricio, hombre de otros tiempos, amigo
del orden y sobre todo, que no era
cortesano, procedió a la captura de los visitantes. Los embartolinó y salió
para la oficina de telégrafos, donde puso un mensaje al Gobernante, concebido,
poco más o menos en los siguientes términos:
“Su hijo Santos y sus compañeros andaban
escandalizando en este pueblo. Los tengo capturados y estoy disponiendo
remitirlos a Managua”. El telegrama estaba marcado con el signo de Urgente.
Enviado el mensaje, don Patricio, se sentó en la
modesta mesa de la agencia de policía a esperar y a poco un mensajero de la
oficina telegráfica llevaba la contestación que decía:
“Lo felicito por estricto cumplimiento de la ley. Así
deben de proceder todos los funcionarios honrados. Aplique a los
escandalizadores todo el rigor de la ley”.
No sabemos cuál fue la pena que aplicó don Patricio a
los parranderos, pero si sabemos que no regresaron a Managua hasta que no
pagaron la multa a que fueron condenados.
Don Patricio Mayorga murió hace años. Cuando se
refería a su actitud en aquella ocasión decía:
“Uno puede ser amigo del Presidente, pero no permitir
que nadie, mucho menos sus hijos violen las leyes. Si todos procedieran como yo
he procedido, el general Zelaya no se hubiera convertido en Dictador. A él le
gusta que le hablen con franqueza, sin servilismo y aprecia a los hombres
dignos, pero los cortesanos lo perdieron”.
Don Patricio se apartó de la política cuando el
General Zelaya, principió a convertirse en hombre fuerte como se dice hoy. Era
de ideas sanas y sobre todo el criterio independiente, chapado a la antigua.
Cuántos gobernantes no se echarán por los senderos de la violencia, si hubiera
siquiera un centenar de funcionarios, como el humilde agricultor don Patricio
Mayorga, hoy en la paz del Señor.
* Fue publicado en: El Centroamericano. León, 22 de agosto de 1967.
No hay comentarios:
Publicar un comentario