LOS “COMESALTEADO”. Por: Luis Rocha. En: El Nuevo Diario, 1 de Noviembre de
2007.
Pláticas
de caminantes CXVII
Aquella
mañana el de Managua soltó la frase, de improviso y con furia, como si ya no le
cupiera en el alma: “¡Estoy harto de caudillos de mierda! ¡Estoy aburrido de la
impuntualidad, la corrupción y la mentira! Deberíamos refundar el Partido de los Comesalteado. Como viera que el resto de caminantes lo quedaban
viendo estupefactos, aclaró: “Hace mucho tiempo existió un gran hombre,
acérrimo adversario de Somoza como todos sus hermanos, llamado Ramiro
“Tipitapa” Cuadra, quien en La Prensa
de la década de los sesenta y setenta publicaba incendiarias postales
opositoras en su calidad de Presidente del Partido
de los Comesalteado. Sin lugar a dudas fue su imaginario partido el más
numeroso y real de la Nicaragua de aquella época, y contó con auténticos
militantes que sin embargo ignoraban que estaban organizados. Porque la
existencia de los comesalteado, ayer
como hoy fue y es tan real como lo fue la de su presidente”. Como veía un gran
interés de parte de los caminantes en este singular personaje, anunció que se
iba a referir a él la próxima semana. “Por ahora solo les voy a mostrar esta
caricatura que en 1978, con motivo de su muerte, le hizo Jorge Ampié:
Y
les voy a leer esta nota, que al pie de la misma, publicó otro gran hombre hoy
olvidado quizás por haber sido un político honesto y hasta miembro de la Junta
de Reconstrucción Nacional, es decir, un gobernante nicaragüense. Me refiero al
Dr. Rafael Córdoba Rivas, quien con el título de Ebrio y pendenciero somos,
Ramiro, escribió:
Con
la muerte de Ramiro “Tipitapa” Cuadra algo muy entrañable de nuestra
nacionalidad ha partido. Y es que con Ramiro “Tipitapa” uno se siente
identificado como con un héroe de novelas, jovial, noble, dicharachero, gran
conversador, montado reemprendiendo una y otra vez la gesta de San Jacinto,
usando su inagotable humor en la amistad como arma política, en definitiva, una
especie de Robin Hood de la oposición, “ebrio y pendenciero”.
Es
por eso que he querido escribir estas líneas en homenaje a uno de los más
grandes personajes de los últimos tiempos. De esos personajes de los que ya
casi no quedan, si es que queda alguno. Un personaje de novela e historia que
siempre seguirá siendo un personaje en mi memoria: Ramiro “Tipitapa”. Porque
los héroes no mueren, ni se olvidan, solo se llevan algo nuestro hasta que un
día definitivamente se van con nosotros.
Pero
como les he anunciado –concluyó el de Managua- la semana próxima me referiré a
este Robin Hood de la oposición, hermano de los poetas Manolo y Josecito
Cuadra, del mítico Abelardo, del gran Luciano y del, ese sí que imaginario
soldado de Romel, el entrañable Gilberto”.
Jueves,
1º de noviembre del 2007
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Pláticas
de caminantes CXVIII
RAMIRO
“TIPITAPA” CUADRA Por: Luis
Rocha. En: El Nuevo Diario, 8 de Noviembre de 2007.
Los
caminantes apenas podían disimular su ansiedad porque el de Managua iniciara
cuanto antes su relato sobre Ramiro “Tipitapa” Cuadra, a lo cual éste accedió
gustoso: “Nació Ramiro, según datos que me suministró Gilberto, en San Juan del
Sur el 15 de mayo de 1912, y falleció en su querida Tipitapa el 6 de diciembre
de 1978, siendo enterrado en Masaya. En la calle principal de Tipitapa, que era
la mismísima carretera, casi llegando a la salida de Chontales, vivía Ramiro y
en la pared de su casa había una placa como la de cualquier abogado y notario o
médico y cirujano, que decía: Ramiro “Tipitapa” Cuadra, Ebrio y Pendenciero.
Hace muy poco estuve en el Instituto de Tipitapa, acompañado del pintor Orlando
Sobalvarro y del genealogista Noel Vargas, dando una charla sobre Manolo Cuadra
y Francisco Pérez Estrada, pero cuando hablé de Manolo y les recordé a
profesores y alumnos que Ramiro, quizás el habitante más famoso que ha tenido
Tipitapa, había sido hermano de éste, triste fue comprobar que nadie, hoy que
hay más comesalteado que nunca,
conocía del juglaresco paso de este glorioso Juan Charrasqueado de mentira por
este mundo, y lo que es peor, ni noticias tenían sobre sus azarosa existencia
en este municipio.
Yo
viví e Tipitapa en casa de Ramiro por ser padre de mi amigo el poeta Roberto
Cuadra quien, en 1962 cuando me perseguía la Guardia Nacional de Somoza, me
llevó a su casa donde fui acogido por “Tipitapa” Cuadra como si fuera otro de
sus hijos. Inolvidables son las tertulias con ese Ramiro fantasioso, siempre
lleno de historias que evidentemente inventaba pero que contaba como reales
acariciando su poblado mostacho. Las noticias sobre las consecutivas capturas
de mis compañeros del Movimiento Nueva
Nicaragua, así como de las armas que teníamos en la casa del Coronel
Francisco Gaitán, padre de nuestro inolvidable responsable el compañero Germán
Gaitán, era la especulación política del momento pues por aquella casita,
situada en Casa Colorada, pasaba la carretera Panamericana a cuyo lado estaban
también las casas de Luis y Anastasio Somoza. Las armas, eso a mí me consta,
las queríamos para entrenamiento y después para llevarlas al norte e iniciar
una guerrilla, sin embargo la gente especulaba que se trataba de un abortado
plan para ajusticiar a los hermanos Somoza Debayle, y lo peor que eso fue lo
que al comienzo pensaba la OSN, y acorde con tal pensamiento era el tratamiento
que le dieron a los primeros capturados, entre ellos a Germán Gaitán a quien
además de torturar lo confinaron a San Juan del Norte. Mientras todo esto
ocurría, Ramiro “Tipitapa” Cuadra con su conversación me levantaba el ánimo
diciendo que esas operaciones no eran para muchachitos y que las armas mejor se
las hubiéramos dado a él y a su Partido de los Comesalteado.
Casi
dos meses pasé hospedado en casa de Ramiro “Tipitapa” Cuadra antes de que me
capturaran en Managua, pero esa ya es otra historia. Mi agradecimiento y afecto
para Ramiro son en mi vida muy especiales. Algo así como un punto de referencia
vital. Años después, ya de regreso de España casado con Mercedes, estábamos en
el Mercado Oriental cuando sorpresivamente se apareció Ramiro. Fue en 1966 y
desde luego, con gran alegría le presenté a mi mujer, y mientras yo iba a
comprar algo que se nos había olvidado, él se quedó conversando con ella, y a
mi regreso vi que reían como viejos amigos. Aquella noche Mercedes me contó que
la conversación transcurrió más o menos de la siguiente manera: Qué bueno que
Luis encontró con quien casarse, porque aquí en Nicaragua le hubiera sido muy
difícil dada su fama. Fíjese que yo lo tuve escondido en mi casa como un año y
empleada que llegaba empleada que embarazaba. A tal punto que en Tipitapa hay
todo un barrio de Cuadra que en realidad son Rocha, pues él ni siquiera les
quiso dar su apellido y les tuve que dar el mío a su chorrera de hijos. Pero no
se preocupe, porque ahora lo veo bien y hasta parece que se ha compuesto. Pero
mire Doña Mercedes, ustedes las españolas son muy ingenuas, y por si las moscas
no se le vaya a ocurrir contratar empleadas jóvenes en su casa. Yo le puedo
recomendar unas viejas horribles pero bien trabajadoras. Como le digo, ahora lo
veo bien hasta físicamente. A propósito. ¿Ya no le molesta el ojo de vidrio? Es
que, por si no sabe la historia, cuando estuvo preso un guardia le vació el ojo
derecho de un culatazo, pero sus amigos hicimos una colecta para comprarle el
ojo de vidrio derecho, que fuera casi igual al izquierdo. Yo pensé que esta
anécdota no iba a pasar de simpática, sin embargo, al menos por unos días, cada
vez que podía, con disimulo Mercedes miraba hacia mi ojo derecho”.
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