ASISTIÓ A LA PRIMERA
CITA DE SOMOZA CON LA DINORAH. En: El
Nuevo Diario, 6 de Agosto de 1980.
Wálter de Jesús Hernández Navas: "Somoza iba mucho con la Dinorah a Montelimar, al Intercontinental, y, algunas veces, a "Los Ranchos": |
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* 8 Años de chofer y
nunca pudo hablar con el tirano.
* Tabique de vidrio y
en caso de ataque acelerar.
* Las “tertulias” y
los amigos que visitaba.
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“La primera vez que Somoza se entrevistó con la Dinorah fue
en un chalet viejo que está situado frente al Aeropuerto Las Mercedes. Ese
chalet se llamaba “Los Cocos”… Eso fue hace más de diez años y después a ella,
no sé por qué, le decían “la Primer Ministro”.
Amplios detalles sobre la intensa vida “social” que tras
bambalina llevó en Nicaragua el criminal Anastasio Somoza, fueron ofrecidos
ayer en los Tribunales Especiales de Justicia por el reo Wálter de Jesús
Hernández Navas, a quien se puede considerar el sirviente de mayor confianza de
la dinastía y su familia.
Como chofer personal de la familia Somoza a Hernández Navas
le tocó ser la sombra de Carolina, una de las hijas del tirano, lo mismo que
desempeñar ese quehacer en amparo de Somoza, con la esposa legítima y también
de la escandalosa amante del genocida, Dinorah Sampson.
“Yo fui chofer personal de Somoza desde el tres de abril de
1972 y llegué a ese puesto porque tenía como treinta años de manejar sin haber
tenido ningún accidente. En realidad, también llegué a ese cargo porque el
chofer anterior, Gilberto Blanco Navarro, sufrió un accidente y ya no podía
manejar.
NUNCA HABLÓ CON EL TIRANO
“Las instrucciones que tenía cuando manejaba para Somoza era
ante todo permanecer sentado en el vehículo, no fumar ni dirigir la palabra al
General. En caso de que el convoy fuera
atacado tenía la orden inmediata de acelerar al máximo”.
“El carro del General estaba provisto de un tabique de
vidrio por lo cual era imposible oír lo que platicaba y dirigirle la palabra.
Durante tantos años nunca le pude hablar y sólo me limitaba a darle los “buenos
días”. El ayudante personal me decía que para hablar con Somoza tenía primero
que contar con su permiso”.
“Yo trabajaba como chofer personal del General, día de por
medio. Las actividades ordinarias de Somoza eran ir a la oficina que quedaba en
el Bunker y la mayor parte de las veces comía en los lugares donde trabajaba porque
ya en esos lugares había un cuque que le preparaba los alimentos y todo un
equipo cuidaba de su persona”, señaló Hernández.
Haciendo vivos recuerdos de los buenos tiempos del tirano,
el reo agregó:
“La actividad social del General era extensa. Pero la
Dinorah ocupaba la mayor parte de ella. Sin embargo también visitaba, a veces
solo y a veces con ella, a diferentes amigos.
LAS “TERTULIAS” DE SOMOZA
“A veces iba donde Frank Kelly, otras a la casa del gerente
de la “Mercedes Benz, Benjamín Elizondo. Por el sector de la Casa Nazaret
visitaba al Ministro de Salubridad y también a Edmundo Bernheim. También iba a “Las
Colinas”, a casa de Roberto Martínez y otro de apellido “Checa”.
“La velocidad corriente a que debía manejarse el vehículo
era de 80 kilómetros. A veces el ayudante me decía de antemano las calles que
íbamos a tomar, en otras era la Seguridad la que me daba esas instrucciones.
“La patrulla que acompañaba a Somoza estaba conformado de la
siguiente manera: adelante iba una radiopatrulla, después una camioneta de la
Seguridad, después el carro de Somoza, luego otra camioneta de la Seguridad
también, luego venía el “ciempiés” y más allá otra camioneta en donde iban
hombres vestidos de overol”.
CON CHANO AGUERRI
En animada conversación con Chanito Aguerri (Padre) y Orlando Meza Lira, el Secretario de Información y Prensa, General Róger Bermúdez... |
“En Jinotepe visitaba al alcalde que vivía del Mercado con
rumbo a Santa Teresa y cuyo nombre era
Tomás Guevara. Con la Dinorah iba mucho a Montelimar, allí era donde ella hacía
sus fiestas. En Poneloya visitaba la casa de Cuco Sánchez, en Masaya las casas
de Cornelio y Orlando Montenegro. En Jinotepe al que le decían “profesor”
Francisco Chavarría, en Corinto visitaba a Tommy Thompson, que era el gerente
de la Portuaria. En Granada sólo visitaba a Lorenzo Guerrero, en Rivas a Urcuyo
Maliaños. En cambio a Argeñal Papi que vivía en León nunca lo visitó.
“A veces, cuando las cosas estaban normales, el general
viajaba a Chinandega a ver a la Irma Guerrero y a Piero Coen”.
LOS QUE INTEGRABAN “EL CORTEJO”
Haciendo una descripción del convoy que acompañaba
permanentemente a Somoza, el reo señaló algunos nombres.
“Recuerdo que en la radiopatrulla iban Alejandro Gámez y un
Larios que eran policías de tráfico. En la camioneta de la Seguridad iban Jorge
Grande, Efrel López, Abelardo Coronado, Diómedes, que era raso, Armengol Silva.
En otro vehículo de la Seguridad recuerdo a Hernán Lozano y un tal Betancourt.
“Los ayudantes eran Jerónimo Linarte, Victorino Lara,
Mauricio Romero Meza. En el “ciempiés” viajaban Antenor Carrasco, que era el
jefe del grupo, Inocente Bermúdez, Victorino García, Miguel Areas y otro de
apellido Gutiérrez. A los que iban uniformados no los conocía pero eran los “Pumas”.
“También viajaban en el convoy el enfermero que era Raymundo
Romero, una muchacha a la que le decían “Señora Cisne” y que era la que atendía
a Somoza. También caminaba un radio-operador que era Concepción Saballos, y el
médico personal del General que era el doctor Raúl Lagos.
“En los últimos meses llevábamos a Somoza a la Loma, allí
tomaba un helicóptero y yo tenía el encargo de quedarme esperando. Durante
estos meses siempre lo vi igual, el General conservaba su mismo carácter”.
TERMINA ABJURANDO DE SOMOZA
Cuando el reo comunicó al Tribunal que había tenido un
llamado de Carlos Alvarado Hernández, al cual la guardia lo había matado cerca
de la “P del H”, ocurrió una cosa inesperada.
Hernández Navas perdió el habla y palideció por la emoción.
Hubo que traerle agua para calmar el calamitoso estado emocional en que cayó.
Cuando se recobró señaló con palabras entrecortadas que consideraba a la
Guardia Nacional como la asesina de su hijo y que también en ese mismo término
a Somoza que fue el jefe de esa organización genocida.
La declaración de Hernández Navas coincidió con otra que
brindó el reo Diego Manuel Cruz Cortés, quien fue cuidador de una de las hijas
de Somoza de nombre Carolina.
“Mi trabajo, cuando era pequeña, era cuidarla desde las
siete de la mañana hasta las seis de la tarde. La llevaba al Colegio de La
Asunción y después al Teresiano”.
“Después fui chofer de doña Hope y por fin me encargaba de
cuidar la urna desde la cual hablaba el General en la concentraciones”.
Como dato adicional el reo señaló que entre los integrantes
del “Coro de Ángeles” estaban Guillermo Noguera, que aparentaba ser el jefe del
grupo, Adonis Porras, Jerónimo Linarte, Efrel López, Juan Puerto y otros. “El
que comandaba a “Los Pumas” era el coronel Vicente Zúñiga y después uno de
apellido Salazar”.
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