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Caricatura de Róger Sánchez - La Prensa, 12 de Enero de 1979 |
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Entre los
puntos fuertemente antizelayistas que impuso el ultimátum presentado por el
comisionado especial, Dawson, del presidente de EE.UU., Taft, al gobierno de
facto de Juan José Estrada, (octubre de 1910), figuran: “a) exclusión del
zelayismo en el gobierno de la República; b) abolición de todos los monopolios
creados por el gobierno de Zelaya”.
Reacción
drástica y radical del coloso del norte
contra el hombre que en 17 años de poder unipersonal, invadió países vecinos,
enfrentó mil y una revoluciones que le fraguaron sus sempiternos adversarios,
los conservadores, contra su continuismo impenitente. Últimamente, para mayor
pesar suyo, coligado con sus adversarios de sus correligionarios, el general
Moncada. Hasta que EE. UU., se cansó de tolerarlo en sus andanzas
revolucionarias. Aprovechó el fusilamiento de los yanquis Cannon y Groce para
fulminarlo con la famosa nota Knox, ejemplo vivo del coloniaje más rampante,
que lo tumbo definitivamente del poder.
Juan J.
Estrada, que había “traicionado al zelayismo para salvar al Partido Liberal, no
tuvo más remedio que aceptar tales puntos, desglosando así al hombre del
partido. Actitud ejemplarizante que hoy parece imposible a los llamados
liberales, que confunden el viciado caudillismo personalista, con la
organización política que le da origen, que es permanentemente histórica.
Este perfil de
Zelaya, surge a través de interesantes párrafos externados por el político
conservador Cuadra Pasos, en un compendio vulgarizador que fueron publicados
por la extinta revista “Semana”. Luego fueron impresos bajo el título “Historia
de Medio Siglo” (Editorial Unión).
Prosa suelta,
concisa, penetrante, eminentemente moderna, periodística, sugestiva, la del
político y escritor. Se afirma que la historia es el historiador por lo difícil
que es ser objetivo en narrar hechos en que se toma parte personalmente (como
el tribuno sultaneco). No obstante, se me antojan estos seleccionados trozos,
aleccionadores, sugerentes, oportunos,
para la actual situación política que vive nuestra patria. Entresaco
pasajes, acoto comentarios. Lo demás queda bajo la responsabilidad intelectual
de Cuadra Pasos. En materia de juicios históricos, opiniones, conceptos
filosóficos, etc. Aquí va el perfil político de Zelaya, con subtítulos
colocados por el suscrito.
PARTIDO ANULADO
“El rostro de
Zelaya en la política nicaragüense era imborrable porque estaba confundido con la huella de uno de los partidos históricos. La
sanción (exclusión) contra el zelayismo sin comprender ese vocablo al que se daba
sentido peyorativo, comprendía en su significado a todo el Partido Liberal que era una entidad histórica imprescindible, para
el equilibrio de la democracia nicaragüense y aún centroamericana”. (Los
subrayados son míos).
Comentario: El vicioso caudillismo, peste en nuestra
historia, aboga y anula a los partidos que lo han sustentado en los orígenes de
la toma del poder. Como mater nutricia al Partido el dictador lo sofoca en el
curso de su ascenso al pináculo hasta mediatizarlo y anularlo bajo su omnímoda
voluntad.
Comentario: Mutatis mutandi la historia
se repite. Como dijimos antes en otro perfil (el de Hitler), el poder absoluto
acaba por corromper en absoluto al que lo ejerce. Al principio, los dictadores,
como afirmó un lugarteniente de Hitler, “son humanos al final inhumanos”.
Apogeo: “El dictador de Nicaragua
estaba en su época de mayor poderío, que es cuando se ciegan los poderosos.
“Entretanto
Zelaya, triunfador y engreído, caminaba sin embargo hacia su ocaso. Don Enrique
Guzmán comentando la situación dice: “el molino de la Providencia muele
despacio, pero muele siempre”. Mitad broma, mitad blasfemia, el pueblo
conservador decía desconsolado: “Dios se ha vuelto zelayista”. (Pág. 30 ob.
cit.)
Comentario: El dicho del castizo escritor nica Enrique
Guzmán revela una irónica filosofía acerca de la fugacidad del poder, como el
dinero, es inestable. Se lucha, a veces brutalmente para atraparlo, cuando su
inesperada pérdida es tan deleznable, como la fina arena que se escurre en los
dedos de las manos”.
Tensión con EE.UU.: “usando
(Zelaya), una diplomacia agria contra la Legación Americana, residente en
Managua. La cuerda de las relaciones entre los Estados Unidos y Nicaragua se puso tensa”.
Comentario: Cuando llegó Taft al poder, hubo alborozo
entre los conservadores, (iba a ser el
que derribaría al dictador), creyendo, como ahora, que en Washington, se cambia
el rumbo del poder en estas republiquetas de banano y café. Zelaya,
envalentonado, desató la represión y se colocó frente a la representación
diplomática, en algo parecido como el actual con la Embajada de EE.UU., de
septiembre pasado para acá. El paralelismo entre ambos hombres es notable,
porque el sistema “común” se inspira en su anterior antecesor, que comenzaba a “tocar
a Dios con las manos sucias”.
Reto: “Zelaya se estaba enredando en los hilos de su política
dictatorial. El gobierno de Washington lo miraba cada vez con mayor
desconfianza y el hombre fuerte acostumbrado a que todo se le sometiera y todos se humillaran, quiso contrarrestar la
nueva política de los Estados Unidos”… etc. (Pág. 36).
Comentario: Esta párrafo calza con los actuales momentos
políticos. Cambiando el objetivo de Estados Unidos, que era el proyectado canal
interoceánico, entonces por la política de respeto por los derechos humanos,
ahora, preconizada por Jimmy Carter a su ascenso al poder. Aunque su vigencia
en la realidad se convierte cada vez más en barullo propagandístico para consumo
interno de cabilderos políticos electores, que en una base de apoyo efectiva
para los sojuzgados pueblos latinoamericanos.
Jaque Mate: “Pero Zelaya estaba
ciego por sus buenos éxitos anteriores. El gobierno americano que atisbaba la
coyuntura propicia para terminar con el poder de Zelaya, estimó como una grave
ofensa para los EE.UU., el fusilamiento de dos ciudadanos americanos (Pág. 38.
ob. cit.)
Comentario: Aunque en 1979 la política yanqui ha cambiado
el brutal intervencionismo más descarado para defender sus intereses de vastos
alcances imperialistas, todavía Centroamérica es para EE.UU., área sensitiva
para que la historia vuelva a enredar el hilo de la madeja. Carter retira a
funcionarios de su embajada, cancela préstamos considerados inminenets, si no
se adopta un nuevo régimen gubernamental radicalmente distinto al que impera…
Destierro: “El gobierno americano no bajó el dedo conminador y el
general José Santos Zelaya, después de haber
hecho nombrar en el Congreso, como sucesor, al doctor José Madriz, tomó el
camino del destierro en un barco de guerra que puso a su disposición otro
dictador, general Porfirio Díaz, de México.” (Pág. 46. ob. cit.)
Comentario: Todavía el dictador, con un pie en el barco que lo alejaría (hasta su
muerte) de su patria, actúa como autoritario exiliado, haciendo nombrar por un
Congreso que le es servilmente sumiso al doctor José Madriz, para quien era
mucho peso, cargar en sus débiles hombros, tan funesta sucesión.
Zelaya, ante la fuerza mayor de la potencia sojuzgante, que lo derrocó
de un manotazo, termina como inexorablemente terminan los dictadores casi
siempre: en el destierro, amargo y agobiante. Pero ninguno, en la ambrosía del
poder, hasta ahora, ha aprendido la lección. Recordemos pues a don Enrique
Guzmán: “el molino de la Providencia muele despacio, pero muele siempre”.
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* Publicado el 12 de
Febrero de 1979, cuando faltaban escasos
186 días para que el “molino de la providencia”, ─ advertido por don Enrique Guzmán (1843-†1911) ─, le aplicara la primera “muela” al
último dinasta de los Somoza, quien partió raudo al exilio un 17 de Julio de
1979; la “segunda muela” y molienda definitiva, lo alcanzó en Paraguay.
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