viernes, 5 de diciembre de 2014

LA IGLESIA PARROQUIAL DE JINOTEPE. Por: Dr. Eduardo Pérez-Valle. Julio de 1962.

LA IGLESIA PARROQUIAL DE JINOTEPE. Por: Dr. Eduardo PÉREZ-VALLE. Julio de 1962.


──────────Ω ──────────

“En lugares mediterráneos no se fabrique el Templo en la plaza, sino algo distante de ella, donde esté separado de otro cualquier edificio que no pertenezca a su comodidad y ornato; y porque de todas partes sea visto y mejor venerado, está algo levantado del suelo, de forma que se haya de entrar por gradas”.               
                            (Leyes de Indias: Libro IV, Título VII, Ley)

──────────Ω Ω Ω ──────────

    La historia de la iglesia parroquial de Jinotepe ofrece lamentablemente algunas lagunas difíciles de llenar.

         A mediados del siglo XVIII eran de tejas únicamente la capilla mayor y la sacristía. El cuerpo de la iglesia era de paja hasta la mitad, la otra mitad permanecía descubierta. Las paredes se habían caído a consecuencia de la gran sacudida sísmica de 1739, que descendió como un estremecimiento de horro por el lomo rugoso del Mombacho, dañando también considerablemente las humildes iglesias de Diriá y Diriomo. Para la época a que nos referimos las 280 personas ladinos e indios, que componían el pueblo de Jinotepe eran tan pobres que no se veía cómo ni cuándo pudieran reedificar el templo.

En “La Prensa” del 9 de Noviembre de 1941 se registran los siguientes datos que, aunque aparecen sin firma es preciso atribuir al espíritu investigador y acucioso de su director de entonces, el Dr. Pedro Joaquín Chamorro Z.:

“No se conserva memoria ni documento alguno sobre la fundación del templo parroquial de Jinotepe”…

“En los archivos de la familia Rodríguez-Mayorga se conserva un documento autenticado por el Presbítero Mateo Espinosa, como Secretario y firmado por el Obispo de Nicaragua Doctor Bernardo Piñol y Aycinena, el 13 de Marzo de 1861, por el cual se nombra Mayordomo Ecónomo de la iglesia de Jinotepe al padre del Licenciado Rodríguez, don Felipe Rodríguez Mora, con el objeto de que se haga cargo de la construcción de las torres y  frontispicio de la Parroquia. Era cura entonces el presbítero Julián García. El constructor de dicha edificación fue don Felipe Granera, originario de León, quien influenciado por la arquitectura de la catedral de la Metrópoli, hizo del frente de la iglesia de Jinotepe una réplica en pequeño de aquella, terminando la construcción en 1864. El plano de los trabajos con una magnífica perspectiva de las torres, todavía lo conserva la misma familia Rodríguez-Mayorga”.

En relación con estos datos sobre la puerta de la torre Sur hay un recuadro con esta leyenda en argamasa:

Leyenda sobre la puerta de la torre Sur: "ESTAS TORRES FUERON TRABAJADAS POR EL SR. CURA PRO. JULIAN GARCIA EL AÑO DE 1865". Fotografía: E. Pérez-Valle, 1962.

ESTAS TORRES FUERON TRABAJADAS POR EL SR. CURA PBRO. JULIAN GARCÍA EL AÑO DE 1865.

         Sería arbitrario suponer que la fábrica de la iglesia se inició durante el régimen colonial, es decir, más de 44 años atrás. Pero también resulta increíble que el pueblo permaneciera prácticamente sin iglesia por más de 70 años, que es el extremo sustentado por quienes niegan el origen colonial del edificio.

      Mucho se ha repetido lo del parecimiento con la catedral de León. Observando con atención es fácil darse cuenta de que la similitud reside únicamente en la cubierta de las torres y en la forma y disposición de los pináculos. En los demás no existe ninguna semejanza, y las esbeltas torres jinotepinas están muy lejos del aplastado conjunto de la catedral leonesa. En líneas generales está más cerca de ésta la parroquial de Rivas, con sus torres de sólo dos cuerpos y su portada que trata de copiar la de la gran catedral. Pero aquí es otra la nota dominante de los pináculos y la silueta de la cubierta recortada en el cielo, lo cual parece normar el ojo del vulgo para establecer sus relaciones de afinidad.

Las esbeltas torres de la Iglesia Parroquial. El conjunto de la fachada fue concebido con gusto exquisito y proporciones admirables. Son obra del maestro leonés Felipe Granera.  Fotografía: E. Pérez-Valle, 1962. 

    Según lo anunció “La Prensa, en días pasados se está procediendo a edificar la casa cural en el atrio posterior de la iglesia parroquial. Un grupo de personas se opone, porque se restará elegancia dicen, al “edificio colonial”, que, dicho sea de paso, es lo mejor que existe en materia arquitectónica en muchas leguas a la redonda. El corresponsal Zambrana, aduce el testimonio de la Srita. Feliciana Bendaña, recién fallecida  a la edad de 102 años, para demostrar que la iglesia “no es ni centenaria”. La Srita. Bendaña “ayudó –según decía— a la construcción acarreando agua desde el río en compañía de un centenar de gentes de Jinotepe, que ya querían ver terminada la iglesia”. Es indudable que este dato se refiere a la construcción del frontispicio y las torres por el maestro Granera, bajo el curato del Padre García. Pero el cuerpo del edificio debe haberse construido con bastante anticipación, no sabemos exactamente cuándo.

Este hermoso aspecto de la Nave de Cristo ya no podrá admirarse cuando se interpongan las nuevas edificaciones de la casa cural.
       Aparte de esto, si nuestra preocupación sólo se fijara en cuidar lo colonial, ciertamente tendríamos muy poco que atender y respetar. Pero también estamos en la obligación ineludible de conservar y valorizar LO TRADICIONAL. Monumentos arquitectónicos, que aunque no sean de la época colonial fueron concebidos por nuestros olvidados y a veces grandes arquitectos dentro de los cánones y el gusto propios de aquel estilo. Dentro de este grupo caben en sitio de honor obras tan exquisitas como la iglesia parroquial de Nandaime y esta que nos preocupa, de Jinotepe. Además del innegable valor histórico que las enriquece, estas iglesias tienen a su favor el ser producto de una tradición constructiva mucho más nicaragüense que el amaneramiento modernista de que tanto se abusa actualmente, y que el seudo-funcionalismo decorativista que se vive importando en forma tan servil e irracional.

La Iglesia Parroquial de Jinotepe ubicada en la manzana que le corresponde:

1 - Atrio primitivo.
2 - Zona de jardines y 
3 - Aceras obtenidas al pavimentarse las calles circundantes.
(Dibujo del Dr. E. Pérez-Valle)
     Es pues un paso muy serio y de mucha responsabilidad el que se quiere dar al construir la casa cural junto a la iglesia, en el atrio. Lejos de mejorar el buen aspecto del monumento, que por sus bellas proporciones difícilmente puede ser incrementado, se menoscaba su preeminencia y principalidad en el conjunto urbano; se planteará un contraste chocante entre la arquitectura tradicional y las nuevas construcciones, si es que se levantan de acuerdo al amaneramiento actual; se bastardeará la belleza del conjunto tal a como ahora se presenta, y también su significación histórica, si el nuevo edificio pretende construirse conforme a las normas tradicionales. Por último,
Plano esquemático de Jinotepe, 1962. Por: EPV.
Obsérvese  que fuera del Parque Central y de los
atrios de la Iglesia Parroquial no existen "espacios
libres" en el centro de la ciudad.
 
hay razones urbanísticas de mucho peso que se oponen al proyecto, entre otras la contraindicación del sacrificio del “espacio libre”, a que tanta importancia se concede en los modernos planeamientos en los alrededores de los edificios públicos, y mucho más cuando se trata de joyas arquitectónicas de la importancia de la que nos ocupa. Cuando en todos los países en el remodelamiento de las viejas ciudades se busca la creación de nuevos espacios libres que descongestionen, ventilen y saneen los “volúmenes sociales” y favorezcan y valoricen ciertos edificios y monumentos importantes, de significación espiritual aquí se requiere crear aquella aglomeración y desvalorizar lo más notable de una ciudad, mejor dijéramos, de toda una región, con el aditamento de construcciones utilitarias que jamás podrán estar a la altura del edificio a cuya sombra medrarían. 

El interesante conjunto de las bóvedas y cúpulas de la cabecera, junto al cual quiere construirse la nueva casa cural. Fotografía del Dr. Eduardo Pérez-Valle, 1962. 


──────────Ω Ω Ω Ω Ω ─────────

No hay comentarios:

Publicar un comentario