LA IGLESIA PARROQUIAL
DE JINOTEPE. Por: Dr. Eduardo PÉREZ-VALLE. Julio de 1962.
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“En lugares mediterráneos no se fabrique el Templo en la
plaza, sino algo distante de ella, donde esté separado de otro cualquier
edificio que no pertenezca a su comodidad y ornato; y porque de todas partes
sea visto y mejor venerado, está algo levantado del suelo, de forma que se haya
de entrar por gradas”.
(Leyes
de Indias: Libro IV, Título VII, Ley)
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La historia de
la iglesia parroquial de Jinotepe ofrece lamentablemente algunas lagunas
difíciles de llenar.
A mediados del
siglo XVIII eran de tejas únicamente la capilla mayor y la sacristía. El cuerpo
de la iglesia era de paja hasta la mitad, la otra mitad permanecía descubierta.
Las paredes se habían caído a consecuencia de la gran sacudida sísmica de 1739,
que descendió como un estremecimiento de horro por el lomo rugoso del Mombacho,
dañando también considerablemente las humildes iglesias de Diriá y Diriomo.
Para la época a que nos referimos las 280 personas ladinos e indios, que
componían el pueblo de Jinotepe eran tan pobres que no se veía cómo ni cuándo
pudieran reedificar el templo.
En “La Prensa” del 9 de Noviembre
de 1941 se registran los siguientes datos que, aunque aparecen sin firma es
preciso atribuir al espíritu investigador y acucioso de su director de
entonces, el Dr. Pedro Joaquín Chamorro Z.:
“No se conserva memoria ni
documento alguno sobre la fundación del templo parroquial de Jinotepe”…
“En los archivos de la familia
Rodríguez-Mayorga se conserva un documento autenticado por el Presbítero Mateo
Espinosa, como Secretario y firmado por el Obispo de Nicaragua Doctor Bernardo
Piñol y Aycinena, el 13 de Marzo de 1861, por el cual se nombra Mayordomo Ecónomo
de la iglesia de Jinotepe al padre del Licenciado Rodríguez, don Felipe
Rodríguez Mora, con el objeto de que se haga cargo de la construcción de las
torres y frontispicio de la Parroquia. Era
cura entonces el presbítero Julián García. El constructor de dicha edificación
fue don Felipe Granera, originario de León, quien influenciado por la arquitectura
de la catedral de la Metrópoli, hizo del frente de la iglesia de Jinotepe una
réplica en pequeño de aquella, terminando la construcción en 1864. El plano de
los trabajos con una magnífica perspectiva de las torres, todavía lo conserva
la misma familia Rodríguez-Mayorga”.
En relación con estos datos sobre
la puerta de la torre Sur hay un recuadro con esta leyenda en argamasa:
Leyenda sobre la puerta de la torre Sur: "ESTAS TORRES FUERON TRABAJADAS POR EL SR. CURA PRO. JULIAN GARCIA EL AÑO DE 1865". Fotografía: E. Pérez-Valle, 1962. |
ESTAS TORRES FUERON TRABAJADAS POR EL SR. CURA PBRO. JULIAN
GARCÍA EL AÑO DE 1865.
Sería arbitrario
suponer que la fábrica de la iglesia se inició durante el régimen colonial, es
decir, más de 44 años atrás. Pero también resulta increíble que el pueblo
permaneciera prácticamente sin iglesia por más de 70 años, que es el extremo
sustentado por quienes niegan el origen colonial del edificio.
Mucho se ha
repetido lo del parecimiento con la catedral de León. Observando con atención
es fácil darse cuenta de que la similitud reside únicamente en la cubierta de
las torres y en la forma y disposición de los pináculos. En los demás no existe
ninguna semejanza, y las esbeltas torres jinotepinas están muy lejos del
aplastado conjunto de la catedral leonesa. En líneas generales está más cerca de
ésta la parroquial de Rivas, con sus torres de sólo dos cuerpos y su portada
que trata de copiar la de la gran catedral. Pero aquí es otra la nota dominante
de los pináculos y la silueta de la cubierta recortada en el cielo, lo cual
parece normar el ojo del vulgo para establecer sus relaciones de afinidad.
Según lo
anunció “La Prensa, en días pasados se está procediendo a edificar la casa
cural en el atrio posterior de la iglesia parroquial. Un grupo de personas se
opone, porque se restará elegancia dicen, al “edificio colonial”, que, dicho
sea de paso, es lo mejor que existe en materia arquitectónica en muchas leguas
a la redonda. El corresponsal Zambrana, aduce el testimonio de la Srita.
Feliciana Bendaña, recién fallecida a la
edad de 102 años, para demostrar que la iglesia “no es ni centenaria”. La Srita.
Bendaña “ayudó –según decía— a la construcción acarreando agua desde el río en
compañía de un centenar de gentes de Jinotepe, que ya querían ver terminada la
iglesia”. Es indudable que este dato se refiere a la construcción del
frontispicio y las torres por el maestro Granera, bajo el curato del Padre
García. Pero el cuerpo del edificio debe haberse construido con bastante
anticipación, no sabemos exactamente cuándo.
Este hermoso aspecto de la Nave de Cristo ya no podrá admirarse cuando se interpongan las nuevas edificaciones de la casa cural. |
Aparte de
esto, si nuestra preocupación sólo se fijara en cuidar lo colonial, ciertamente
tendríamos muy poco que atender y respetar. Pero también estamos en la
obligación ineludible de conservar y valorizar LO TRADICIONAL. Monumentos arquitectónicos,
que aunque no sean de la época colonial fueron concebidos por nuestros
olvidados y a veces grandes arquitectos dentro de los cánones y el gusto
propios de aquel estilo. Dentro de este grupo caben en sitio de honor obras tan
exquisitas como la iglesia parroquial de Nandaime y esta que nos preocupa, de
Jinotepe. Además del innegable valor histórico que las enriquece, estas
iglesias tienen a su favor el ser producto de una tradición constructiva mucho
más nicaragüense que el amaneramiento modernista de que tanto se abusa
actualmente, y que el seudo-funcionalismo decorativista que se vive importando
en forma tan servil e irracional.
Es pues un
paso muy serio y de mucha responsabilidad el que se quiere dar al construir la
casa cural junto a la iglesia, en el atrio. Lejos de mejorar el buen aspecto
del monumento, que por sus bellas proporciones difícilmente puede ser
incrementado, se menoscaba su preeminencia y principalidad en el conjunto
urbano; se planteará un contraste chocante entre la arquitectura tradicional y
las nuevas construcciones, si es que se levantan de acuerdo al amaneramiento
actual; se bastardeará la belleza del conjunto tal a como ahora se presenta, y
también su significación histórica, si el nuevo edificio pretende construirse
conforme a las normas tradicionales. Por último,
Plano esquemático de Jinotepe, 1962. Por: EPV. Obsérvese que fuera del Parque Central y de los atrios de la Iglesia Parroquial no existen "espacios libres" en el centro de la ciudad. |
hay razones urbanísticas de
mucho peso que se oponen al proyecto, entre otras la contraindicación del
sacrificio del “espacio libre”, a que tanta importancia se concede en los
modernos planeamientos en los alrededores de los edificios públicos, y mucho
más cuando se trata de joyas arquitectónicas de la importancia de la que nos
ocupa. Cuando en todos los países en el remodelamiento de las viejas ciudades
se busca la creación de nuevos espacios libres que descongestionen, ventilen y
saneen los “volúmenes sociales” y favorezcan y valoricen ciertos edificios y
monumentos importantes, de significación espiritual aquí se requiere crear
aquella aglomeración y desvalorizar lo más notable de una ciudad, mejor
dijéramos, de toda una región, con el aditamento de construcciones utilitarias
que jamás podrán estar a la altura del edificio a cuya sombra medrarían.
El interesante conjunto de las bóvedas y cúpulas de la cabecera, junto al cual quiere construirse la nueva casa cural. Fotografía del Dr. Eduardo Pérez-Valle, 1962. |
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