PROPUESTA PRECURSORA DE UNA PREPARATORIA PRE-UNIVERSITARIA EN NICARAGUA
1947
UNIVERSIDAD LIBRE DE
NICARAGUA
Managua – Centro América
Managua,
Diciembre, 10, 1947.-
Sr. Br. don
Eduardo Pérez Valle,
Ciudad.-
Mi estimado amigo:
La
Junta Universitaria ha estudiado
cuidadosamente el muy importante proyecto de Ud. relativo a que ésta
Universidad imparta al propio tiempo que la universitaria, enseñanza primaria y
secundaria.
La
Junta no sólo felicita a Ud., por su trabajo laborioso y oportuno sino que le
rinde las gracias por el vivo interés que a
favor de ésta Universidad significa su iniciativa.
Cree
la Junta que para ponerlo en práctica debemos esperar la conclusión del curso
escolar ahora pendiente y resolver lo que convenga según sean las
circunstancias en que se halle el país durante los meses de abril y mayo próximos.
Quiero
que siempre que tenga tiempo venga a ésta Rectoría para que cambiemos ideas
respecto a la realización de la magnífica iniciativa de Ud.
Afmo.
amigo.,
SALVADOR
MENDIETA
RECTOR
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INICIATIVA PARA FUNDAR LA PRIMERA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA EN NICARAGUA
1945 – 1946 CENTRO UNIVERSITARIO
DE MANAGUA
Universidad Central – Nicaragua
5
de Julio de 1946
Bres:
Eduardo Pérez Valle,
Orlando Montenegro,
Ronaldo Delgadillo,
Carlos Rivers h.,
Francisco Frixione,
Compañeros:
En
nombre de la Directiva del Centro Universitario de Managua, participo a Uds.
que habéis sido nombrados miembros de la “COMISIÓN ORGANIZADORA PRO-UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA”.
Si
las necesidades lo requieren esa Comisión podrá ser aumentada con los
compañeros que vosotros recomendéis.
La
Directiva del CUM confía plenamente en que vuestro dinamismo y buena voluntad
lograrán hacer una realidad cuanto antes del patriótico gesto que significa la
creación de dicha Universidad,
De,
Uds., Atentamente,
CARLOS SANTOS BERROTERÁN
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Carlos Santos B.
Presidente.
Jorge Solís B.
Vice-Presidente
Rafael Córdova R.
Srio. del
Exterior.
Edgard Paguaga
Srio. del
Interior
Armando Serrano
Tesorero
Humberto Caldera
Vice-Tesorero
Gilberto Serrano
Srio. de
Cultura
Alfredo Obando
Srio. de
Deportes
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EN EL AÑO DE SU PARTIDA DEFINITIVA
PÉREZ-VALLE EN EL RECUERDO DE DOS ENTRAÑABLES AMIGOS
“PENSANDO EN NICARAGUA”: Por Ignacio Briones Torres. Miembro de la Academia Nicaragüense de Geografía e Historia.
EDUARDO PÉREZ VALLE DE CUERPO ENTERO:
Los grandes precursores del periodismo idearon en diferentes
épocas el uso de determinados tipos de imprenta para privilegiar el contenido o
la importancia de las noticias. El uso de las ocho columnas, o “head-line” de
los norteamericanos elevó al máximo esta práctica. Ocupar todo el ancho de la
primera página significa que tal o cual acontecimiento ha sido considerado por
los editores como el de mayor relevancia, y como tal se presenta a los
lectores.
Hasta donde mi experiencia indica, nunca, por lo menos hasta
ahora, pudimos ponerle sentimiento a las letras, pero si a las palabras, quiero
decir a lo que escribimos y publicamos.
Más que con letras escribo esta página con sentimiento.
Ellas me sirven para expresar el profundo dolor que nos causa el fallecimiento
de Eduardo Pérez Valle, compatriota de singulares méritos en todos los órdenes
de la vida. Historiador, cartógrafo, investigador, intelectual del más alto
nivel que pueda desearse, Eduardo se consagró al estudio de nuestra Historia
Patria y las obras que ahora hereda constituirán siempre un invalorable tesoro
para el patrimonio cultural de nuestro país.
Pedro Joaquín Chamorro Cardenal me presentó a Eduardo en una
de aquellas mañanas de “La Prensa” anteriores al terremoto 72 cuando antes de
iniciar las labores del día hacíamos tiempo para conversar sobre los múltiples
sucesos que ocupaba la actualidad nacional. ─ ¿Qué me traés?, había preguntado Pedro a Eduardo.
Este llevaba consigo uno de los numerosos libros que escribió, tan valioso como
todos los que salieron de su pluma.
El libro era “Expediente de Campos Azules”, la más rigurosa
y minuciosa recopilación documental que sobre la historia de nuestra Costa
Atlántica existe hasta hoy. ─
¿Querés que te le haga un comentario? ─ No doctor, respondió Eduardo. Pero si
quiero que lo lea y lo integre a la biblioteca del periódico. Podría ser que
algún día un joven estudiante se interese por su contenido y estoy seguro que
le servirá de mucho. Yo no escribo pensando en los comentarios que podrían
producir mis obras, sino en lo útil que ellas pueden ser para que vayamos
conociendo, aunque sea poco a poco nuestra identidad nacional.
Cuando
Eduardo se retiró, Pedro comentó: ─Seguramente no hay actualmente en Nicaragua
un investigador más serio y más modesto que Eduardo Pérez Valle. Tengo muchos
años de conocerlo y nunca he visto que ande propagandizándose. Entiende y
practica el rigor científico en sus trabajos, pero nada de promocionarse. Esta
es una característica de los auténticos valores.
Yo
había leído la Historia del Desaguadero del Río San Juan de Eduardo Pérez
Valle y también la historia del ferrocarril que él tituló “Cien años sobre
rieles”. Ambos libros revelaban la
cultura del autor, ese apego a la verdad documental que caracterizaría su obra
de Historiador.
En mis
archivos venía acumulando asimismo los calendarios llenos de historia que hacía
por encargo del First National City Bank que él mismo ilustraba con la destreza
de los mejores dibujantes. Cada calendario representaba períodos de la historia
nacional que adquirían por sí mismos categoría de trabajos pedagógicos de
interés permanente. Estos calendarios no solo tenían la validez cronológica del
año en que se publicaban, sino que trascendían los breves 12 meses de la
ocurrencia anual que recogían. Que
sepamos nunca nadie, después del 72, dio continuidad a este tipo de
calendarios, tan valiosos como un libro de Historia.
Confirmé
la modestia de Eduardo Pérez Valle luego que sentí la necesidad humana de
estrechar relaciones con él. Nada de lo nicaragüense le era ajeno y sabía de
memoria –sin posibilidad de equivocaciones— todo cuanto interesara saber acerca
del pasado nacional. Sus escritos revelaron siempre que así como nunca
verbalmente se refería a un hecho que no lo tuviera plenamente confirmado,
tampoco lo escribía.
En
diferentes periódicos quedan impresos numerosos trabajos suyos de rectificación
o aclaración sobre trascendentales acontecimientos que fueron conformando la
historia nicaragüenses.
Un día,
hace ya varios años, me dijo que ya no
podía dibujar. No sé qué adormecimiento de su capacidad visual lo había
afectado. Sin embargo, pese a esa deficiencia, seguía sus hábitos de lectura y
su devoción a las letras históricas.
Bajo la
regencia del ingeniero César Avilés Haslam, el INETER conmemoró los 50 años de
Cartografía en el país. Coordinó el evento el joven historiador Orient Bolívar
Juárez. Eduardo Pérez Valle fue galardonado en el acto de conmemoración por su
valiosa contribución a esa área de la cultura universal.
La
Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, por moción de su presidente
doctor Emilio Álvarez Montalván, y la aprobación unánime de todos sus miembros,
le otorgó asimismo una Placa de reconocimiento a su obra geográfica-histórica
el 12 de septiembre de 1997. Los reconocimientos le llegaban sin que él se
preocupara mucho por obtenerlos, aunque sin duda sabía que los merecía. Y los recibía con modestia y gratitud, sin un
solo rasgo de envanecimiento.
Con
Agustín Fuentes Sequeira tuvimos una vez un debate sobre autores nacionales. Me
tocó hablar de Eduardo y su obra. Y dije sencillamente lo que pensaba de él:
que era un nicaragüense singular, un maestro de la investigación y un modelo de
ciudadano. Ocasionalmente Eduardo estaba oyendo el debate radial, y vino a mi
casa a darme las gracias como si lo
dicho por mí no hubiera sido exactamente lo que él merecía. Así era
nuestro amigo que ahora ha fallecido. Y nuestros apuntes se quedan muy cortos.
De él puede repetirse con toda propiedad lo que un pensador
europeo dijo respecto a las personalidades históricas: “El mérito histórico de
las personalidades históricas –escribió el europeo—, se mide no por lo que
dejaron de hacer de acuerdo con las exigencias de la actualidad, sino por lo
que hicieron de nuevo de acuerdo con sus antecesores”.
Eduardo innovó los viejos conceptos de panfletos políticos
partidarios que no pocos de nuestros historiadores imprimieron a sus trabajos.
Realizó una labor eminentemente cultural de manera silenciosa, pero
profundamente valiosa, diría eterna. Pasó por la vida sembrando semillas de
verdad. Fue y será siempre un compatriota de esos que por derecho propio
ameritan que no se les olvide nunca.
Descanse en Paz Eduardo Pérez Valle. Y junto al pésame a sus
familiares me enluto como parte de la familia doliente. El luto que cubre a la
cultura nacional con su desaparecimiento.
Msc. Orient Bolívar Juárez; Dr. Felipe Rodríguez Serrano; Dr. Emilio Álvarez Montalván, Licenciado Ignacio Briones Torres, Dr. Eduardo Pérez-Valle
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EDUARDO PÉREZ VALLE (R. I. P.)*
Por: Dr. Armando Arce Páiz
Managua, abril 1998.
Me preguntas
por quién doblan las campanas (…) y te contesto, por mí. Recuerdo de nuestra
juventud a Eduardo, estudiante de la Universidad Central de Managua, perteneció
con orgullo a la generación del 44, tenía un talento privilegiado y vocación de
periodista.
Exitoso
redactor de El Universitario, publicación semanario, con la colaboración de un
selecto grupo de estudiantes libérrimos de las diferentes facultades recién
fundadas en 1941. Creador y propulsor del movimiento cívico-estudiantil de la
época.
Plumas
candentes contra la dictadura de Somoza García, rodearon a Eduardo en la
Dirección de El Universitario, y cabe señalar con honor a sus otros Directores:
Reynaldo Antonio Tefel Vélez, Arsenio Álvarez Corrales y Carlos Santos Berroterán. Participaron
activamente en la redacción: Francisco Frixione Saravia, Octavio Caldera, y
Eduardo Nicolás Matus.
En el año 1946
salieron al exilio a Guatemala, México y Costa Rica, los más destacados
dirigentes estudiantiles, algunos como César Carter Cantarero, nunca regresó al
país.
Eduardo Pérez
Valle, tenía en su habilidad mental una singular apreciación de los hechos en
cualquiera de las connotaciones sociales, políticas, históricas, literarias,
científicas, en pocas palabras, era un hombre
ecuménico.
Con sentimiento
hemos leído apreciaciones que han escrito tus amigos y académicos, sobre tus
legítimas contribuciones a la cultura nacional.
Noble es
destacar también su labor docente, abnegada y que hoy recuerdan tus antiguos
alumnos de la Escuela Monseñor Lezcano, Botón de Oro de tu vida.
Escribo estas
líneas en homenaje-post-mortem al hidalgo amigo, al científico, al escritor
insigne, al historiador-investigador, al amigo de los amigos, al que fue leal a
la verdad, a su propio valor intrínseco, al ilustre ciudadano Eduardo Pérez
Valle, al nicaragüense que vivió y compartió su vida aferrada a su tierra
natal. Aún recuerdo a Ronaldo Delgadillo Bravo, que lo amparó en la oscura
noche de la tiranía de Somoza y se escapó de los esbirros.
Eduardo, tu
verdad histórica es un monumento a la misma historia y ejemplo para el
estudiante del presente.
* Publicado en El Nuevo Diario, Abril 1998.
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