THE NEW VARNUM
Wáshington D.C.
EDGAR A. BENNET Proprietor
1º
Mayo 1910
Gestionando en la Secretaría de
“Commerce and Labor” conseguí orden de investigar sobre El Venus y hacer cuanto
preciso fuere para detenerlo.
Como tiene toda apariencia de buque mercante y bandera inglesa, no había
medio de detenerlo más.
He obtenido si que se le
vigilara, pues en cuanto cambie de bandera ó se erija en buque de guerra, se
convierte en buque pirata y ha lugar a capturársele por los EE.UU.
Por otra parte, si no cambia
bandera y llega efectivamente como buque mercante Uds pueden capturarlo, en
razón del bloqueo.
Mañana continuaré mis gestiones a ese
respecto.
Hoy con Don Pedro quien a la ida también entró a esta
ciudad, hemos tenido larga conferencia con Mr. Dawson, Jefe de las Oficinas de
Asuntos Latinoamericanos, en el Departamento de Estado.
Nos dio audiencia especial y
expusimos cuanto había que exponer. Salimos muy satisfechos, pues, Mr. Dawson
no puede ser favorable, más amigo, más adicto a nosotros.
Este Señor estuvo muy gravemente
enfermo, casi un mes o más tiempo y entonces nuestros asuntos no estuvieron en
tan buen pie.
Si la intervención se hubiese
efectuado, faltando Mr. Dawson, habría sido en contra de nosotros; ó había
motivos para temerlo: de ello fui, puede decirse, notificado; y de allí mi
temor por la intervención.
Hoy es distinto: Mr. Dawson está
completamente de nuestro lado: es sincero, decidido y entusiasta amigo; y si se
efectuase la mediació o intervención no sería para dejarnos en peor condición,
que es mi temor, fundado, muy fundado.
Además, los infomes y pruebas sobre
la conducta del gobierno de Madriz llueven, salvajes, dejando muy atrás a
Zelaya, y ese es un gran factor, ó será en lo que vaya a resolverse, en caso de
ser necesario.
Fíjese bien en este última frase en
caso de ser necesario, pues solo, por necesidad y a favor o por motivo de
intereses americanos se llevaría a cabo.
De eso estoy convencido ----como también cierto estoy, de lo que
antes participele (SIC): que si para proteger los intereses americanos es
preciso la separación forzosa de la Costa, aquí no vacilarían en caso extremo.
Respecto de que yo fuese adversario de
la mediación, y que a convencerme venga don Pedro, no hay tal –-- La mediación,
de modo que no quedaríamos en peor condición, sino consiguiendo nuestro fin
elevado de poner un gobierno bueno y de progreso; así lo he solicitado, cada
día.-
Otra cosa es: que yo no hago ni puedo
hacer el escándalo de Adolfo o Pío; que estampan cosa que yo jamás firmaría y
también pasa: que lo que hago a Uds. se los comunico, pero no a ellos que más
tarde pueden hacer conmigo lo que acostumbran, volteárseme y dar a la imprenta
lo que es y lo que no es,---les tengo miedo, profundo miedo, y con razón---
Así, pues, a ellos no les digo ó les he dicho, cuando han hablado conmigo,
ni lo que pienso ni lo que hago; muchas veces he dicho lo contrario, porque sé
lo que son; y hay cosas más que Ud. comprende y no las digo.
Don Pedro Joaquín ha regresado de Nueva
York con Adolfo Vivas – están en perfecta intimidad, y hablan ambos del mismo
modo.
No veo la necesidad que de eso sabría,
puesto que yo me puse desde que aquí vino Dn. Pedro, a su orden; y he hablado
con él franca y sinceramente, y no busco sino el triunfo o salvación de la
causa revolucionaria.
Como no estoy ni he estado, durante la
Revolución, en Bluefields he podido cometer errores de apreciación: mis cartas
han podido no ser acertadas –Estaba cierto de que con Ud. me entendía; pero
ciertamente de lejos, he podido errar. Debió guardarme Ud. completa reserva, y
así lo espero.
Sin embargo, en lo que se refiere a
apreciaciones de aquí, estoy firme y cierto de cuanto le he manifestado, a Ud.
y al General Estrada.
Espero que las cosas se irán
componiendo más y más, y tal vez sea yo aún útil aquí, por el conocimiento que
tengo del lugar y de las personas, y por los trabajos ya empezados y en
gestión, que tengo en los Departamentos del Gobierno.
Algunos días no tengo tiempo de
almorzar o tomar “lunch”, pues cada día tengo ocupaciones, y mi gestión es
tenaz, necia, constante, y nada me arredra ni me desconcierta, ni me ofende.
Ciertamente eso ha de ir dando
resultado.
Si Uds. creyeran que aun es conveniente
para Uds. que aquí continúe, era bueno dar providencia de que tenga algunos
fondos. Los que al principio yo me procuré por medio de nuestro amigo de
Granada Mr. P. de tiempo se han ido en cables y viajes a N. York. Después,
dificultades y aun vergüenzas he pasado.
Sin embargo, no se ocupe en mi si no
cuando esté desahogado y no haya apuros de ningún orden.
En fin, y sobre todo: quiero
manifestarle: que se se creyera, como no dudo pudiera suceder: que es bueno me
retiro, tenga la bondad de notener pena en decirmelo. Yo continuaré prestándole
mi ________ allá, o donde les parezca; y podía yo hacer de modo que no fuera de
algún modo perjudicial mi retiro, y que pareciera voluntario.
Salvador Castrillo
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Wáshington D.C.
EDGAR A. BENNET
Proprietor
5, Mayo- 1910
Le incluyo el discurso de Mr. Taft. Ya
lo tendrán allí; pero quiero explicarle que desde que lo leí comprendí que
nuestra posición había cambiado totalmente y definitivamente en favor. En
efecto: el público solo ve la Revolución de un lado y el Gobierno del otro, el______ . Hay que leer entre líneas, y comprender el
lenguaje diplomático, que no puede ser tan terminante y definido o determinado
como el ordinario y corriente.
Don Pedro, y sobre todo Adolfo y Pío
Bolaños, que se cree competente, sostuvieron que poco significaba. Para mí,
como en efecto es, era repetición de la Nota de Mr. Knox; esta vez por Taft,
y en especial, era traer al tapete la
cuestión de Nicaragua, que ya interesaba poco.
Tres cosas declara allí Taft:
1º Que la guerra está para concluir.
2º Que habrá mucho mejor Gobierno que
el de Madriz, en Nicaragua.
3º Que en Nicaragua lo que hay es
guerra civil.
4º Que la Revolución es tan fuerte como
la facción de Madriz.
Para que tenga una idea de la opinión
unánime de la prensa le incluyo otros recortes, en particular llama la atención
que ahora todo el mundo declara que estamos más fuertes que Madriz; y hace tres
días nadie daba un pepino por nuestra causa.
Además de la nota de Mr. Taft, del
discurso, quiero decir, lo que ha hecho que la rueda diese esa vuelta completa
en nuestro favor, es la torpeza de Corea y Altschul,
que han mandado de N.O. la expedición de “El Venus”.
Eso ha sido y será casi igual al
fusilamiento de Cannon y Groce.
Madriz ha violado la ley de neutralidad
americana y aquí no se juega con las leyes federales. Hoy he presentado al Thorney General una acusación contra los
representantes de Madriz que violaron la ley federal, y Corea y Altschul andan en apuros, y si de ellos dependiera El
Venus habría regresado ya a N. Orleans.
No hay duda, y estoy yo notificado que
ese será el motivo o pretexto para decididamente apoyar este Gobierno nuestra
causa.
Madriz nunca ha sido aquí aceptado,
pero hoy lo distinguen a Madriz de Zelaya.
Y ya está resuelto que sólo se espera
un pretexto que sea aceptado por la opinión pública como el atentado
escandaloso de “El Venus”, para tomar este Gobierno la causa en sus manos.
También aquí creen que la Revolución
es más que suficiente para darle una derrota a las fuerzas de Madriz que están
en la vecindad de Bluefields, las cuales lo esperaban todo de “El Venus”.
El Gobierno americano espera que se
tenga un tiempo para tomar decididamente nuestra causa y concluir la guerra.
Pero, repito: es muy probable y hoy se me dio a entender en el Departamento de
Estado que basta que el Venus viole la ley federal; se le tome infraganti, para
que la cosa se decida de nuestro lado.
Habrá siempre en todo caso, una
especie de intervención más o menos directa, lo suficiente para garantizar el
orden y el establecimiento de un buen gobierno.
Tal es la situación; y no crea Ud. que
esta vez sea solo para darnos aliento y valor que se dicen esas cosas.
Usted sabe que sin la intervención
Mejicana a favor de Zelaya y Madriz, este Gobierno habría reconocido el de la
Revolución después de El Recreo --- y que aquellos fueron imprevistos sucesos.
Hoy no se repetirán; y Méjico no tiene
papel ninguno que representar.
El folleto de Zelaya reveló muchas
cosas y sobre todo comprobó la intervención mejicana.
Eso también ha contribuido hacer que
la opinión pública haya cambiado a favor, de pronto.
Seguramente el factor secreto es que Roosvelt, apoya la política de Mr. Taft y Knox, y ha
robustecido completamente a este Gobierno, que es combatido por razón de los
sucesos de Nicaragua por una facción del partido republicano.
La actitud de Rooslvet, todo lo
arregla y consolida.
Creo, pues, firmemente que esto
acabará pronto. Y esto, como Uds. deben estar también, con un cansancio inaudito, y ansias de reunirme con mi familia que
tanto trabajo ha pasado. Mi esposa quizás ya no restablecerá.
Dios tarda pero no olvida, y entiendo
que ya se mostrará a nosotros.
Alguien me escribió de N. York, que yo
ya no soy grato en Bluefields. Contesté que no se trata de ser grato a nadie, si
no de hacer su deber cada cual y ser útil donde puede serlo, puesto que todos
luchamos por un mínimo ideal; por obtener de nuevo todo lo que hemos perdido.
Saludes al General Estrada y créame su
afmo. amigo
Salvador
Castrillo
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Wáshington D.C.
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Señor Gral. Don Juan F. Estrada
Como le escribo largamente a nuestro a
nuestro buen amigo Díaz sobre la situación favorable a la Revolución que de
todo lado se anuncia, me abstengo de hablarle largamente, pues entiendo que
haberle explicado mi sentir a Díaz es explicarlo a Ud.
Le incluyo ese recorte de hoy: es de
la prensa asociada: es decir que todos los importantes periódicos ________ como lo publican.
Ayer recibí contestación oficial del
Ministro de Justicia en que en mi sentir se me reconoce una vez más y
categóricamente mi calidad de diplomático y el carácter de Gobierno extranjero,
al de Ud. –
Iba a publicar esa nota por creerla
demostrativa de nuestra posición actual cerca de ete Gobierno, que, en mi
sentir ha reconocido ya el Gobierno de Bluefields, puesto que en derecho
internacional no se reconcen los gobiernos: se tiene
relaciones oficiales con ellos.
Hay que tener presente, para mayor
entenderla, que un particular bien puede, por la ley americana denunciar ante
el Ministro de Justicia ó Atorney General, toda
violación de la ley federal.
Al pasar mis gestiones al Departamento
de Estado, el Ministro de Justicia me dice: “a un particular puedo escuchar; a
un representante diplomático sólo el Ministro de Estado.”
Sin embargo, como Vivas se permitió
hacer críticas, y pudo pensar que tan solo una satisfacción personal buscaba
yo, me abstuve de publicar ese documento, revisándolo, con pena, a última hora.
Creo, pues, firmemente, y tengo
razones poderosas para creer que el término de la guerra está muy próximo, y que
el Gobierno revolucionario triunfará; si no está ya de triunfo.
Ahora bien: creo concluido mi papel.
No habría cosa que me apartara del
puesto de lucha que me tocó, se creyera aún dudosa la Revolución ---y aunque
sacrificara cada día mi bienestar y aun mi dignidad.
Pareciera que en este momento: por
decirlo así, reconocidos, y de nuevo con con toda la simpatía del pueblo
americano, y el derecho de nuestro lado, fácil es conseguir un empréstito en
favorables condiciones.
Yo no me creo autorizado para
gestionar éso, y tengo repugnacia a estar en esa clase de asuntos.
Si en aquellos en que he intervenido,
puedo ser objeto de crítica o de burla, por personas que creen que en la
apariencia hermosa del sujeto está el mérito, ---personas no de aquí donde la
lucha es toda de decencia y de rectitud, como había yo de soportar de nadie una
murmuración que afectara mi honor?
Por estas razones, sólo deseo, y
llegadas las cosas al punto de favorable solución, que se me den, por Ud. y al
recibo de ésta, los medios de conducirme a otra parte, bien sea a esa si por
acaso pudiera ser conveniente, aunque no lo creo, lo cual es mi intento
irrevocable---, de un modo o de otro.
En son de súplica le digo: que dado el
servicio, o el intento de servir bien que me ha animado, es justo que se me den
los medios de salir honorablemente de aquí.
Dígole también que con Don Pedro
perfectamente me he llevado y que ha sido correctísimo conmigo.
Saludo
muy cordialmente a Ud. y mi compadre Díaz y soy su afmo. S.S. y amigo.
(f.) Salvador
Castrillo
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Wáshington D.C.
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EDGAR A. BENNET Proprietor 7 Mayo 1910
Habría dispuesto no mandarle la carta
incluida par el General Estrada; pero pensándolo más, se las envío—Ud.
resolverá acerca de ella.
Hoy me expliqué más con Don Pedro,
después de un rifirafe con Adolfo, que es su director absoluto: él y Pío.
Le dije yo a Don Pedro que la
intervención vendrá, es casi seguro, es seguro, pero en ésta forma me parece:
Reconocerán aquí al Gobierno de la
Revolución y el Ministro Americano que se acredite cerca de ese Gobierno será
el consejero principal y amo director; y en esa forma, que es lo más práctica,
siempre la he pedido yo.
No se resuelven aquí ni hacerla
directa, y me parece que esa será la solución, una vez hallado el pretexto
legal contra Madriz, que será la toma del Venus en infraganti violación de la
ley de neutralidad que es ley federal, o un triunfo militar de gran
importancia.
Ahora bien, y esto sí ruégole tenerlo
bajo toda reserva, Don Pedro, no quiere que haya un instante reconocimiento del
Gobierno revolucionario. Es la influencia directa de Adolfo y Pío, que son tan
exigentes.
Pío desde un principio decía: “Es Pedro
Joaquín quien debe venir a Washington, primero, por su buena apariencia, y
segundo y sobre todo, porque se pondría en manos de él. A mi me quiso manejar o dar consejos,
directos o por medio de Livingston, y me ofendió muchísimo, pues lo considero
muy ignorante, y lo demás.
Supongo que en esa repugnancia y
oposición al reconocimiento del Gobierno de Bluefields hay mayor sentimiento
contra el personal de allá que contra mí, a quien les parece que ya me ven de
Ministro.
Yo le digo a Usted que otra
intervención directa es ilusoria. Este Gobierno creería ofender a toda la
América Latina, que está unido en un solo sentimiento en contra de la
injerencia directa de los EE.UU. y se considerarían todas amenazadas, las
Repúblicas.
Puedo hablar, porque tengo amistad,
puede decirse íntima con Mr. Dawson que es el que resuelve y maneja todos los
asuntos latinos. Este señor hace poco me manifestó que su interés único en esta
cuestión era personal para mí, por la grande amistad que me tenía.
Si pues, a mi me habla con toda
amplitud, conocedor también de mi discresión.
A Mr. Hopkins le manifestó hoy Mr.
Dawson, que Madriz estaba perdido ante este Gobierno, y le apegó: “aunque no tuviéramos pruebas, basta para mi la
palabra del señor Castrillo, en quien tengo fe.
Esto se lo digo para instruirlo de la
situación, y por si crea, en vista de eso, necesaria o útil aquí mi
permanencia. Tengo la confianza plena de los amigos del interior y de los de
Panamá y Costa Rica que me cursan documentos e informes valiosos
constantemente; pero a Ud no se le ocultará que mi posición ya es un poco
difícil, aquí, ó delicada.
Adolfo ya quería verme de arriba él y
yo abajo.- Me dijo: “hazte de dinero personalmente, te lo reconoceremos
después.” Habla como uno de los jefes conservadores, pienso así se considera
él.
Don Pedro, entregado, completamente a
su influencia y dirección, que considero yo malas, porque Adolfo no se da
cuenta bien de las cosas y menos del lugar éste tan difícil, tan resbaloso,
hace como le digo, que mi posición sea un poquito falsa
Hoy dije unas palabras yo, a causa de
que Adolfo se permitió interrogarme y comenzó censurarme, y dudar de lo que yo
afirmaba, poniendo también en duda mi conducta, mi rectitud.---- Yo le dije:
que no le consentía ni lecciones, ni observaciones y menos ofenderme: que yo no
trabajaba por serle grato a nadie, ni tras un fin interesado, y que si la menor
cosa que se repitiera quién sabe qué haría, que en todo caso, en cuanto la afrentta (sic) pasara o esto concluyera, vería si a mi
se me volvía mezclar en la política.
Don Pedro también se ofuscó; y me dijo:
“me iré a New York.” –Yo le contesté: “No me refiero a Ud, y no es más útil que
yo, aquí, dadas las cosas como están.”
Nos explicamos, y se acabó. Yo he querido
que comprendan que en esta ciudad se me considera, y que yo no trabajo por
interés personal, y sobre todo que soy de otra clase de hombre muy distinta de
lo que se venden, y a quienes se puede halar de cualquier modo.
Le ruego guardar ésta para Ud. Algo de
lo que le he dicho en la intimidad, lo ha repetido Ud, y sin duda ha
contribuido a hacer, como dije antes, un poquito falsa mi posición. Sin
embargo, Don Pedro de donde volverá cambiado es de New York. Ya ha ido rectificando, y estoy seguro que
cuando me conozca más será otra cosa. El me dijo que no le anunció que yo era
muy susceptible.--- Vea, no hay tal, si se me habla como yo hablo a las
personas: con delicadeza y corrección, se hace de mi lo que se quiera.
Se hace larga esta carta que pensé fuera
un simple papelito.
Respecto de El Venus, no le hablo más
porque en mi anterior me ocupé extensamente.
Salvador Castrillo
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Wáshington D.C.
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EDGAR A. BENNET Proprietor
14
Junio 1910
Mi estimado amigo y compadre:
La carta que le incluyo para el General
Estrada ampliará ésta.
Pío Bolaños por la prensa, ya habría
entregado el consulado a Madriz. Consulado, que por gestiones mías aquí ha
conservado. Me dirigí a él, y con las buenas noticias de allá, se que como
antes estaba.
Don Pedro dando reportajes que se lo
hace Adolfo Vivas –algunos insensatos--. Considere que afirma con el primero,
dado al Herald, que Zelaya, mediante confiscación de sus bienes, está ayudando,
ó prestando dinero a Madriz, después, refiriéndose al “Venus” dice que nosotros
enviamos un buque armado, no “el Ulrtein, como los Madricistas creían, sino el
“Hiram”. Cuando aquí, justamente, había
acusación contra nosotros por el “Ulrtein” y yo demostraba la falsedad de la
denuncia, y cuando me esforzaba a probar que Zelaya, con fines intencionados
en favor de Irías, estaba ayudando.
Luego, antier, Don Pedro publicó que él
era el representante único del Partido Conservador que dirigía la Revolución, y
si no mediaba el Gobierno americano, se apartarían, cosa parecida, insensateces
de Adolfo.
Después, sé, que andaba circulando en
Nueva York proposiciones sobre empréstito, indecorosos, que nos hacen daño y
que nos acarrean desprestigio.
Supongo que Pío, ó gente con ellos se
entienden, son los que en Wall Street, han lanzado esas propuestas.
Si algo se publica, aunque rompa por
donde se quiera, yo protestaré.
Weil por medio de Olivier me envió cien
pesos.
A Belanger le mandé un giro para ser
colectado, pues no adelantan nada.
Usted comprende que ahora es la
situación crítica. Aquí está la cuestión, aquí el problema --- y se necesitan
fondos para cables y para otras cosas.
Mr. Lenador, el abogado más distinguido
que me fué de preciso auxiliarme en lo de “El Venus” me cobra 250, dollar.
Ud. comprende que no pude pagarle, y no
quiero verlo, cuando más útil me sería.
Yo trabajo para el bien general; y con
Ud. estoy en cuerpo y alma. Debe darme lo menos de ser útil a los que de buena fe
desean el bien del país y trabajar y se sacrifican por él.
Mr. Elaneey
estuvo aquí. No es amigo de la Revolución, pero personal suyo y mío lo es, y
mucho de “El Cabo”.
Esto puede ser grave, pues ahora si, ya
tendrán puerto en el Atlántico, de fácil acceso, y además, aunque sin
importancia quizás ese puerto, siempre aparece _______ fuerte,
cuando en realidad, por está.
Con los acontecimientos se suceden cada
día, y ahora la cosa es de proceder con energía y de obrar, es de escribir,
término ésta. Voy al Departamento de Estado a conferenciar con Mr. Dawson
acerca de la situación. Quedó él de resolverme hoy algo positivo.
Además, ese Venus me tiene a mi
mortificado, aunque ha sido el motivo para que el Gobierno Americano, de pronto
abrazara nuestra causa y asumiera la actitud que Ud. sabe.
A Corea lo tomé infraganti, y los
cables que él dirigió a Madriz sobre el Venus, son la prueba plena del delito
cometido.
En Nueva York aquellos señores
publicando cosas que a mi no me parecen conducentes; pues ellos llaman eso
trabajar por la causa.
Salúdole cordialmente, y mande a su
afmo.
Salvador Castrillo
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Washington D.C.
EDGAR A. BENNET
Proprietor 14 Junio 1910
Sr. General Don Juan J. Estrada
Hemos llegado entiendo yo, a una época
muy interesante de nuestras relaciones con este Gobierno.
He recibido insinuaciones acerca de
ciertos trabajos que debo entablar con oficiales del Poder Legislativo,
conducentes a la acción que este país tomará con el arreglo y pacificación de
Nicaragua.
Usted comprende bien que si yo no viera
favorable la actitud y la decisión ya fija, en determinado sentido, no entraría
en ese pensamiento, pues le he temido siempre a la injerencia directa del
gobierno americano.
Es por estar cierto y en el fondo de
estas cosas, por lo que envié ayer cable a Adolfo Díaz en que le digo:
“Sin
duda accionará. Esfuérzome.”
También, porque sé el pensar de aquí,
con ceteza e intimidad, le he dirigido a Ud. dos cables en que recomiendo con
urgencia el avance al interior.
La Revolución está allí viva. Hoy atacan San
Juan del Sur. La anarquía reina allí. Hay que marchar hacia Managua se les es
posible a Uds.
Hoy trataré de enviarle un cable en que
le ofrezco un torpedo. Alguien de lo más entendido de aquí lo manejará, Lob
(sic) cuesta 3,000 / tres mil dólares.
Ustedes los pueden conseguir allá. Yo
ya no me atrevo si tratar nada de empréstito en New York, aunque ahora hay
facilidad, porque Don Pedro asumió la representación general allí del Partido
Conservador, etc., y él, Pío y Adolfo Vivas, constituyen una especie de
Gobierno de la Revolución.
Sin embargo puede aquí conseguirse ese
dinero.
Es todo lo que necesitamos para poner
fuera de combate “El Venus”.
Necesito si fondos para los cables y
para tantas cosas que deben hacerse aquí.
Al recibo de ésta mándeme concertar instrucciones, y autorización para lo que
haya que hacer.
Entiendo que la marcha de frente de
nuestras fuerzas facilitará la acción americana y no debemos dejar que Madriz
recupere un poco lo perdido.
Hoy se anuncia la toma...
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EDGAR A. BENNET Proprietor
Le incluyo
unos recortes que le darán una idea exacta de la situación.
Ese incidente de la nota del Kaiser o
reconocimiento de Madriz yo lo suscité y ha sido importantísimo, ha consolidad
la política de los Estados Unidos; ha cayado toda oposición aquí, ha puesto a
Mr. Knox muy alto, pues desde el instante en que la Europa quiere tomar parte
ya los Estados Unidos son unos y se acabaron las divisiones.
El periódico en que apareció la famosa
carta me llegó por contener un decreto de Montenegro,
el cual no tiene importancia, lo que si la tenía y mucha es la carta del Kaiser
y el ofrecimiento de la Isla.
Hoy Mr. Dawson me dijo que lo tuviera
al tanto de los movimientos de El Venus;
que no se le permitiría nada más de hostilidad, y que de New Orleans no se
permitirá salir nada que sirva para ayudar a Madriz y me encargó diga ha Jaysman que vigile y me informe de todo, para impedir
y coartar.
La cuestión aquí ya es punto de honor.
Le llamaré la atención a que en el
recorte principal que le incluyo se dice que, tan pronto regrese de una
excursión Mr. Taft tomará medidas que solo unen la cuestión nicaragüense
satisfactoriamente.
Le diré que con el intento, es cierto
pero no dará pasos directos solo que se convengan de que la Revolución no es
capaz de solucionar por sí sola la cuestión.
Están esperando el avance de Mena y
creen que indudablemente, y con poco esfuerzo pueden triunfar Uds. de Madriz
que está impotente.
Enrique Palazio pasó por Nueva York, y
me informó, lo mismo que Caldera, que todo es anarquía y zanganada en el
interior y que no hay ejército que oponer a nuestras fuerzas; que Managua, y
aun gran parte de León, esperan la llegada de nuestro ejército como para
libertarlos.
Tenga la bondad Ud. de comunicarme su
pensar, y de de darme todo informe.
Además el General Estrada ha de darme
instrucciones.