PUBLICACIONES SOBRE
ASUNTO LIMÍTROFE. Managua, D. N., miércoles 22 de Enero de 1958.
Este problema de límites con la hermana República de
Honduras ha tenido un amplio desenvolvimiento en el plano jurídico. Prescindiendo
de publicaciones anteriores al incidente de Mocorón, que las hay muy enjundiosos,
podemos decir que la contemporáneas se distinguen por la profundidad del concepto
y por su altura forense.
Al llevarse ciertos aspectos del diferendo a la Corte Internacional
de Justicia, se da testimonio de nuestro profundo acatamiento a los principios
del Derecho de Gentes, que la Carta de las Naciones Unidas consagra.
De acuerdo con nuestro propósito, que es el que nos guía al
escribir estos modestos comentarios, bueno es que digamos que la Corte es un
cuerpo de quince Magistrado Independientemente electos por la Asamblea General
y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por un período de nueve años
Su Presidente es el eminente jurisconsulto norteamericano
Green H. Hackworth, y el Vice-Presidente es el no menos importante togado
egipcio Abdel Hamid Badawi. Este último cesará en sus funcione de Juez el 5 de
febrero del año en curso, en el que también se extinguen las del canadiense
John E. Read, las del polaco Bogdan Winiarski, y las del yugoeslavo Milovan Zoricic.
En febrero de 1964 se agotará el período de cinco
Magistrados, entre los cuales figuran notables jurisconsultos latinoamericanos,
como lo son el Licenciado Roberto Córdova, de México; el doctor José Gustavo
Guerrero, de El Salvador; el doctor Lucio M. Moreno Quintana, de Argentina.
El tema de la justicia internacional ha dado lugar a
notables estudios, desde fines del siglo pasado, y a grandes sueños, de armonía
mundial. Su falla principal era la imposibilidad de hacer efectivas sus
resoluciones, por carencia de medios de ejecución. En cambio, los miembros de
las Naciones Unidas están comprometidos a respetar las decisiones del Tribunal,
en todo litigio en que fueren parte. Si una de ellas dejare de cumplir las
obligac iones que le imopnga una sentencia de la Corte, la otra parte tenderá
derecho a demandar el apy o del Consejo de Seguridad, el que podrá recomendar,
pero también dictar, las medidas que juzgue necesarias para ejecutar lo
resuelto.
Nuestra juventud estudiosa y brillante se ha apresurado a
defender los derechos patrios, participando así en una lid honrosa. Hace unos
días hicimos unas cuantas apostillas en torno a la excelente tesis
universitaria del doctor Miguel Porta Caldera. Recientemente se ha dado a la
estampa el libro titulado –no olvidemos que el inglés y el francés son los
idiomas oficiales de la Corte—“Los Limites entre le Nicaragua et le Honduras”,
escrito por el doctor Jaime Somarriba Salazar, obra que nuestra prensa ha
elogiado justicieramente.
El profesor don Alejandro Barberena Pérez, quien tiene a su
cargo la cátedra de Geografía en el Instituto Nacional de Oriente y Mediodía,
le ha dado un nuevo enfoque a la difusión que ha de tener el punto de vista
nicaragüense en las aulas. Con ese propósito ha realizado el esfuerzo de poner
al alcance de los estudiantes de SEGUNDA enseñanza una idea clara de la controversia.
Si hablamos de esfuerzo es porque la vulgarización de los conocimientos exige
de pate de quien la realiza una simplicidad y
trasparencia de conceptos a que
no se llega sino después de un largo recorrido intelectual en que la expresión
debe adecuarse al ámbito juvenil.
Expresa el profesor Barberena Pérez: “Observando el
desconocimiento existente en Nicaragua, en todo lo referente a las discusiones
con Honduras, he ahondado con detenimiento este importante asunto, y a fin de hacer más
objetivo el estudio, me he valido de mapas adecuados, aprovechando mejor los
beneficios de la enseñanza.”
Sin embargo, escrita la obra para colegiales, resulta ser
utilísima también para aquellos que sin ser estudiantes quieren darse cuenta,
con fácil lectura, delas razones que abonan la causa de Nicaragua.
El doctor deon José Sansón Terán, en un folleto de reciente
data, incluye tres artículos que publicó en Colombia, siendo Embajador de
nuestro país, rebatiendo aseveraciones equivocadas sobre nuestra postura
jurídica y moral ante el diferendo.
La carrera de internacionalista y de ilustrado diplomático,
que enaltece al doctor Sansón Terán, ha sido de notorio lucimiento. Se graduó
en la Universidad Nacional como doctor en leyes, y seguidamente, se trasladó a
los Estados Unidos, en los que concurrió a la Universidades de Harvard,
Stanford, y de California, claustros en que acabaló su preparación
especializada. Se graduó en la
Fletcher School de Law and Diplomacy, Cambridge, Mass. Desde que figuró como
parte de la delegación nuestra en la Conferencia de San Francisco, puede
decirse que su nombre aparece vinculado
a sobresalientes actuaciones de carácter interamericano.
Al ser designado por el Presidente Somoza Debayle, con categoría de Embajador,
para que se traslade a La Haya, en que como es sabido, tiene su asiento la
Corte Internacional de Justicia, se le da una nueva evidencia del elevado
concepto en que se le tiene. En sus intervenciones periodísticas aludidas, ha
puesto de relieve su excepcional erudición jurídica, y, al mismo tiempo, su
talento polémico.
Es de advertir que quienes han abordado el problema limítrofe,
lo han hecho de nuestra parte, con elevación y dignidad, sin descender jamás a
la ruindades de un lenguaje desaforado, seguros de que la razón es la que
triunfa en definitiva.
RUBÉN DARÍO Y EL
LITIGIO LIMÍTROFE. Por: Adolfo Calero-Orozco. En: La Prensa. Febrero de
1959.UNO DE LOS LIBROS PUBLICADOS SOBRE EL ASUNTO DEL LITIGIO CON HONDURAS QUE AL FINAL PERDIÓ NICARAGUA |
Cuando don Alfonso Borbón, el rey de España que cargaba tras
su nombre en números romanos el fatídico 13, mediante una resolución viciada de
nulidad fue designado para emitir el conocido laudo de 1906, en el caso de
nuestro litigio territorial con la hermana república de Honduras, el gobierno
de Nicaragua nombró una comisión encargada de representar nuestros intereses
ante el citado monarca europeo, que entonces tenía solamente veinte años de
edad. Integraban la comisión el señor Crisanto Sacasa (un diplomático
nicaragüense que nunca vivió en Nicaragua) y el discutido escritor José María
Vargas Vilas, colombiano, a quien el régimen del general Zelaya mantuvo muchos
años como cónsul general de Nicaragua en España.
Al saber Rubén de estos nombramientos, sintió vivos deseos
de pertenecer el también a la delegación más que todo para ir a Madrid, ciudad
que él amaba de corazón, escenario de lisonjeros éxitos suyos, y donde tenía
excelentes amigos. Él estaba a la sazón en París, como cónsul de Nicaragua con
el ridículo sueldo de quinientos francos mensuales; y conste que no había
podido ser nombrado cónsul general por haberlo impedido el Ministro Medina,
para proteger a la persona que desempeñaba tal cargo, un francés, amigo suyo, y
también porque el señor Medina detestaba cordialmente al Poeta. Rubén escribió a su muy
buen amigo Vargas Vila, residente en Madrid, exponiéndole sus deseos de formar
parte de la misión nicaragüense y se logró su nombramiento, por gestiones de
Vargas Vila y otros amigos de ambos, a pesar de la decidida oposición de don
Crisanto.
Estas cosas las toca el Poeta muy someramente en su
autobiografía y al referirse al señor Medina, lo llama tan sólo “antiguo
diplomático de pocas luces”, palabras harto suaves si las comparamos con las
muy claras y enérgicas que usa Vargas Vila al hablar de los mismos asuntos,
como más adelante veremos.
Bien sabido es que la llamada comisión de límites tuvo una actuación
desastrosa para nuestra patria, con lamentables resultados. Por lo que atañe al
juicio, la entera maraña adoleció de tantas y tales irregularidades que su
revisión se impuso. El famoso laudo ha sido desmenuzado por juristas e
internacionalistas autorizados, como nuestro fallecido presidente don Diego
Manuel Chamorro, el doctor Carlos Cuadra Pasos y tantos otros, y el asunto en
toda su integridad ha de ser pronto conocido y resuelto en instancia final por
la Corte Internacional de La Haya, integrada por magistrados justos y sabios,
conforme detenido y documentado examen con presencia de las partes, etc…
Pero no se trata exactamente del juicio, sino de señalar la
injusticia del desprestigio que así como así se ha pretendido acarrear sobre el
buen nombre de Rubén Darío, el Poeta Sol, por su imaginaria participación en el
infortunado fracaso de la delegación nicaragüense.
--“Rubén era un lirico, un egregio poeta”, --dicen sus benévolos detractores--, “y no podía esperarse de él una actuación atinada en materias que desconocía y para los cuales no tenía ninguna preparación”.
Nada más injusto, nada más inexacto. Si acaso nuestra
heterogénea comisión de limites llegó a desarrollar algunas labores que
merecieran llamarse así, Rubén no tuvo
en ello arte ni parte, porque su jefe, el señor don Crisanto Medina,
hizo negocio suyo el impedirlo a toda costa. A tal grado alcanzó la mala
voluntad de este buen señor, que conociendo los inocentes deseos de Darío de
ser recibido en audiencia real por don Alfonso XIII, pidió la entrevista y la
celebró sin esperar a que llegar de París Rubén Darío, expresamente para
lastimarlo; por cierto que el otro miembro de la Comisión, Vargas Vila, al
enterarse de las maniobras del ministro de Nicaragua, “se enfermó
voluntariamente” y don Crisanto asistió solito él a platicar con el rey.
Volviendo otra vez a la autobiografía de Rubén Darío,
hallamos esta referencia a la actuación de don Crisanto: “El ministro Medina
era el jefe de la Comisión; pero nunca nos presentó oficialmente, ni contaba ni
quería contar con nosotros para nada. Vargas Vila tiene sobre esto una
documentación inédita, que algún día ha de publicarse”.
Vargas Vila a su vez confirma lo anterior en su pequeño
libro “Rubén Darío”, cuando en un
asterisco del Capítulo XI, sobre el mismo tema, dice: “Como no me propongo
hacer aquí la historia de esas negociaciones, que narro detenidamente en otra
parte de mis Memorias, sino tocarla en cuanto la personalidad del Poeta aparece
en ellas, suprimo todo comentario ajeno a ese objeto”.
“De estas Memorias quise yo adquirir un ejemplar por medio
de la Editorial “Don Quijote” –Seminario 14—México, D. F. pero se me contestó
que no las tenían, a pesar de que en el librito “Rubén Darío dicha firma es
presentada como editores de las “Obras Completas de J. M. Vargas Vila”. Será
muy interesante ese libro, el de las Memorias, por lo que el autor mismo y
Rubén Darío dicen de ellas. Seguramente los consejeros y asesores del gobierno de Nicaragua en la importante
cuestión del litigio, sí, conocen bien “la historia de esas negociaciones”.
Acerca de los comentarios que Vargas Vila no suprimió, puede
decirse que son bastante reveladores los siguientes: “me apresuré a secundar
sus planes (los de Darío, de formar parte de la Comisión de Límites), contra el
querer del Señor Medina, que sentía por Darío un odio ciego, irracional, uno de
esos odios que radican en lo más obscuro de la humana bestialidad.
“Se hablaba de un lejano drama de familia que ponía una frontera de sangre entre los dos; yo no lo creo”.
“Don Crisanto, odiaba
a Darío, por lo mismo que odiaba a todos los hombres inteligentes: porque tener
talento era a sus ojos un crimen; el más grande de todos los crímenes; “Yo creo
que oscura y embrionariamente, hasta donde él podía raciocinar, tenía la idea
confusa de que todo hombre de talento, le había robado el suyo, y que era por tener los otros tanto que él no
tenía ninguno”. Y en otra parte cuenta algo muy conducente: “desilusionado
sobre este asunto de la Misión, disgustado y humillado por la actitud rencorosa
del señor Medina, el Poeta entristecido volvió a su Consulado en París”.
Más adelante, cubriendo los acontecimientos del año 1906, en
su citado libro “Rubén Darío”, el mismo narrador, cónsul general en Madrid y
por lo menos oficialmente, miembro de la comisión de límites, refiriéndose al
punto concretado de los lamentables resultados, nos cuenta que a mediados del
año, estos es, meses antes que Alfonso XIII emitiera su costosísimo laudo, “el
señor Medina, disgustado por asuntos económicos con el Gobierno de Nicaragua,
resolvió retirarse de la Misión en España, hasta que no fuese satisfecha su
petición de dinero…”
“Aquiles, indignado, se retiró a su tienda; “y desde ella me
escribió que la Misión quedaba a mi cargo, y que me deseaba un pronto y seguro
triunfo… como ese muerto no era mío, no quise cargarlo sobre mis hombros, y fui
a París para entregárselo al Sr. Medina haciéndole ver que él, debía ser el
sepulturero de sus propios errores;
“Y Darío y yo hicimos entonces el pacto formal de no poner
los pies en Madrid, hasta que el señor Medina, no hubiese liquidado esa factura
de torpezas y de complicidades, que había sido su actuación en ese asunto…” (La
puntuación de Vargas Vila se transcribe fielmente):
Es harto grave la acusación que el escritor colombiano
presenta contra don Crisanto, torpezas y
debilidades, de este buen señor resulta efectivamente sepulturero, más
no --- de la confianza en mayor hora depositada en él
por nuestro gobierno. Así se han escogido muchas veces los hombres que deben
desempeñar trabajos de gran trascendencia para nuestra Patria y ahí los
consiguientes tras y atrasos que se observan a lo largo de
nuestra historia.
En todo caso, da la cuestionable autoridad del testimonio
que hemos transcrito, y para mientras podemos echar mano de la Memoria antes
mencionada, resulta evidente:
Que nuestro Ministro en Francia manejó las cosas de Madrid
con sus extremidades inferiores,
Que Rubén Darío no tuvo absolutamente nada que ver con ese
“muerto” y que antes bien su nombramiento pasara la Misión le valió “disgustos
y humillaciones” que le brindó
gratuitamente el jefe de la tal Misión;
Por tanto: pecan de ligereza, --cuando menos—aquéllos que
pretenden atribuir al poeta alguna responsabilidad en los infortunados fracasos
de Madrid.
Adolfo-Calero OROZCO.- Managua, febrero de 1958.
SIGUE LUCHA POR EL CABO GRACIAS. En: La Prensa, 27 de mayo de 1962.
UN PROBLEMA QUE PARECÍA CONCLUIDO
COMPLETAMENTE
RESUELTO PROBLEMA LÍMITES ENTRE HONDURAS Y NICARAGUA. En: El Centroamericano, 27 de Enero de 1962.
Washington, DC. El
problema fronterizo que desde principios de siglo existía entre Honduras y
Nicaragua ha quedado resuelto definitivamente, según informó recientemente la
Comisión Mixta Honduras Nicaragua, integrad a principios de 1961 por iniciativa
de la Comisión Interamericana de Paz, con el objeto de que auxiliara a ambos
Gobiernos en el cumplimiento del Laudo dl Rey de España, de 1906, y de la
Sentencia de la Corte Internacional de Justicia que, en noviembre de 1960,
declaró válido y obligatorio dicho Laudo.
La Comisión Mixta Honduras Nicaragua ha estado integrada
últimamente por Dr. Roberto Perdomo Paredes, Ministro de Relaciones Exteriores
de Honduras, el Dr. Ignacio Román Pacheco Ministro de Gobernación de Nicaragua,
el Dr. Roberto E. Quirós, funcionario del Departamento Jurídico de la
Secretaría de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La fase final de la demarcación concluida por dicha
Comisión, consistió en reconocer el punto de partida del límite natural entre
ambos países, en la desembocadura principal del Río Coco o Segovia en el Océano
Atlántico y en practicar la inspección del amojonamiento completo de la línea
fronteriza situada en la zona de Teotecacinte. Como punto de partida del límite
natural en la desembocadura mencionada se reconoció el que está situado a los
catorce grados cincuenta y nueve minutos y ochos décimos de minuto de Latitud
Norte y ochenta y tres grados ocho minutos y nueve décimos de minuto Longitud
Oeste del Meridiano de Greewich.
De acuerdo con el Laudo del Rey de España, pronunciado en
1906, la frontera se encuentra demarcada por límites naturales, desde el Portillo
de Teotecacinte en una extensión de aproximadamente 500 kilómetros. A lo largo
de esa frontera natural; la Comisión Mixta tuvo la responsabilidad de vigilar
el retiro de autoridades de una región de más de ocho mil kilómetros cuadrados
de superficie y por el traslado en forma ordenada, de varios miles de seres
humanos.
En esta labor participaron funcionarios de la Unión Panamericana, que
permanecieron en la zona por varias semanas. Con la cooperación de la
Presidencia de la Comisión Mixta, los Representantes de ambos países lograron
ponerse de acuerdo en la demarcación de la frontera en el Sitio de Teotecacinte
hasta el punto denominado Murupuxi. Desde este punto surgió un desacuerdo entre
los dos países, el cual fue resuelto a mediados de 1961 por el entonces
Presidente de la Comisión Mixta, Embajador Vicente Sánchez Gavito.
Con el reconocimiento del punto de partida del límite natural
y la inspección practicada en la zona de Teotecacinte, ha quedado resuelto
definitivamente el problema fronterizo entre ambos países.
Los Gobiernos de Honduras y Nicaragua, que han demostrado un
alto espíritu de comprensión en la solución de este problema, han expresado en
repetidas ocasiones su reconocimiento por la valiosa colaboración que les
prestó la OEA, particularmente la Comisión Interamericana de Paz y la
Secretaría General.
SIGUE LUCHA POR EL CABO GRACIAS. En: La Prensa, 27 de mayo de 1962.
Nicaragua y Honduras aún mantienen pugna por cuestión
territorial, solamente que “la lucha” se ha trasladado al Cabo Gracias a Dios,
o sea en el punto extremo limítrofe, que es la desembocadura del río Coco, en
el mar Atlántico.
En Cabo Gracias a Dios se encuentran desde hace varias
semanas, representantes de los gobiernos de Honduras y Nicaragua, tratando de
solucionar en el propio terreno y en forma pacífica, lo que cada uno de los
países pretenden.
ARGUMENTO DE
NICARAGUA
Es la Isla de San Pío y el viejo Cabo Gracias a Dios lo que
defiende como propia, Nicaragua. Esta vez no está recurriendo a juristas sino a
un modesto pero estudioso ingeniero masayés, Cristóbal Rugama, quien desde hace
varios años se encuentra al frente de la Oficina Geodésica de Nicaragua.
Rugama ha participado en no pocas tareas de amojonamiento en
varios sectores fronterizos con Honduras. Su última actuación en el famoso
“triángulo de Teotecacinte-Las Trojas-Cifuentes, fue muy bien apreciada por el
representante de la OEA, doctor Sánchez Gavito.
SITUACIÓN ACTUAL
Debemos recordar que el 18 de noviembre de 1960 la Corte
Internacional de Justicia con sede en La Haya dio su fallo sobre el largo
litigio fronterizo entre Nicaragua y Honduras, declarando “que el laudo dictado
por el Rey de España, el 23 de diciembre de 1906 es válido y obligatorio y que
Nicaragua está obligada a ejecutarlo”.
La sentencia de la Corte de La Haya se ha venido cumpliendo
estrictamente por parte del gobierno de Nicaragua, pero en lo relativo a lo que
dispuso el Rey, en la parte resolutiva del Cabo Gracias a Dios, el gobierno de
Honduras no quiere ceder un palmo. Y Nicaragua, con el derecho que le asiste,
mucho menos.
LO QUE DIJO EL REY
El Rey de España, Alfonso XIII, en la discutida sentencia y
en el caso específico del Cabo Gracias a Dios y la Isla de San Pío, dijo: “El
punto extremo limítrofe común en la costa del Atlántico será la desembocadura
del río Coco, Segovia o Wanks en el mar, junto al Cabo de Gracias a Dios,
considerando como boca de río la de su brazo principal entre Hara y la isla de
San Pío, en donde se halla el mencionado Cabo, quedando para Honduras las
isletas, o cayos existentes dentro de dicho brazo principal antes de llegar a la barra y conservado para
Nicaragua a la orilla Sur de la referida boca principal con la mencionada isla
de San Pío, más la bahía y población del Cabo de Gracias a Dios y el brazo o
estero llamado Gracias, que va a la bahía de Gracias a Dios, entre el
Continente y la repetida Isla de San Pío” (Gaceta de Madrid. Tomo IV. No.
359, páginas 1131, 31113, 13.
Martes, 25 de diciembre de 1906. Gaceta Oficial, órgano
del gobierno de Nicaragua, Año XI, No. 3125. Managua, lunes 28 de enero de
1907”).
UN IMPORTANTE Y VALIOSO APORTE
El Ing. Cristóbal Rugama y sus acompañantes retornarán a
Managua, el próximo 1ro. de Junio con procedencia del Cabo Gracias a Dios, y
entonces rendirán un interesante reportaje acerca de lo actuado por aquella
región nacional que pretenden arrebatarnos los hondureños.
Rugama, para hacer prevalecer los derechos de Nicaragua
contó con un interesante y valioso estudio que realizó el Prof. Eduardo Pérez
Valle, y que se titula Un Laudo con dos Incógnitas: Hara y la Isla de San
Pío.
Esa obra la escribió Pérez Valle atendiendo a la indicación
de numerosas personas amigas de él, que leyeron en LA PRENSA una serie de
artículos suyos y que fueron publicados, dominicalmente en la Sección
Literaria.
Al respecto, el escritor Pérez Valle sostiene que ese
estudio sobre “La geografía histórica de esa región de Nicaragua es un fuerte
alegato en pro de nuestra integridad territorial, el cual habrá de influir
decisivamente en el trazo final de nuestra frontera Norte”.
La obra de Pérez Valle contiene además de interesantes e
históricas citas, 47 diferentes mapas, fotografías y dibujos con los cuales
demuestra, gráficamente el derecho que le asiste a Nicaragua para quedarse con
el Cabo Gracias a Dios y la Isla San Pío.
CONTINÚAN ESTUDIOS EN
LA BOCA DEL COCO. En: La Prensa, 3 de Junio de 1962.
La Comisión mixta de Límites Honduro-Nicaragüense, retornó a
Managua con procedencia del Cabo Gracias a Dios, después de pasar en esa región
16 días en cumplimiento de varias misiones específicas por encargo de la
Comisión de Límites de Ejecución del Laudo.
De la Comisión Mixta es presidente el norteamericano,
Teniente Cnel. Robert R. Mcllwaine; los restantes miembros son, por Honduras,
los Ing. Magin Lanzas y Sabino Mass y por Nicaragua, Ing. Cristóbal Rugama y
Róger Gutiérrez. Todos ellos trabajaron tesoneramente en diferentes regiones
del Cabo de Gracias a Dios a veces exponiendo sus vidas como efectivamente
ocurrió cuando remontaron el río Coco, por la noche y una pieza importante del
motor se quebró quedando al garete la canoa.
La base de operaciones fue Wankawala, situada a 45 minutos
del Cabo Gracias.
La Comisión Mixta se vio obligada a verificar reconocimiento
ocular de canales, islotes y tierras que existen en la desembocadura del río
Coco por cuanto Honduras como Nicaragua reclaman para sí la Isla San Pío y el
Viejo Cabo Gracias a Dios.
Se hicieron sondeo en todos los canales para establecer el “talwy” o sea establecer
la parte más profunda del canal de navegación del río Coco. Esos sondeos se
hicieron con un fatómetro electrónico que antes no se había usado en Nicaragua.
Se acordó tomar varias fotografías aéreas de toda la zona. Un avión de la Geodesia de Nicaragua ya está listo en Puerto
Cabezas y solamente se espera que haya un buen tiempo para realizar esta
importante operación.
Para controlar esas fotos se estableció una base de
kilómetro y medio, midiéndose el terreno cerca del Cabo III (Twibila), para lo
cual se marcaron los extremos con cruces blancas que deben resaltar en las
fotos aéreas.
En la isla de Swn Beam se hicieron observaciones
astronómicas para establecer la posición geográfica; también se marcó con una
cruz la estación de triangulación que existe en ese lugar.
Todos estos trabajos, una vez finalizados, conteniendo los
planos, fotografías, y observaciones por escrito, serán entregados a la
Comisión de Límites, que la integran los siguientes señores: El Presidente de
la Comisión de Paz de la OEA, Dr. Roberto Perdomo, por Honduras, el Dr. Ignacio Román Pacheco, por Nicaragua.
Extraoficialmente se tiene conocimiento que a nuestro país
le asiste no solamente el derecho sino la lógica aplicada en el propio terreno
que es la desembocadura del río Coco, cuya principal desembocadura da para
Nicaragua la Isla San Pío y el viejo Cabo Gracias a Dios; y no como pretenden
los juristas hondureños, que es el canal Romano –que divide a la Isla de San
Pío del Continente—que nunca pudo ni podrá ser jamás, la principal
desembocadura del ya mencionado río Coco o Segovia.
NICARAGUA SE QUEDA
CON EL CABO GRACIAS A DIOS. En: La Prensa, 7 de febrero de 1963.
Los diarios
latinoamericanos suscritos a los servicios de la Agencia Informativa ORBE
LATINOAMERICANA, con sede en Santiago de Chile y subsede en Guatemala, han
publicado la siguiente información, originada en publicaciones de LA PRENSA, de
Managua y escrita por el Redactor de este diario José Francisco Borgen,
corresponsal de dicha agencia para Nicaragua.
MANAGUA. (ORBE, AIC) –Del desastre que le significó la
pérdida de su litigio territorial con Honduras, ha logrado Nicaragua salvar un
pedazo de tierra de enorme valor histórico: el Cabo de Gracias a Dios, que
fuera descubierto y bautizado con ese nombre por Cristóbal Colón el 12 de
septiembre de 1502.
El largo proceso culminó con la firma en Tuibila, ahora
territorio hondureño –antes nicaragüense—del acta de la Comisión de Límites,
por la que ésta reconoce que “el punto de partida del límite natural entre
Honduras y Nicaragua está en la desembocadura del brazo principal del Río Coco,
señalado en el plano de la Comisión de Ingenieros, con el nombre de Brazo del
Este, punto que está situado a los 14 grados, 59 minutos y 9 décimos Latitud
Norte, y 83 grados, 8 minutos y 9 décimos Latitud Oeste del Meridiano de
Greenwich”, lo que significa salvar para Nicaragua una isla baja y arenosa de 8
kilómetros cuadrado de superficie, el Cabo de Gracias a Dios y el llamado Canal
Román o Brazo del Sur.
Ambos países comparten la posesión del Brazo del Este, que
fue reconocido como brazo principal del Río Coco, y en su vaguada o talweg ha
sido fijada definitivamente la frontera.
TRIUNFO DE UN JOVEN HISTORIADOR
Esto constituye un triunfo para el prestigiado diario
nicaragüense “LA PRENSA”, pero más concretamente para su joven y brillante
colaborador Eduardo Pérez Valle.
En efecto, LA PRENSA publicó un extenso y documentado estudio
sobre los derechos de Nicaragua sobre la isla de San Pío; y luego Pérez Valle a
través de 12 artículos presentados en sendas ediciones dominicales, entre
febrero y junio de 1961, hizo otro estudio, más acucioso y exhaustivo, de la
región de Cabo de Gracias a Dios, a la luz de la Geografía Histórica y con
miras a la recta interpretación del laudo del Rey de España de 1906.
No cabe duda que estos trabajos fueron el soporte de las
triunfales alegaciones de los nicaragüenses en la Comisión de Límites.
Después del golpe anonadante que significó para Nicaragua la
resolución de la Corte Internacional de La Haya, mandado hacer efectivas las
disposiciones de aquel laudo, LA PRENSA
y Pérez Valle fueron las únicas voces que quedaron en la pelea, tratando
de salvar algo, una parte mínima siquiera de los que los nicaragüenses creen
que se les está quitando injustamente. Y lo han logrado.
En Honduras la aceptación oficial de la tesis
nicaragüense sobre el Cabo provocó una
tormenta contra el Presidente Villeda Morales, quizá igual a la que se produjo
en Nicaragua contra los Somoza al conocerse la decisión de La Haya.
SÍNTESIS DEL LITIGIO
Cuando el conflicto fue llevado a conocimiento de la Corte
Internacional, los altos magistrados no entraron a conocer de antecedentes,
desarrollo y pormenores. Pasaron por alto las fuentes del Derecho territorial
americano. Para ello había allí un hecho incontrovertible: el caso había sido
sometido a arbitraje, y el fallo del árbitro –como tesis general y universal—es
inapelable. Luego lo único que cabía era ordenar el cumplimiento.
Nicaragua alegó que el Laudo real no se había conformado a
las normas señaladas en el tratado Gámez-Bonilla, que ordenaba someter el
diferendo al criterio y resolución de un representante diplomático europeo acreditado
en Centro América.
Pero Honduras tenía un débil argumento, en contra de esta
tesis, que resultó sumamente poderoso ante la Corte de la Haya, el Presidente
Zelaya, al ser noticiado del fallo de Alfonso XIII, en 1906, había dirigido a
su colega hondureño una precipitado mensaje de felicitación antes de conocer
los alcances del laudo real. Y ese mensaje fue tomado como aceptación oficial
del mismo por parte de Nicaragua
Sin embargo, ninguno de los gobiernos subsiguientes había
aceptado en este país, como quería Honduras, que un nuevo arbitraje determinara
si el Laudo había sido emitido en forma correcta. Exigían que el asunto
volviera su punto de partida. Nicaragua había ejercido su soberanía sobre una
gran faja del territorio litigado, al norte del Río Coco, desde la Conquista y
la Colonia, hasta el año 1961, en que Honduras tomó posesión de él, en
acatamiento del fallo de la Corte, adonde, al fin, había sido llevado el asunto
bajo presión internacional.
UN ACTA DE NACIMIENTO
Quedó en manos de una Comisión de Límites, asesorada de una
comisión de ingenieros, aclarar puntos oscuros, como este del Cabo Gracias a
Dios, cuyo descubrimiento constituye para los nicaragüenses como el acta de
nacimiento de la nacionalidad y un motivo de perenne orgullo por haber
sido el firmante de esa acta el ilustre
descubridor.
Durante generaciones, los niños nicaragüenses han aprendido
desde el primer grado de primaria que Cristóbal Colón, durante su cuarto y
último viaje del descubrimiento, después de afrontar terrible tempestad en
aguas del Caribe, había buscado refugio en un Cabo al que por las
circunstancias en que vino a descubrirlo, llamó Cabo Gracias a Dios. Y que en
esas forma el propio Colón había descubierto el territorio de lo que luego se
llamaría Nicaragua.
Lo que parece haber irritado sobremanera a los hondureños es
que sus propios delegados en la Comisión de Límites aceptaran la validez de la
argumentación nicaragüense. En caso similar, anteriormente, sobre un punto de
Teotecacinte, no había habido acuerdo y la decisión hubo de tomarla, conforme
bases previas, el Presidente de la Comisión, favoreciendo los intereses de
Honduras.
En el caso del Cabo, los delegados hondureños, que tenían
instrucciones de no ceder un punto en ninguna reclamación de los nicaragüenses,
hubieron de consultar directamente al Presidente Villeda Morales, quien
autorizó el acuerdo, convencido de que la legalidad claramente asistía a la
otra parte.
Muy buena informacion
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