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Entre las muchas cosas que se han publicado en los
últimos días sobre el caso de León Viejo y la localización de sus ruinas por la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua, desgraciadamente hay pocas afirmaciones acertadas y
muchas desacertadas y hasta contradictorias dentro de su desacierto.
Hay cosas que parecen sacadas de Los Conquistadores y servidas como retazos de historia, cuando más tienen de novela. Así,
aquello sobre la catedral de Valdivieso, de "pilares y arcos maestros de
ladrillos y mezcla arcillosa, vigas y soleras de finas maderas, de cuatro
cantos, paredes de piedra y mezcla blanca"... Otro día el mismo nos viene
diciendo que "en los primeros años... en los primeros cuatro decenios (de la
colonia)... lo usual fue el tipo de construcción de tapias". Y que no había ladrillo, por la extrema pobreza; que
ni en el nuevo León allá por 1751. Así que habrá que sacar los ladrillos de los
"arcos maestros" de la catedral de Valdivieso y dejar sólo "la
mezcla arcillosa" a esperas del primer terremoto.
Se nos ha dicho que la ciudad estaba en la propia
ladera o al pie mismo del Momotombo: pues hubo necesidad de construir obras
permanentes de drenaje (ataujías) para encauzar las corrientes que bajaban de
las faldas del Volcán; y que la fortaleza estaba "en lugar prominente de
la falda occidental". Otro día el mismo nos viene hablando de "la
tradicional escogencia para fundaciones españolas, de grandes y amplios valles",
etc.
Estas son cuentas gruesas (los padrenuestros) de un
rosario de inexactitudes o invenciones como aquello de que hasta 1542 se inició
la construcción y el convento de la
Merced (en 1530 ya se construía de tapias); el traslado de
los restos de Pedrarias a una segunda iglesia de la Merced construida en otro
sitio que la primera.
A veces se ha dado rienda suelta a una verdadera fiebre delirante que hace decir cosas como que las ruinas encontradas pueden ser de ricas estancias; castillos posteriores a 1610, construidos por encomenderos y capitalistas; o fortalezas defensivas levantadas después del traslado. Como si la construcción de un castillo o fortaleza pudiera ser secreta, y no significa un papeleo de años, hasta de siglos, a través de la complicada burocracia colonial.
A veces se ha dado rienda suelta a una verdadera fiebre delirante que hace decir cosas como que las ruinas encontradas pueden ser de ricas estancias; castillos posteriores a 1610, construidos por encomenderos y capitalistas; o fortalezas defensivas levantadas después del traslado. Como si la construcción de un castillo o fortaleza pudiera ser secreta, y no significa un papeleo de años, hasta de siglos, a través de la complicada burocracia colonial.
LADRILLOS Y TAPIAS
Es bueno dejar sentadas dos cosas:
1) Hay
documentos que hacen mención de construcciones con elementos de ladrillos desde
1542 (La Merced ,
la casa de Hernán Nieto, junto a la misma; la cárcel construida por Contreras).
2) No hay
motivo para mirar con tanto menosprecio las construcciones de tapias que eran
consideradas como muy buenas en esa etapa colonial. Su consistencia no era
despreciable, pues se usaba tierra mezclada con algún material compactador, calcáreo
o similar. En León Viejo se usaba una tierra blanquecina que traían de los
contornos. Se promulgaron cédulas obligando a los encomenderos a construir de
piedras o de tapias en los dos primeros años de su encomienda.
Lo cual significa que las tapias no se tenían por
menos, sino que se consideraban un material bastante decoroso y permanente,
incluso resistente al fuego. El ladrillo, aunque siempre fue un excelente
material de construcción, no se usaba sino en casos de máxima necesidad, para
lograr mayor resistencia; o porque al usarlo no le causaba mayores gastos (caso
de Hernán Nieto que tenía horno de tejas y, sin duda, fabricaba ladrillos).
El primero en esta larga serie es el llamado Mapa de Herrera, publicado para ilustrar el capítulo XII (Del Distrito de la Audiencia de Santiago de Guatemala) de la Descripción de las Indias Occidentales, la que acompaña, como introducción, a las Décadas 1-4, editadas en 160l. Los conocimientos geográficos son escasos e imprecisos, es cierto; y la cartografía muy imperfecta; pero se hace constar que León está junto a la costa occidental del Lago de Managua, que a su vez aparece como un golfo de la "Laguna de Nicaragua".
Pasando por el Mapa de Ortelius (1570), caemos rápidamente en lo que podríamos llamar cartas representativas ya no de la realidad, pero sí de la tradición geográfica, tan valiosa para el caso como podría serlo aquella. Hay una extensa lista de mapas posteriores a 1610, que aun continúan mostrando a León en su antiguo sitio. Esto sólo quiere decir que los geógrafos y cartógrafos no supieron por muchos años del traslado de León; PERO SÍ SABÍAN DONDE HABÍA SIDO FUNDADA.
Notables representantes de tal tradición, tan útil en su persistencia, viene a ser. el Mapa de Laet (1625), el de Sanson d´Abbeville (1656), el de Blaeu (1664-65), el de Coroneli (1696), el "de Gage" (1699), el de Visscher (1700), el de Marden (1700), el de De l´ Isle (1720), el de D´Anville (1731), el de Regner & Ottens (1756), el de Baret-Elwe (1793), el de Arrowsmith (1816), el de Brué (1816), el de Thompson (1816), el de Pinkerton-Herbert (1818), el de Strangeways (1822).
Así llegamos al Mapa de Baily (1823), construido en base a los informes que suministra Juarros en su Compendio. En este mapa ya León aparece aproximadamente en el sitio actual. Pero el "Mapa de Thompson" (en Narrative of an Official Visit to Guatemala from México. 1829) pone "Sutiabo" y regresa a León a su antiguo asiento. Después hay varios mapas que copian una u otra versión, hasta llegar al de Dietrich-Reimer (1850), que pone "Mabita" junto al Lago, inmediatamente al Sur del sitio de Puerto Momotombo. El mismo año aparece un nuevo Mapa de Baily (el traductor de Juarros), que además de situar dos islas frente a la ensenada de Puerto Momotombo (Sta. Clara La Grande), hace correr hacia esa misma ensenada el pequeño Río Frío, que vendría a desembocar al Sur de Puerto Momotombo. (Nótese que Baily es plausiblemente exacto en el resto de datos que ofrece en su mapa).
El mapa que incluye Squier en su obra Nicaragua (1852) tiene una cruz bien marcada señalando el sitio de "Ancient Leon" en el punto mismo en que se llevan a cabo las excavaciones por la UNAN. Squier también incluyó en su obra Notes on Central America (1858) un Map of Honduras and San Salvador que abarca parte de Nicaragua, hasta el volcán Mombacho. Allí están las "Ruins of A. Leon" en el ángulo NO. del Lago, cerca del "V. Axosco" y al N. de un pequeño río sin nombre que corre hacia el Lago, quizás el mismo Río Frío de Baily.
En 1862 fue publicada la "Carta de los Estados de Centro América, con todos los proyectos de las diversas vías de comunicación interoceánica", formada por A. E. van de Gehüchte, ingeniero del Gobierno de Guatemala. En este mapa, ejecutado en presencia de "todos los documentos más acreditados, tanto marítimos como terrestres", aparecen las "Rnas. León" en el mismo sitio en que las pone Squier (1858), en la porción Sur de la zona de Puerto Momotombo, donde precisamente pasa el trazo de uno de los proyectos de canal presentados.
El Mapa de Justo Juan Gavarrete (1878) fue formado con multitud de datos de notable exactitud compilados personalmente por su autor. Este mapa marca el sitio de "Viejo León" frente a la ensenada de Puerto Momotombo, inmediatamente al Sur de dicho lugar.
En la 2da. edición de la Geografía de Centro América por el Dr. Darío González (1881) texto escolar muy conocido en su tiempo, va incluido el Mapa de Centroamérica por Edwin Rockstroh, que muestra el trazo del ferrocarril de occidente terminando en "Moábita", en el sitio del actual Puerto Momotombo. Ese era el nombre de tal lugar antes de que el puertecito lacustre fuera trazado por el Ing. Cobos en 1883. Con los nombres de Moabita, Moábita o León Viejo aparece mencionado indistintamente en toda la documentación relativa a los contratos ferrocarrileros, a la construcción y operación del ferrocarril y a la navegación de vapores en el Lago de Managua.
Hemos dejado por último la cita y el comentario, que lo merece más prolijo, del "Plano de la Colonia Projectada de Viejo León" de Sonnenster, Ingeniero Civil de la República, incluido en un recuadro en su primer Mapa de Nicaragua (1858). En es plano se sitúan las ruinas de León Viejo a unos 8 Kms. al SE. del volcán de Asososca (Axusco) ya 6 de la laguna de Asososca (del Tigre) Hay un camino que va a Pueblo Nuevo y otro a León. La posición casi corresponde al actual Puerto Momotombo, más o menos en medio de la penillanura que bordea la ensenada. En tiempos de Sonnenstern algunos vestigios debían observarse en el sitio que señala, razón por la cual pudo anotar en su referido plano, junto a unos cuadritos negros que quieren representar bloques de casas, encerrados en un cuadro mayor, rayado: "Ruinas de Viejo LION". Tales ruinas están unos 300 metros al Sur del "Projecto de Camino para Ferro Carril" entre Moabita (que así se llamaba) y Corinto. Al extremo de esta vía se construye más tarde el pueblo de Momotombo.
El lugar donde todas las evidencias concurren a situar
la primitiva León de Nicaragua en un amplio campo que, por lo menos, abarca una
extensión de 1 km. de Norte a Sur por unos 400 o 500 metros de Este a Oeste.
Tal expansión la fijamos en forma estrictamente
provisional. Las dimensiones reales de la planta de la ciudad serán establecidas
a medida que progresen las labores de limpieza y excavación del terreno.
En el área citada se ha logrado localizar hasta 13
montículos de base más o menos geométrica (rectangular o cuadrada).
Estos montículos tienen la misma apariencia que tenía el que se ha excavado profundamente, donde se han encontrado las ruinas de un edificio grande, al parecer una iglesia.
Estos montículos tienen la misma apariencia que tenía el que se ha excavado profundamente, donde se han encontrado las ruinas de un edificio grande, al parecer una iglesia.
En casi todos estos montículos se han practicado
"calas" o sondeos y hallado ladrillos, sin duda perteneciente a
viejas construcciones.
La disposición de tales montículos sobre el terreno, alineados en direcciones bien determinadas y orientados, habla de una organización urbanística cubierta por el polvo de los siglos.
La disposición de tales montículos sobre el terreno, alineados en direcciones bien determinadas y orientados, habla de una organización urbanística cubierta por el polvo de los siglos.
En el montículo que primero comenzó a excavarse, y en
el que se ha excavado más profundamente, surgieron las ruinas de lo que a todas
luces parece ser una iglesia.
La construcción tiene 15 m. de ancho (NS-SU) por 40 de largo (E-O). La parte expuesta se encuentra en la porción oriental de un rectángulo formado por camellones de tierra que alcanza unos 75 metros de longitud y que puede ser el límite del antiguo cementerio.
La construcción tiene 15 m. de ancho (NS-SU) por 40 de largo (E-O). La parte expuesta se encuentra en la porción oriental de un rectángulo formado por camellones de tierra que alcanza unos 75 metros de longitud y que puede ser el límite del antiguo cementerio.
En las ruinas del edificio se distinguen dos partes:
una construida de ladrillos; la otra de tapia reforzada a espacios regulares de
unas 4 varas con rafas de ladrillos. La parte de ladrillos está situada al
Oriente, y corresponde sin duda a la cabecera. (Puede creerse que fue
construida de ladrillos y reforzada con fuertes pilastras adosadas lateralmente
porque se pensaba construir bóvedas sobre ella). Esta parte es más angosta que
la otra. La planta es cuadrada, de unos 12 metros de lado, dimensiones a
propósito para albergar 3 capillas de regular tamaño. El resto de la construcción es de unos 4 metros más de
ancho y corresponde a las naves. Ya se han descubierto dos bases de las columnas
o pilares que formaban las naves, a unas 5 varas del muro de la fachada y aunas 4 de las paredes laterales. A
medida que la excavación progrese hacia el fondo, irán apareciendo las demás.
Son de base cuadrada, con las aristas cortadas en chaflán. Así quedan
demarcadas tres naves: de 10 metros de ancho la central, de unos tres metros
las laterales.
Sería prematuro hacer afirmaciones ajustadas en una
etapa en que los trabajos de excavaciones apenas si comienzan. Pero puede
recordarse aquí que la iglesia de la
Merced de León Viejo, hacia 1530, se construía de tapias con
la ayuda de una tierra blanca, "recia como argamasa", que llevaban de
los alrededores. El material de relleno de las tapias descubiertas es
blanquecido y resistente, y parece haber sido extraído de la cabeza del "calpul" de Puerto Momotombo, o de un lugar también cercano en el camino a
la Paz Centro. En 1542 la iglesia de la Merced ya estaba
construida, con tres naves, paredes de tapias, rafas y arcos de ladrillos, techo
de tejas.
Las ruinas descritas pueden considerarse un tanto
marginadas hacia el Oriente del conjunto de túmulos diseminados en el área.
También por esto puede presumirse que se trate de la iglesia de La Merced, pues
existe al menos un testimonio quizás un tanto exagerado de Pedro de los Ríos
(1543), según el cual al monasterio de la Merced y su iglesia se hallaban fuera de la
ciudad.
Managua, 31 de enero, 1967.
EDUARDO PÉREZ-VALLE
Investigador de la UNAN.
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