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Restos de un gigantesco animal prehistórico,
posiblemente de un Dinosaurio, fueron encontrados cerca del Vaso de Apanás, Jinotega,
al excavarse para una presa, en la hacienda “Los Robles”, de José Palacios.
El mayor lecho de huesos prehistóricos
petrificados que se han localizado en Nicaragua, fue descubierto por el propio
dueño de la finca, a una profundidad de 3 metros, en un zanjón cenagoso.
HUESOS
FRAGMENTADOS
Debido a los procedimientos
rudimentarios que se usaron al extraer los huesos, éstos se fragmentaron en su
mayor parte, de tal manera que ahora el técnico jinotegano Harvey Wells,
profesor de Historia del Arte en la Escuela Normal Nocturna de Managua, está
haciendo sobrehumanos esfuerzos para reconstruirlos.
Sin embargo, las proporciones enormes
de las vértebras, huesos de costillas, cóndilos y cabezas de fémur (ver fotos)
y las formas características de los mismos, conducen a pensar, tanto al
profesor Wells como otras personas, de un animal gigantesco, perteneciente casi
seguramente a la prehistoria.
Por un hueso de omóplato (que ha
desaparecido en los organismos de los animales modernos), el cual mide un metro,
se deduce que ese animal tenía las siguientes proporciones, por lo menos 5
metros de alto y 15 o 20 metros de largo.
Con lo poco que el profesor Wells
ha podido deducir, ya que sólo se ha extraído hasta el momento una pequeña
parte de los huesos, cree que se trata de un Brontosaurio o de un Tiranosaurio,
dos de los más grandes tipos de Dinosaurios conocidos.
HUESOS
PETRIFICADOS
Los huesos encontrados tienen consistencia
mineral. Son huesos petrificados en cuyos poros penetraron sustancias minerales
hasta darles la consistencia de piedar que ahora tienen. El peso de ellos es
considerable.
Debido
a que está sometidos a una disputa con el dueño de la propiedad, José Palacios,
y la persona que los encontró, el bachiller Hugo Gutiérrez Palacios parte de
ellas se encuentra en casa del primero; otra parte en casa del segundo y una
pequeña parte (de los más importantes) están siendo reconstruidos por el señor
Wells.
Ningún estudio científico se ha hecho hasta
el momento de ellos. Pero el Redactor de La Prensa que escribe esta crónica
tomó las siguientes medidas:
Las vértebras –que son muchísimas—
miden 4 por 4 pulgadas.
Los dientes miden seis pulgadas de
largo por dos de ancho.
Las cabezas de fémur tienen 8 pulgadas
de diámetro.
Las costillas (de las que hay muchos
pedazos) tienen 4 pulgadas y medio de grueso. Hasta el momento no se ha logrado
“armar” una sola de ellas.
El cráneo –como en todos los
Dinosaurios— es de pequeñas proporciones.
LUGAR
DEL HALLAZGO
La hacienda “Los Robles” –donde se
localizó el lecho de huesos a que nos estamos refiriendo— queda como a unos 12
kilómetros de la ciudad de Jinotega, a orillas de la carretera de penetración
que se dirige al Tuma.
Los restos petrificados fueron hallados
en un zanjón –donde posiblemente hubo un pantano— en medio de tierra arcillosa
color verde.
Arriba, hay tierra negra; después,
arcilla gruesa, seguidamente, arena y tierra rojiza.
A continuación, la tierra
arcillosa color verde, en la cual se encontraron los fósiles.
Únicamente se excavó a unos 3 metros de
profundidad. En un principio el dueño de la finca, José Palacios, dijo a sus
amigos que el hecho no tenía importancia. –“Debe ser un buey grande”—añadió.
Pero el Bachiller y estudiante de
Ingeniería, Hugo Gutiérrez Palacios, pariente del dueño de la hacienda no lo
creyó así y comenzó a excavar hasta que fue reuniendo grandes huesos, vértebras
enormes, cabezas de fémur, etc.
El
Br. Gutiérrez Palacios se llevó la primera pare de los huesos a su casa en
Jinotega, y cuando se encontraba en la finca sacando más, llegó a su domicilio
José Palacios “a traer los huesos del buey”. Palacios se levó pare de los huesos
a su casa y ahora exige al Bachiller Gutiérrez Palacios que le entregue el
resto.
“Son míos”, dice. “Ese animal murió en
mi finca”.
La gente le ha metido en la cabeza que
es dueño de millones de dólares.
CIERRAN
EL HOYO
A pesar de que es obvio que aún no se
extraído ni la tercera parte de los huesos (en caso de ser un Dinosaurio) ya el
hoyo fue cerrado por órdenes del dueño de la finca José Palacios, quien tenía
urgencia, según dijo de terminar su presa.
La zona tiene posiblemente gran valor
paleontológico.
LA
ERA DE LOS REPTILES
Los
Dinosaurios –los más grandes animales vivientes sobre tierra— vivieron hace más
de 100 millones de años. Se extinguieron sin conocerse las causas, hace unos 60
millones de años.
Nadie los ha visto. El hombre no los
conoció.
Eran más grandes que un elefante de ahora,
pero menores que las ballenas actuales.
Vivieron en la Era de los Reptiles.
GRAN
VALOR HISTÓRICO
El descubrimiento –en caso de comprobarse
que se trata realmente de un ser prehistórico— tiene un gran valor histórico.
Puede
conducir a más investigaciones que pueden ayudar mucho al desenvolvimiento de la
Paleontología y al establecimiento de bases firmes en la prehistoria americana.
Habían
5,000 clases de dinosaurios. Algunos de ellos eran enormes, gigantescos; otros
pequeños como una iguana.
La
palabra Dinosaurio quiere decir: “lagartija terrible”.
TRONABA
AL PASAR
Ya
dijimos antes que el profesor Wells, una persona que ha dedicado buena parte de
su vida a estudios paleontológicos, cree que puede tratarse de un Brontosaurio
o de un Tiranosaurio.
De
ser un Brontosaurio, debió pesar alrededor de 25 toneladas y tener unos 21
metros de largo.
El
ruido que producía su paso debió haber sido como un trueno en las montañas
jinoteganas.
De tratarse de un Tiranosaurio, fue el más terrible de los animales vivientes en esas tierras del centro de Nicaragua.
El
Tiranosaurio era el más feroz de todos. Mientras el Brontosaurio se alimentaba
de hierbas y vivía con la mayor parte de su cuerpo sumergido en los pantanos,
el Tiranosaurio era feroz. Andaba casi vertical y sus miembros superiores eran
como garras con los que destrozaba a otros Dinosaurios menores. Era carnívoro.
De él huían los demás seres prehistóricos.
DEBE
HACERSE UNA INVESTIGACIÓN
Creemos
que el descubrimiento hecho en el departamento de Jinotega, amerita una investigación
minuciosa. Todos los científicos nicaragüenses que puedan aportar luz sobre el
particular, están llamados a llegar a Jinotega, a examinar los fósiles encontrados.
Sería
ideal que una institución científica como la Smithsonian Institute se
interesara en el caso y enviara a Nicaragua a algunos de sus expertos.
Lo
que decimos aquí no es definitivo. Se trata de las primeras observaciones
hechas por personas entendidas.
La
última palabra la tienen los científicos, los que saben más de esto. Queda
pues, mucho más por escribirse sobre este sensacional hallazgo.
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