Por: Eduardo
Pérez-Valle h.
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En 1967, el Gobierno de Nicaragua y la sociedad nicaragüense
prepararon diversas actividades dedicadas a conmemorar el Centenario del
Nacimiento de Rubén Darío. Durante el período presidencial del doctor René
Schick Gutiérrez, la Asamblea Nacional, mediante Decreto Ejecutivo, declaró: “Nicaragua
se prepara a honrar a su máximo poeta y a celebrar dignamente el Primer
Centenario del Nacimiento de su preclaro y dilecto hijo”, por tal motivo se
autoriza “la impresión de una emisión conmemorativa de estampillas denominada Primer Centenario del Nacimiento de Rubén
Darío”.[1]
Esa emisión filatélica recorrería el mundo, tal como lo
hiciera la fama trascendente del poeta en cada rincón de los Continentes. Era
ésta, la primera colección de sellos autorizada por un Gobierno de Nicaragua en
cuyo contenido fueron representados diversos temas relacionados a la vida y obra
del vate: La casa donde nació Darío; Monumento en Managua; Catedral de León;
Alegoría de los Centauros; Alegoría de los Cisnes; Alegoría de la Marcha
Triunfal; Alegoría de los Motivos del Lobo; y Alegoría de la Salutación del
Optimista.
Aquel tipo de homenaje lo consignó el periodista Luis María
Lorente en la Edición Extraordinaria de la prestigiosa revista Mundo Hispánico[2].
Sobre esa colección filatélica escribía el citado especialista: “Entre estas
colecciones de tipo temático, pero que son al mismo tiempo monográficas, se
está creando una en honor y recuerdo del poeta Rubén Darío (1867-1916). Se da
el caso que, en razón de los años de su nacimiento y muerte, unos países han
hecho sellos con ocasión del cincuentenario de su fallecimiento, en el año
1966, y otros, en cambio, la efemérides que recuerdan es el centenario de su
nacimiento, y por ello los están emitiendo este año”.
El interesante artículo fue ilustrado con una excelente
reproducción a colores de los ocho sellos postales de Nicaragua y, de otros
países. A continuación agregaba: “Paulatinamente, las distintas
administraciones postales de los países hispanoamericanos van poniendo en
servicio sellos en homenaje de este singular poeta, el cual definió otro
ilustre nicaragüense, don Pablo Antonio Cuadra, con “genio de nuestra
genialidad”, y cuya poesía, “que naciera aquí en grito de aviso y profecía, no
es más que la síntesis de esa voz silenciosa, pero millonaria, de una
Hispanidad que despierta”, la cual es una unidad de todos aquellos que “rezan a
Jesucristo y hablan el español, como decía el propio Rubén Darío”.
Sin embargo, en los párrafos de Luis M. Lorente no hay
mínimas referencias sobre los artistas creadores de las obras empleadas en lo
tirajes. En ese año, la mayoría de países latinoamericanos dedicaron emisiones
filatélicas a conmemorar el Centenario de Darío, así lo dispusieron, entre
otros, Nicaragua, Paraguay, Chile, Argentina. En 1967 cada país contaba con el
concurso de caracterizados artistas filatélicos.
De años atrás provenía, en Centroamérica, las primeras iniciativas
dispuestas a fundar la Federación Centroamericana de Asociaciones Filatélicas,
esa organización permitía consensuar emisiones filatélicas basadas en intereses
comunes. El Centenario del nacimiento de Rubén Darío mantuvo ese tipo de
conmemoración regional.
El 25 de febrero de 1963 fue celebrada la Convención
Filatélica Centroamericana, en San José, Costa Rica, en donde fueron asumidas
las recomendaciones y sugerencias de las Sociedades Filatélica: los
representantes fueron: por el Club Filatélico de Costa Rica, el señor Carlos
Sáenz; Por la Asociación Filatélica de Costa Rica el señor F. O´Neill G.; en representación de la Asociación Filatélica de Nicaragua, Federico Ahlers; la república de Panamá representada por el señor Carlos A. Patterson; José
Corrales Valle por El Salvador; y Luis Guido Herzog, por la Asociación
Filatélica de Honduras. Ellos, recomendaron a los Gobiernos centroamericanos la
creación de Juntas Asesoras Filatélicas.
Mi padre solía solventar nuestras necesidades, conjuntando
trabajos de diversa naturaleza; echaba mano de las capacidades artísticas que
heredó de la familia. Si, en efecto, la destreza en el dibujo le era de
condición inherente, poseía un extendido conocimiento sobre arte en todas las
corrientes. Dicha actividad le significó otras fuentes de ingreso, pero sobre
todo, la satisfacción de la ejecución plástica.
Dibujo de E. Pérez-Valle |
Durante varios años trabajó frente a la mesa de dibujo, y
ella –que está entre nuestros preciados objetos de silente testimonio— ayudó a concebir y trazar propuestas
publicitarias, filatélicas, albúmenes educativos, mapas, planos… Sobre esa mesa
recuerdo los representativos bocetos y los trabajos acabados de industrias
alimenticias con arraigo de décadas. Entre esos: La “Carreta jalada por la yunta
de bueyes” de la compañía de leche “La Perfecta”, fundada por don Armando
Llanes; el pequeño "personaje del ártico" que ilustra los empaques de los reconocidos helados marca “Eskimo”, propiedad de la
familia Salvo Horvilleur; el logotipo (símbolo) del Volcán Santiago, en Masaya; que puede
apreciarse en el muro a la entrada del Parque; ilustró libros de Historia y
Geografía de Nicaragua, de la Editorial Hospicio propiedad de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas (IPM): creó innumerables logotipos para empresas
nacionales y extranjeras.
BOCETO DEL SELLO POSTAL Elaborado por el Dr. E. Pérez-Valle |
Fueron décadas que llegaron a su fin cuando él, rehusó las disposiciones adoptadas en 1963 por la Junta de Directores de la Sociedad Interamericana de Prensa en donde “estipulaban las normas de relaciones entre los periódicos, las Agencias de Publicidad y los Anunciadores”; copia recibida por intermediación del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario La Prensa. Mi padre, el doctor Eduardo Pérez-Valle, era una especie de “publicista ubicuo”, nunca contó con personal en su emblemática empresa Publi-Service, y los trabajos contratados eran atendidos de acuerdo con el tiempo que él disponía.
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La actividad publicitaria la mermó aquel foráneo “Convenio
Regulador” del año 63, que no logró mantener el pretendido cauce de negocios
entre publicistas, anunciantes y periódicos, y que al cabo de 8 años reapareció
con la suscripción de otro Convenio, esa vez, nacional, entre la “Organización
Nicaragüense de Agencias de Publicidad (ONAP) y La Prensa, S. A., y sus
publicaciones”, suscrito el 1 de septiembre de mil novecientos setenta y uno,
entre Vicente Cuadra Chamberlain y Pedro J. Chamorro C.
Pero en estas circunstancias: obligado a mantener el equilibrio
de los gastos familiares, Pérez-Valle no abandonó la creación artística, la
redirigió hacia el ámbito filatélico que le abría otra alternativa en donde
podía exponer su arte. Dicho esto, y al recorrer la historia de la filatelia nicaragüense,
me detengo en aquel Centenario (1867 – 1967) para recordar sobre la mesa de
dibujo los diseños de esas ocho estampillas “temáticas y monográficas” dedicadas
a Rubén Darío.
Han advenido recuerdos en particular relacionados a esa
emisión filatélica, no obstante, hacia la mitad del siglo XX., también elaboró
primeras emisiones sobre nuestra flora, arqueología, mariposas, frutas, peces, y
diversas temáticas conmemorativas, patrias. Acentuaba los motivos artísticos
sobre la base de aspectos sobresalientes de nuestro medio ambiente.
Si prescindimos de la anterior síntesis, no sería posible
identificar las circunstancias en el origen de esos trabajos dedicados a la
filatelia, asimismo, a los efectos de
comprender los alcances del trabajo desempeñado, agregaré la intención
manifestada por el Director de la Oficina Filatélica en el año 1967, al
comunicarle a Pérez-Valle que “su nombre y dirección fue indicado al Señor
Secretario Director de Servicios Generales de la ONU, como uno de nuestros
artistas y diseñadores de reconocida reputación que ha diseñado sellos para los
servicios postales de nuestro país…”. Y, en otro párrafo agregaba: “Su nombre será agregado al grupo de artistas
permanentes en el mencionado ramo de las Naciones Unidas y recibirá de vez en
cuando instrucciones técnicas…”.
Lleno de profundos contrastes en su vida intelectual y
artística, los años subsiguientes no encontraron sobre aquella mesa de dibujo y
a la orilla del caballete, a los cómplices de esas destrezas y conocimientos, nunca más volvieron los pinceles, óleos,
temperas, tinta china, todo aquello que me cautivó en mi niñez y desde donde
miré tomar forma a variadas, sugestivas y coloridas obras de arte, incluida la
Primera Emisión Filatélica Conmemorativa dedicada al Centenario de Rubén Darío.
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[1] Dado en Casa Presidencial.
- Managua, D. N., a los quince días del mes de Junio de mil novecientos sesenta
y seis. – (f) RENE SCHICK, Presidente de la República. - (f) Ramiro Sacasa
Guerrero, Ministro de Estado en el Despacho de Hacienda y Crédito Público.
Hola señor, como esta? Soy Orlando Jose Bustos Alvarado,, tataranieto de William Walker. Gracias por tomarse el tiempo de escribir sobre la historia de mi querida Nicaragua.
ResponderEliminarActualmente vivo en Los Estados Unidos y ya hace mucho tiempo que no voy por allá. La narración y el seguimiento del árbol geneologico está correcto. He leído articulos acerca de alguien llamado Julio Bustos. Mi padre Alberto nunca tuvo ningún hijo llamado así. Actualmente tuve cuatro hijos con mi primera esposa Emilse Cecilia Martinez Pineda quien falleció en el año 2005, William Orlando Bustos Martinez, Scarlette Emilse Bustos Martinez, Laura Marie Bustos Martinez, Orlando Alexander Bustos Martinez y Michelle Alexandra Bustos Jauregui con mi segunda esposa Esmeralda Jauregui.
Mi abuelo Rafael Castillo Cerda murió hace muchos años en Costa Rica cuando yo estaba chico. El era zapatero y murió solo en su casa.
Mi padre Alberto ya falleció unos años atrás en Rivas y mi tío Pío Castillo tengo entendido que falleció en Costa Rica.
Es admirable su publicación.
Orlando Bustos Alvarado
Don Orlando José Bustos Alvarado:
ResponderEliminarDebo a Ud.,las disculpas y, por demás, las gracias por incorporar esas líneas de mucha importancia,puntales y aportativas. Cuando Ud., así lo estime, estas páginas siempre estarán disponibles para publicar otros datos relacionados con el vínculo genealógico. Quizás, alguna fotografía de la descendencia.
Invariable servidor, le saluda Eduardo Pérez-Valle h.