martes, 28 de enero de 2020

EDUARDO PÉREZ VALLE EN EL RECUERDO: SEMBLANZA EN CUATRO DOCUMENTOS


PROPUESTA PRECURSORA DE UNA PREPARATORIA PRE-UNIVERSITARIA EN NICARAGUA

1947


UNIVERSIDAD LIBRE DE NICARAGUA
Managua – Centro América

                                                
              Managua, Diciembre, 10, 1947.-

Sr. Br. don Eduardo Pérez Valle,
Ciudad.-

Mi estimado amigo:

                            La Junta  Universitaria ha estudiado cuidadosamente el muy importante proyecto de Ud. relativo a que ésta Universidad imparta al propio tiempo que la universitaria, enseñanza primaria y secundaria.

                            La Junta no sólo felicita a Ud., por su trabajo laborioso y oportuno sino que le rinde las gracias por el vivo interés que a  favor de ésta Universidad significa su iniciativa.

                            Cree la Junta que para ponerlo en práctica debemos esperar la conclusión del curso escolar ahora pendiente y resolver lo que convenga según sean las circunstancias en que se halle el país durante los meses de abril y  mayo próximos.

                            Quiero que siempre que tenga tiempo venga a ésta Rectoría para que cambiemos ideas respecto a la realización de la magnífica iniciativa de Ud.

                            Afmo. amigo.,
                                                
 SALVADOR MENDIETA
                                    RECTOR

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 INICIATIVA PARA FUNDAR LA PRIMERA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA EN NICARAGUA


1945 – 1946  CENTRO UNIVERSITARIO DE MANAGUA

Universidad Central –  Nicaragua

                                                                                     5 de Julio de 1946

Bres:

Eduardo Pérez Valle,
Orlando Montenegro,
Ronaldo Delgadillo,
Carlos Rivers h.,
Francisco Frixione,

Compañeros:

                            En nombre de la Directiva del Centro Universitario de Managua, participo a Uds. que habéis sido nombrados miembros de la “COMISIÓN ORGANIZADORA PRO-UNIVERSIDAD AUTÓNOMA”.

                            Si las necesidades lo requieren esa Comisión podrá ser aumentada con los compañeros que vosotros recomendéis.

                            La Directiva del CUM confía plenamente en que vuestro dinamismo y buena voluntad lograrán hacer una realidad cuanto antes del patriótico gesto que significa la creación de dicha Universidad,

                            De, Uds., Atentamente,

           CARLOS SANTOS BERROTERÁN
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Carlos Santos B.
Presidente.

Jorge Solís B.
Vice-Presidente

Rafael Córdova R.
Srio. del Exterior.

Edgard Paguaga
Srio. del Interior

Armando Serrano
Tesorero

Humberto Caldera
Vice-Tesorero

Gilberto Serrano
Srio. de Cultura

Alfredo Obando
Srio. de Deportes

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EN EL AÑO DE SU PARTIDA DEFINITIVA
PÉREZ-VALLE EN EL RECUERDO DE DOS ENTRAÑABLES AMIGOS 

“PENSANDO EN NICARAGUA”: Por Ignacio Briones Torres. Miembro de la Academia Nicaragüense de Geografía e Historia.

EDUARDO PÉREZ VALLE DE CUERPO ENTERO:

Los grandes precursores del periodismo idearon en diferentes épocas el uso de determinados tipos de imprenta para privilegiar el contenido o la importancia de las noticias. El uso de las ocho columnas, o “head-line” de los norteamericanos elevó al máximo esta práctica. Ocupar todo el ancho de la primera página significa que tal o cual acontecimiento ha sido considerado por los editores como el de mayor relevancia, y como tal se presenta a los lectores.

Hasta donde mi experiencia indica, nunca, por lo menos hasta ahora, pudimos ponerle sentimiento a las letras, pero si a las palabras, quiero decir a lo que escribimos y publicamos.

Más que con letras escribo esta página con sentimiento. Ellas me sirven para expresar el profundo dolor que nos causa el fallecimiento de Eduardo Pérez Valle, compatriota de singulares méritos en todos los órdenes de la vida. Historiador, cartógrafo, investigador, intelectual del más alto nivel que pueda desearse, Eduardo se consagró al estudio de nuestra Historia Patria y las obras que ahora hereda constituirán siempre un invalorable tesoro para el patrimonio cultural de nuestro país.

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal me presentó a Eduardo en una de aquellas mañanas de “La Prensa” anteriores al terremoto 72 cuando antes de iniciar las labores del día hacíamos tiempo para conversar sobre los múltiples sucesos que ocupaba la actualidad nacional. ─ ¿Qué me traés?, había preguntado Pedro a Eduardo. Este llevaba consigo uno de los numerosos libros que escribió, tan valioso como todos los que salieron de su pluma.

El libro era “Expediente de Campos Azules”, la más rigurosa y minuciosa recopilación documental que sobre la historia de nuestra Costa Atlántica existe hasta hoy. ─ ¿Querés que te le haga un comentario? ─ No doctor, respondió Eduardo. Pero si quiero que lo lea y lo integre a la biblioteca del periódico. Podría ser que algún día un joven estudiante se interese por su contenido y estoy seguro que le servirá de mucho. Yo no escribo pensando en los comentarios que podrían producir mis obras, sino en lo útil que ellas pueden ser para que vayamos conociendo, aunque sea poco a poco nuestra identidad nacional.

Cuando Eduardo se retiró, Pedro comentó: ─Seguramente no hay actualmente en Nicaragua un investigador más serio y más modesto que Eduardo Pérez Valle. Tengo muchos años de conocerlo y nunca he visto que ande propagandizándose. Entiende y practica el rigor científico en sus trabajos, pero nada de promocionarse. Esta es una característica de los auténticos valores.

Yo había leído la Historia del Desaguadero del Río San Juan de Eduardo Pérez Valle y también la historia del ferrocarril que él tituló “Cien años sobre rieles”. Ambos libros revelaban  la cultura del autor, ese apego a la verdad documental que caracterizaría su obra de Historiador.

En mis archivos venía acumulando asimismo los calendarios llenos de historia que hacía por encargo del First National City Bank que él mismo ilustraba con la destreza de los mejores dibujantes. Cada calendario representaba períodos de la historia nacional que adquirían por sí mismos categoría de trabajos pedagógicos de interés permanente. Estos calendarios no solo tenían la validez cronológica del año en que se publicaban, sino que trascendían los breves 12 meses de la ocurrencia anual que recogían. Que sepamos nunca nadie, después del 72, dio continuidad a este tipo de calendarios, tan valiosos como un libro de Historia.

Confirmé la modestia de Eduardo Pérez Valle luego que sentí la necesidad humana de estrechar relaciones con él. Nada de lo nicaragüense le era ajeno y sabía de memoria –sin posibilidad de equivocaciones— todo cuanto interesara saber acerca del pasado nacional. Sus escritos revelaron siempre que así como nunca verbalmente se refería a un hecho que no lo tuviera plenamente confirmado, tampoco lo escribía.

En diferentes periódicos quedan impresos numerosos trabajos suyos de rectificación o aclaración sobre trascendentales acontecimientos que fueron conformando la historia nicaragüenses.

Un día, hace ya varios años, me dijo que  ya no podía dibujar. No sé qué adormecimiento de su capacidad visual lo había afectado. Sin embargo, pese a esa deficiencia, seguía sus hábitos de lectura y su devoción a las letras históricas.

Bajo la regencia del ingeniero César Avilés Haslam, el INETER conmemoró los 50 años de Cartografía en el país. Coordinó el evento el joven historiador Orient Bolívar Juárez. Eduardo Pérez Valle fue galardonado en el acto de conmemoración por su valiosa contribución a esa área de la cultura universal.

La Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, por moción de su presidente doctor Emilio Álvarez Montalván, y la aprobación unánime de todos sus miembros, le otorgó asimismo una Placa de reconocimiento a su obra geográfica-histórica el 12 de septiembre de 1997. Los reconocimientos le llegaban sin que él se preocupara mucho por obtenerlos, aunque sin duda sabía que los merecía. Y los recibía con modestia y gratitud, sin un solo rasgo de envanecimiento.

Con Agustín Fuentes Sequeira tuvimos una vez un debate sobre autores nacionales. Me tocó hablar de Eduardo y su obra. Y dije sencillamente lo que pensaba de él: que era un nicaragüense singular, un maestro de la investigación y un modelo de ciudadano. Ocasionalmente Eduardo estaba oyendo el debate radial, y vino a mi casa a darme las gracias como si lo  dicho por mí no hubiera sido exactamente lo que él merecía. Así era nuestro amigo que ahora ha fallecido. Y nuestros apuntes se quedan muy cortos.

De él puede repetirse con toda propiedad lo que un pensador europeo dijo respecto a las personalidades históricas: “El mérito histórico de las personalidades históricas –escribió el europeo—, se mide no por lo que dejaron de hacer de acuerdo con las exigencias de la actualidad, sino por lo que hicieron de nuevo de acuerdo con sus antecesores”.

Eduardo innovó los viejos conceptos de panfletos políticos partidarios que no pocos de nuestros historiadores imprimieron a sus trabajos. Realizó una labor eminentemente cultural de manera silenciosa, pero profundamente valiosa, diría eterna. Pasó por la vida sembrando semillas de verdad. Fue y será siempre un compatriota de esos que por derecho propio ameritan que no se les olvide nunca.

Descanse en Paz Eduardo Pérez Valle. Y junto al pésame a sus familiares me enluto como parte de la familia doliente. El luto que cubre a la cultura nacional con su desaparecimiento. 

Msc. Orient Bolívar Juárez; Dr. Felipe Rodríguez  Serrano; Dr. Emilio Álvarez Montalván, Licenciado Ignacio Briones Torres, Dr. Eduardo Pérez-Valle

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EDUARDO PÉREZ VALLE (R. I. P.)*

Por: Dr. Armando Arce Páiz

Managua, abril 1998.

         Me preguntas por quién doblan las campanas (…) y te contesto, por mí. Recuerdo de nuestra juventud a Eduardo, estudiante de la Universidad Central de Managua, perteneció con orgullo a la generación del 44, tenía un talento privilegiado y vocación de periodista.

         Exitoso redactor de El Universitario, publicación semanario, con la colaboración de un selecto grupo de estudiantes libérrimos de las diferentes facultades recién fundadas en 1941. Creador y propulsor del movimiento cívico-estudiantil de la época.

         Plumas candentes contra la dictadura de Somoza García, rodearon a Eduardo en la Dirección de El Universitario, y cabe señalar con honor a sus otros Directores: Reynaldo Antonio Tefel Vélez, Arsenio Álvarez Corrales y  Carlos Santos Berroterán. Participaron activamente en la redacción: Francisco Frixione Saravia, Octavio Caldera, y Eduardo Nicolás Matus.

         En el año 1946 salieron al exilio a Guatemala, México y Costa Rica, los más destacados dirigentes estudiantiles, algunos como César Carter Cantarero, nunca regresó al país.

         Eduardo Pérez Valle, tenía en su habilidad mental una singular apreciación de los hechos en cualquiera de las connotaciones sociales, políticas, históricas, literarias, científicas, en pocas palabras, era un hombre  ecuménico.

         Con sentimiento hemos leído apreciaciones que han escrito tus amigos y académicos, sobre tus legítimas contribuciones a la cultura nacional.

         Noble es destacar también su labor docente, abnegada y que hoy recuerdan tus antiguos alumnos de la Escuela Monseñor Lezcano, Botón de Oro de tu vida.

         Escribo estas líneas en homenaje-post-mortem al hidalgo amigo, al científico, al escritor insigne, al historiador-investigador, al amigo de los amigos, al que fue leal a la verdad, a su propio valor intrínseco, al ilustre ciudadano Eduardo Pérez Valle, al nicaragüense que vivió y compartió su vida aferrada a su tierra natal. Aún recuerdo a Ronaldo Delgadillo Bravo, que lo amparó en la oscura noche de la tiranía de Somoza y se escapó de los esbirros.

         Eduardo, tu verdad histórica es un monumento a la misma historia y ejemplo para el estudiante del presente.

* Publicado en El Nuevo Diario, Abril 1998.

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