RIGOBERTO CABEZAS, PROPIETARIO DE UNA BOTICA Por Juan García Castillo. En: El Centroamericano.
León, 9 de Agosto de 1967.
En una publicación que periódicamente lanza a la
circulación el doctor Porfirio Pérez N., propietario de “La
Cruz Roja ”, encontramos este dato que calza
en esta crónica. Dice el Noticiario del Doctor Pérez N.:
Con todo y ser León, ciudad universitaria casi desde
el principio de la dominación colonial, no poseyó, sino hasta 1890,
establecimientos dedicados al negocio exclusivo de venta de medicamentos.
Tampoco se conocen esfuerzos e iniciativas por establecer la escuela que
enseñara la ciencia en prepararlos en la Ciencia Farmacéutica.
Los médicos muy afamados, manejaban su botiquín y éste lo era por el boticario.
Fue en la ciudad de Masaya, la primera y única por mucho tiempo, que mantuvo la
iniciativa de tales fundaciones, teniendo entre sus fundadores hasta próceres,
pues Rigoberto Cabezas, antes de 1890 tuvo establecimiento farmacéutico, inició
venta de preparaciones y fue el primero que anunció que compraba botellas
vacías. Del mostrador de ese establecimiento, saltó el Reincorporador de la Mosquitia , honor y
gloria para la profesión farmacéutica del país. Por estos tiempos también hubo
en Masaya una buena y elegante botica, la del Doctor Julio César. Fallecido
éste en 1888, el negocio se canceló, no sin dejar como consecuencia y recuerdo,
dos magníficos ciudadanos, fundadores de honorables familias, que absorbiendo
gran parte de los conocimientos del famoso médico doctor César, quedaron
ejerciendo su profesión con el beneplácito de la sociedad: don Félix Gutiérrez
y el seño Juan Pablo Luna.
1 Para curar el paludismo estaba el Cholagogue indio de OSGOOD
(Famoso antipalúdico de fama mundial), el distribuidor de todos estos menjurjes
era la droguería Guayaquil, no sé si aún existe.