viernes, 20 de marzo de 2015

A GUISA DE CRÓNICA, ADVENIMIENTO DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA EN LA CIUDAD DE LEÓN. Noticia de hace 95 años.

A GUISA DE CRÓNICA, ADVENIMIENTO DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA EN LA CIUDAD DE LEÓN.

Noticias de hace 95 años.

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*La primera presa y sistema de generación hidroeléctrico de Nicaragua.

*De qué manera fue inaugurado el alumbrado público en la ciudad de León.

*Ingeniero don Fernando Larios, constructor de la obra.
*Inaugurado en Mayo de 1922

*El Parque Jerez iluminado

*Los mejores músicos de León en la Unión Musical Metropolitana brindaron concierto en la inauguración del alumbrado.
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De Eduardo Pérez-Valle h., Director-Editor del Blogspot:

Entre las postrimería del siglo XIX y las primeras dos décadas del XX., los leoneses deseaban mejorar y expandir el sistema de suministro de energía eléctrica público y domiciliar. Por veinte años, como suelen ser las cosas entre nicaragüenses y, en Nicaragua, el primer intento quedó en mucho deseo. Cuando por fin llegó la oportunidad, los bandos de empresarios locales, interesados en el lucrativo negocio, mantuvieron prolongados pleitos por obtener la concesión de instalar la planta eléctrica que vendería energía a la población del centro urbano de León. El Municipio se declaró incompetente para decidir y el enfrentamiento fue sometido a los tribunales de justicia; después de largo tiempo, fue trasladado a la Corte Suprema de Justicia en donde, como siempre, duró más de dos años más para resolver con sentencia definitiva. Estas crónicas facilitan la localización de nuestras lanzas en ristre en contra de los múltiples molinos de vientos. Divertida y trágica es, nuestra historia, la del presente que no podría existir sin la del pasado. El periodista leonés Juan Felipe Toruño que hizo de la República de El Salvador su Patria por adopción, donde falleció tras dejar un imperecedero legado de creación literaria; publicó en León la revista “Darío”, impresa en la Tipografía “El Eco Nacional”: En esas páginas encontramos el artículo liminar de esta “ventana” al pasado, que estamos seguros los leoneses que en edad ya van con boleto de salida, y los que apenas abordan e inician el tránsito de este siglo XXI., habían olvidado o seguro ni siquiera conocían en los mínimos detalles. Ahora, en el presente, nuestro país produce más de 1.000 Megas,  y por ser como somos, lo más controversial es, que perdemos un tercio de esa producción porque no se invierte en absoluto. Los negocios entre empresarios de la diversa generación eléctrica no han permitido que la producción de energía limpia a través de fuentes renovables incida en los costos de bienes alimentarios, y tampoco afecta de manera favorable el monto de la factura petrolera. Es innegable el aumento de la cobertura de energía eléctrica en zonas rurales, donde miles de hogares tienen el beneficio del servicio; pero eso no desdice la torpeza de las políticas públicas que deberían encaminar al país a la tecnificación, industrialización y el aumento de la producción de alimentos, por consiguiente, a más y mejores empleos, y también, mejoras en los salarios. Pues bien, la “ventana” que hemos abierto deja que lleguen a nuestros oídos las palabras del recordado Juan Felipe Toruño, como “sentencia perpetua” de nuestro destino de hace 95 años, renovados en el 2015 para este  y otros aspectos de nuestra vida cotidiana: “Vergüenza da decir que aquí no hayamos podido todavía cruzar por sobre toda dificultad para llevar a cabo la importante y necesaria obra de que carecemos. Y si así caminamos, sin dar muestras de avance, razón tienen para decir los de afuera que somos un país indolente y rezagado en pleno siglo XX; así nos sorprenderá el centenario de la independencia dormidos sobre nuestra ineptitud y verá que relativamente nada hemos adelantado desde aquella época, y  que vivimos reducidos a una eterna oscuridad”. Nos complace “revivir” y “reconstruir” la Historia leonesa. Todo esto es, una especie de espejo donde seguimos contemplándonos.

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SOBRE LUZ ELÉCTRICA. En: Darío. Revista quincenal de Literatura. León, Nic. 29 de Septiembre de 1920. Año I. No. 12.

Director: Juan F. Toruño.
Editada en la Tip. “El Eco Nacional”.

A pesar de los esfuerzos hechos por algunas personas al parecer emprendedoras, para dotar a León de una buena luz, nada se ha podido llevar a efecto por los estropiezos que de una manera u otra se presentan en el camino; estropiezos que serían vencidos, sino hubiera intrigas que obstaculizaran el paso al carro del progreso. Parece que todo se extiende en la vía de las especulaciones. Decimos así porque los contratistas, fijándose en intereses meramente personales, no (han) toman en cuenta la precaria necesidad de esa obra benéfica que redunda a favor de nuestra localidad.

Los sostenedores de uno de los contratos presentado al Municipio, han pedido recurso de amparo ante la Corte Suprema. ¿Qué espera la Corte para resolver ese asunto de vital importancia para esta Metrópoli? Suponemos que ya es tiempo de que se haya podido estudiar dicho contrato y dar su fallo en pro o en contra, no deteniendo así el ímpetu progresivo que dará más vida y esplendor a nuestra ciudad.

Esa misma Corte, porque creemos que de ella depende, debe ver claramente el estado lamentable en que está el alumbrado público, para que así mismo, guiada por la buena fe, resuelva lo que más convenga a los intereses de esta localidad, quitando de por medio intereses personales.

Ha transcurrido mucho tiempo, se han planteado y presentado proyectos, y sin embargo, nada se ha hecho efectivo. Parece que aquí por dondequiera flota un aire de indiferentismo a toda obra bienhechora; se trata de construir un parque que al par que recuerde la vida de alguno de nuestros hombres ilustres adorne nuestra ciudad, y todo se va en iniciativa. Se quiere erigir un mármol o un bronce para glorificar justamente el nombre de individualidades superiores que han honrado nuestra república y nuestra raza, y todo se reduce a proyectos, a un poco de ruido y nada más.

Hoy se trata nada menos, oídlo bien, de establecer una planta de luz eléctrica para iluminar una población que como la nuestra debiera de tener luz desde hace años, pero todo se ha ido en proyectos y en intrigas.

Jinotega, risueña ciudad Setentrional, tendrá en breve su buena luz eléctrica. Pero es que allí hay hombres que apartándose del camino de las especulaciones ponen su energía y su voluntad al frente de los obras buenas que conducen al adelanto de la ciudad en que viven.

Vergüenza da decir que aquí no hayamos podido todavía cruzar por sobre toda dificultad para llevar a cabo la importante y necesaria obra de que carecemos. Y si así caminamos, sin dar muestras de avance, razón tienen para decir los de afuera que somos un país indolente y rezagado en pleno siglo XX; así nos sorprenderá el centenario de la independencia dormidos sobre nuestra ineptitud y verá que relativamente nada hemos adelantado desde aquella época, y  que vivimos reducidos a una eterna oscuridad.

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En la ciudad de León

LA INAUGURACIÓN DE LA LUZ ELÉCTRICA. En: El Centroamericano. León, 23 de Mayo de 1922.

   Sencillamente, modestamente, parcamente, cual lo permiten las grandes erogaciones que ha tenido que hacer la Compañía de la Luz Eléctrica de León y el estado general de pobreza presente, el cual también afecta y con creces al actual Municipio, empeñado como el que más en dejar a la localidad una mejora de positivo progreso, se verificó la fiesta inaugural de la luz en esta ciudad, el domingo próximo pasado.

   Todo se redujo, puede decirse a dos números; pero en tan reducido programa hubo, sin duda, sobra de entusiasmo.

   El número primero fue el acto inaugural, llevado a efecto en el Kiosko del Parque Jerez. Después de una sesión conjunta del Honorable Ayuntamiento y la Directiva de la Compañía Eléctrica de León, celebrada por circunstancias especiales en la casa de habitación del Sr. Alcalde Navas, como a eso de las siete de la noche ambos Cuerpos pasaron al Kiosko en donde el propio Sr. Alcalde declaró inaugurado el nuevo servicio de luz. Acto continuo apareció la luz en toda la ciudad, y su redentora presencia fue saludada por un clamor general que surgía de todos los pechos, al cual hicieron coro un repique de campanas dado en todos los templos de la ciudad, los acordes de la Banda del Comercio y el estallar de grandes bombas y triquitraques quemados en profusión. Luego el Dr. Dn. Fernando Sánchez, Presidente de la Compañía, dejó oír su autorizada y meritoria palabra en un conceptuoso y justiciero discurso que llenó de emoción a todos los circunstantes. Con esto se cerró el acto inaugural. Después la Banda del Comercio continuó su concierto ordinario.

   A las ocho de la noche comenzó el gran concierto de gala, en el cual consistía el otro número del modesto programa, ejecutado en el Parque Jerez  por treinta y  seis distinguidos profesores, y con el cual se cerró con broche de oro el acto más trascendental que jamás haya visto la Metrópoli.

   Si el primer número fue solemne en su sencillez, el segundo no fue para menos. No se conocía, a la verdad, en ese momento nuestro más frecuentado centro de recreación. El kiosko albamente aderezado como para una recepción de novios, era algo así como un nidal de pájaros canoros cuyos arpegios descendiesen a saturar el ambiente jocundo de enloquecedores armonías; los focos eléctricos, esparcidos acá y allá por las veredas del parque, era cada uno como un planeta cuya luminosidad ofusca a través del objetivo de un reducido telescopio; los árboles mismos, sorprendido en su nocturno sopor, daban al conjunto el aspecto de una visión miliunanochesca. Y aun nos parece que Jerez, el gran visionario, sumido en su sueño de piedra sobre el blanco pedestal, ha de haber sonreído, como bajo el ala de un ensueño heroico, a aquella caricia de la luz material, que venía a hacer algo así como un paréntesis en la ya al parecer eterna noche en que yace su adorada Grande Patria. Todo, en fin, era luz, armonías y femínea belleza; y, por sobre todo esto, el más altivo entusiasmo haciendo revolotear, cual bando de rosas aladas, las mariposas de la Alegría.

    Una gran parte de la Unión Musical Metropolitana no quiso quedarse sin contribuir con su simpático contingente en el modesto festival, y al ofrecimiento espontáneo de ella se debió en máxima parte el gran concierto d esa noche. Verdad es que el Honorable Municipio dio a los señores Profesores una modesta retribución; pero conste que por lo exigua no pagaba el verdadero valor del trabajo, ni menos quitara el mérito de la noble espontaneidad con que se ofreció para el magno festejo el apreciable Cuerpo Musical. Los señores Profesores que tomaron parte en la ejecución, y para quienes el Honorable Ayuntamiento, como representante de la comunidad leonesa, guarda el más puro reconocimiento, son: don Macario Carrillo, que fue el que dirigió el concierto, don Luis Felipe Quintero, don Ismael Ramírez, don Salvador Montalván, don Nicasio Zelaya, don José A. Mayorga, don Fernando Luna, don Justo Amaya, don Ramón Castillo, don Salvador Martínez, don Hernán Fonseca, don Concepción Mercado, don Almanzor Rivera, don Jacinto Soto, don Ricardo Amaya, don Josías Sáenz, don Camilo Rosales, don Samuel Aráuz p., don Alejandro Parrilla, don Nicolás Páez, don Abraham Iglesias, don Manuel Cano, don Salvador Ruiz, don Julio Argüello S., don Leandro Delgado; don Edmundo Dávila, don Miguel Soto, don Tomás Portillo, don José Dávila, don Francisco Soto, don Ramón Rosales, don Pedro Darce, don Carlos Argeñal, don Samuel Aráuz h., y don Francisco Reyes.

   El concierto fue ejecutado con verdadera maestría, y no dejó nada que desear. ¡Ah! Las sublimes  armonías del Tannhäuser repercutieron soberbiamente por todos los ámbitos del Parque, así como las de otras producciones de no escaso mérito. Wagner, Fontenelle y Walteudfel, han de haber hecho flotar sus espíritus grandiosos sobre nuestras cabezas en la forma inexpresable de un lirismo soberano.

   Pero lo más atrayente fue el encanto jovial de nuestras hijas de Eva. ¡Oh, el eterno femenino! ¡Cómo seduce, cómo embriaga y enloquece con su belleza múltiple, donde la gracia menuda del contorno aúnase con la elegancia rítmica ondulada y majestuosa del movimiento! Aquí va una criatura compuesto el cuerpecito delicioso como una sonrisa, luciendo el pie breve con su andar de tímida torcaza; allá otra, que con risica argentina hace resaltar la láctea blancura dental en el subido escarlata de los labios; de los dos líquidos carbones de los ojos de aquella personita, donde se ahogan las almas de tantos adolescentes, irradian mirares que son incendios; ésta delgada, frágil, menudo, casi frívola, parece como que se hubiese espiritualizado en largos y callados acendramientos de amor…

El Concierto, prolongado de propósito; en vista del entusiasmo de la concurrencia, se terminó a eso de las once de la noche, sin que ni un momento decayese la jovialidad de todos los circunstantes.

Muy sinceramente felicitamos a quien corresponde por el éxito del festival, y ojalá este ambiente abrumador de pobreza en que yacemos, no sea, en lo de adelante, un obstáculo insuperable para las nobles expansiones…

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DISCURSO INAUGURAL DEL PRESIDENTE DE LA COMPAÑÍA ELÉCTRICA DE LEÓN, DR. FERNANDO SÁNCHEZ
Señores:

   Ante todo, permítaseme la honra de presentar en nombre de la Compañía Eléctrica y en el mío propio, un respetuoso saludo a la sociedad de León; a los representantes de la prensa que lleva sus palpitaciones hasta a los más apartados lugares de las cinco tolderías en que se tiene dividido lo que el patriotismo unió en 1821; y a todas las apreciables personas aquí congregadas para celebrar con nosotros el advenimiento de la luz eléctrica, en este viejo León, tan combatido, pero siempre vencedor en las lides de la inteligencia, de la democracia, del saber y del trabajo que dignifica y que hace a los pueblos como a los individuos, del todo independientes.

   Rara coincidencia: en el Gobierno presidido por el veterano y nacionalista incondicional  General dn. Ignacio Chávez, fui designado por el Ejecutivo para inaugurar en este mismo sitio, la estatua de Máximo Jerez, obsequiada por el distinguido estadista Marco Aurelio Soto. Jerez, fue máximo entre los máximos del Istmo Centroamericano. Y este acontecimiento que ahora celebramos con justo regocijo, es máximo entre las obras de progreso más grandiosas y trascendentales que ha alcanzado este pueblo para nosotros tan querido, quitándose en lo material, la media noche de Jerez, que nunca ha existido para el patriotismo de esta histórica ciudad.

         Sr. Alcalde de León:

   Cábeme el honor de entregar en nombre de la Compañía Eléctrica, el nuevo sistema de alumbrado que con su esplendorosa luz iluminará de hoy en adelante nuestras calles y plazas y nuestros hogares, utilizando las fuerzas naturales que por millares de años se han perdido ociosas, en espera de la mano inteligente que debía transformarlas a beneficio de la humanidad.

   Acometimos tan importante empresa en la época más álgida de la vida económica de los pueblos de la tierra; y aunque hubo dudas justificables, aun en la parte más sensata de esta ciudad, y se temía que el fracaso no se haría esperar, nosotros no desmayamos nunca, desafiando las dificultades, sin desalentarnos por reveses fortuitos y continuamos nuestro camino con paso firme, siguiendo imperturbables hasta coronar la aspiración general, que era también la nuestra.

   Para orgullo de León, debe recordarse siempre que no se ocurrió al capital extranjero, ni al nacional de otras secciones de la República; y fuera del material que aquí no se fabrica, todo ha sido de León y sólo de León.

   La construcción de la presa fue encomendada a un hijo de León, el experto ingeniero Dn. Fernando Larios, quien desde muchos años atrás ha venido interesándose por dotar de luz a esta ciudad; y la instalación de la maquinaria y de la red que a través de los hilos metálicos lleva la fuerza luminosa hasta los suburbios de la población, al ingeniero Dn. Juan Ignacio González que, con el resultado obtenido y que estáis palpando, tiene derecho a que se le considere como uno de los primeros electricistas con que cuenta nuestra ciudad.

   En fin, desde los técnicos hasta el último trabajador, todos son hijos de este pueblo. Podemos envanecernos de que todo es obra de nuestro propio esfuerzo.

   Respecto a la parte que no ha tocado en la realización de este gran progreso, a los Sres. dn. Salvador Reyes, dn. Mateo Castillo, dn. Julián Tercero, dn. Benjamín Gallo M., y a mí, diremos con entera verdad, que hemos puesto en ella no solamente nuestro capital, con miras de legítimo beneficio, sino también el anhelo de nuestro afecto para dar el alumbrado eléctrico a esta ciudad, donde tenemos nuestros hogares y donde deseamos dejar gratos recuerdos de buenos vecinos, como parte de la herencia que hemos de legar a nuestros hijos.

    Es a León, por medio del Jefe de su Honorable Ayuntamiento, a quien corresponde apreciar nuestra efectuada labor.
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PEQUEÑO RETRASO DE LA LUZ ELÉCTRICA


La pila receptora del agua que va a las turbinas para producir con la fuerza de su caída la luz eléctrica, resultó  con una pequeña rajadura, según nos lo afirmó el Presidente de la Compañía don Benjamín Gallo; pero ya se dictaron las órdenes para su inmediata reparación, que no tiene más importancia que el retrasar, por unos días, la inauguración de ese servicio público de que está pendiente la ciudad.  15 de Septiembre de 1922. 

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