viernes, 27 de noviembre de 2020

ARGOT DEL PRESIDIO: LOS PRESOS DE "LA 21". Impresiones captadas por el Dr. Rodolfo Abaúnza Salinas, durante una carceleada.

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ARGOT DEL PRESIDIO. Por: Dr. Rodolfo Abaúnza Salinas. En: El Centroamericano, 11 de Octubre de 1967.

Los presos de “La 21” hablan una jerga carcelaria que deja lelo al más pintado.

Compañero ya va “cubierto” le dicen al que sale versado en la extraña jerigonza del presidio.

Impresiones captadas por el Dr. Rodolfo Abaúnza Salinas, Director de “El Centroamericano” durante una carceleada.

         Muchas, pero muchas cosas hay que contar sobre la vida que llevan en la cárcel de “LA 21” los presos que allí se hallan recluidos por “ANTECEDENTES” y delitos comunes, si es que se le puede llamar vida a esa situación desgraciada y deprimente porque pasan esos seres humanos en pugna con la justicia, sin la menor oportunidad de readaptación al medio social.

         A nuestro centro penal, son remitidos la mayor parte de los reos rematados por delitos comunes y también aquellos a quienes la Comandancia General considera incorregibles, por faltas de policía, quienes se autodenominan con el nombre de presos “por antecedentes” que a ellos les suena mejor.

    De manera que en el presidio local se encuentran bien diferenciadas las categorías de “Jueces” y de “Antecedente” distinción que se establece aun en los encuentros de base ball que sostienen los dos bandos en el pequeño patio que constituye su mundo.

        Los 150  y pico de presos que son mantenidos permanentemente en “La 21”, cárcel que lleva por nombre dicho número por haber sido construida en el año 1921, por la Administración Conservadora de don Diego Manuel Chamorro, son en un porcentaje muy crecido gente joven, perfectamente hábil para el trabajo.

        Sin embargo allí no se realiza labor de ninguna clase que no sólo mantenga ocupada la mente inquieta de los presidiarios, sino que pueda proporcionarles algunos medios económicos para mejorar un poco su situación personal, especialmente cuando algún día obtienen puerta libre.

         En esa situación que deben considerar bien las autoridades, los presos llevan una vida de completa holgazanería y muchos de ellos hasta quizá están contentos de tener asegurados los tres tiempos, sea como fueren.

         Los que abrigan ansias de salir no dejan de demostrar inquietud cuando se les llega el momento de volver a la vida ciudadana.

        Algunos de ellos expresan que la operación de “pisa y corre” que realizan muchas veces las autoridades al capturarlos con gran prontitud a poco de andar sueltos, obedece al hecho de que al salir del penal no llevan ni un solo centavo en la bolsa y habituados como están a ser mantenidos, tienen que delinquir nuevamente ante el espectro del hambre, las necesidades y la imposibilidad de encontrar pronto trabajo, siendo portadores de una cabeza rapada.

         El problema de los presos por “antecedentes” constituye un verdadero problemón, porque las autoridades casi están convencidas de que quienes figuran en sus archivos como “ERRES ERRES”, cuentan ya con un numero crecido de tarjetas que es mejor descartar la posibilidad de corrección.

         Ahora que se está anunciando la construcción de una Cárcel Modelo, este tema se hace merecedor a un reportaje aparte, donde se contemple con mayor amplitud y detalles lo mucho que se tenderá que hacer en esa nueva institución presidiaria sobre bases y prácticas más modernas a tono con las nuevas corrientes de la Criminología.

     Por ahora queremos tratar de dar una idea de la situación verdaderamente confusa en que se encuentra cualquier hijo de vecino honrado, cuando por circunstancias especialmente políticas, tiene que trasponer la pesada reja de hierro que conduce al segundo patio del penal de “La 21”.

        El que, como el que escribe, pasó a ser huésped de la abigarrada cárcel local en horas de una madrugada, encontró allí un ambiente  de absoluta quietud. Era que los presos estaban durmiendo a pierna suelta en sus tabancos de dos pisos, encerrados en siete celdas con fuertes candados.

     Uno que otro “piche” tiene el privilegio de dormir en los corredores por ser prisionero de confianza y nunca faltan los que han llegado allí con una enorme “papalina” y todavía dan muestras de su machismo aguardentoso, que en la mañana se les convertirá en profunda depresión.

         Pero la hora impresionante para los nuevos clientes de “La 21”, llega a las seis de la mañana, en que el Cabo de Guardia procede a abrir las celdas  y sacer al patio a toda aquella tropa de individuos, la mayoría de ellos en paños menores o en taparrabos estilo “Bikini”.

      Al más hombre se le crispan momentáneamente los nervios, cuando se produce aquel tropel de seres famélicos, ropas sucias y caras de pocos amigos, que salen directamente en dirección al lugar en que se enjuagan la cara y  otros sitios que es de imprescindible necesidad para ahuyentar el mal olor.

         Afortunadamente esa impresión desagradable no tarda mucho en pasar, cuando personas amigas o conocidas se dan a reconocer,  o bien se acercan para pedir cigarrillos o algunos centavos, al novato intranquilo, que poco a poco se va serenando y se da cuenta de que no es tan fiero el León como lo pintan.

         Empero, la adaptación de los primeros días al ambiente de la cárcel es un asunto muy peliagudo.  

    Cuando el neófito en aquel recinto, quiere terciar en la conversación de dos o más presos veteranos, se encuentra con que no entiende ni jota de los asuntos de que tratan. Los presos hablan una jerigonza que sólo ellos entienden y se ríen a carcajadas del “maje” que arruga el ceño tratando de descifrar aquella jerga tan difícil.

       Es necesario haber entrado en buena amistad con los presos veteranos para que éstos vayan imponiendo al nuevo compañero de infortunio del léxico que se usa en la prisión como medio eficaz para no ser entendidos por los custodios.

      Con la paciencia de que uno tiene que revestirse en las carceleadas políticas, desafortunadamente todavía están a la orden del día en nuestra desventurada patria y con la sociabilidad que caracteriza al hombre aun en las situaciones más despreciables y deprimentes, poco a poco se va haciendo la pasantía en el difícil curso de aprender a hablar como los demás compañeros de presidio, que al fin y al cabo se apiadan de la confusión del nuevo compañero y acaban por tomarse la cristiana tarea de enseñar al que no sabe.

    He aquí el Cursillo que el periodista de EL CENTROAMERICANO que escribe estas columnas tuvo que aprender en “La 21” y cuyo vocabulario han incorporado en la mochila de la experiencia de la vida, en el cual de todo es útil saber un poco:

jura: Guardia

está pexibe: está viendo

Callate que el jura está pexibe: cállate que el Guardia está viendo.

coteá: mira

gil: campesino

Coteá que chiba está el gil: mirá que malicioso está el campesino.

caballo: calzón.

potrillo: calzoncillo

cruz: camisa

tejo: sombrero

teja: gorra

rienda: sedaru.

soguilla: cadena

cachos: rieles

zapatos: muñecos

calcetines: ojo

güacho: reloj

anillo: Aniceto, anisayo;

seroni: cartera

barco: comida regalada

chupeta: comida corriente del penal (gallo pinto)

cincha: faja.

gotera: goma de borrachera

mota: borrachera de marihuana.

traficantes de drogas: médicos

canela fina de buena calidad.

Vamos a trancar: vamos a fumar marihuana

Vamos a forma el Carnaval: vamos a parrandear.

Siento una gotera: estoy de goma.

Tengo un gran dolor de pipa: tengo dolor de cabeza.

fraguas: soplones, infidentes.

jiras, cabras: mujeres

fay: vamos;

chola: casa

Que hermosa chola: que hermosa casa.

señor altar: buen establecimiento.

buenas orcas: buenos anteojos.

cilindro: revólver.

cirrador: automóvil

tope: comprador de cosas robadas.

muardi: puerta

ceponi: camino

ceposi: bolsa

lisa: pañuelo.

setidemacre: Cabo de presos.

el Juan: el Gurdia

la tigra: la Investigación

viene la tigra, la Investigación.

la blanca, viene la Investigación.

me gatié: me sorprendieron infraganti.

se desvía: le gusta lo ajeno.

epofi: amigo.

preso por antecedentes , uno que fue ladrón y que cae por sospechas; etc., etc. La Graduación o Promoción de este Cursillo sobre el Argot de la prisión tiene lugar cuando los Profesores expresan: “EPOFI, USTED YA SALE CUBIERTO”, o sea: Amigo Usted ya aprendió el Argot del penal.

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