domingo, 27 de diciembre de 2020

TRES FILÁNTROPOS DE OCCIDENTE QUE HAN HECHO POSIBLE OBRAS DE POSITIVO BIENESTAR SOCIAL PARA EL PUEBLO. 7 Octubre, 1967.

 

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En: El Centroamericano, 7 de Octubre de 1967.

Don José Mántica Calvi

Don Manuel Ignacio Lacayo Terán

Don Enrique Mántica Berio

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         La familia Mántica Berio escogió la ciudad de Chinandega, donde se inició en su movimiento ascensional hacia la posición cimera que hoy ocupa en el ambiente económico y social de Nicaragua, para perennizar la memoria de sus progenitores don José Mantica Calvi y doña Catarina Berio de Mántica, con una hermosa obra social erigida en favor de toda la juventud femenina chinandegana.

         El 25 de Septiembre de 1965 llegaron las cuatro primeras Mercedarias Misioneras de Bérriz pertenecientes a la congregación en cuyas manos los hermanos Mántica pondrían la marcha del “Centro Educacional Mántica Berio”. Y el 29 de Mayo de 1966 se inauguraba el primer pabellón de alumnas y una escuela de hogar por la tarde con 60 muchachas que deseaban aprender costura, corte y confección y cultura general.

Don José Mántica Calvi

         El curso 1967-68, se abrió con ochos religiosas, tres profesoras seglares y ciento setenticinco alumnas distribuidas en cuatro grados de primaria y los dos primeros años de secundaria.

         La Escuela de Hogar, también en marcha este curso, además de las asignaturas y enseñanzas citadas anteriormente, quiere ampliar su  extensión con clases de cocina, puericultura y cursillos prematrimoniales.

         Las religiosas, todas ellas españolas y con su título de especialización, atienden además del colegio, la supervisión de varias escuelas rurales privadas y la formación catequística de mayores y niños. También en su radio de acción entra la actividad de un dispensario y asistencia médica a los necesitados.

         Esta obra, en la que ya se han invertido varios millones de córdobas, y que tiene en proyecto varios pabellones que en su amplitud sirvan de escenario para la formación intelectual, social y religiosa de la juventud de Chinandega, será el exponente de la generosidad y nobleza de una familia ejemplar.

         El acaudalado industrial y visionario hombre de negocios Ing. don Manuel Ignacio Lacayo Terán, hijo de esta ciudad, es otro de los que se han preocupado   por compartir su riqueza con los pobres, haciendo posible la realización de obras de verdadero beneficio en nuestra comunidad.

Ing. Manuel Ignacio Lacayo Terán

         En 19656 donó una suma considerable a las “Luisas de Marillac”, institución que colabora en obras sociales con las hermanitas de San Vicente Paúl en esta ciudad.

         Con ese donativo se construyó un moderno dispensario anexo al convento de la Recolección, el cual con el nombre de “Dispensario San Vicente de Paúl” y con la colaboración de la Beneficencia y la ayuda monetaria de gentes caritativas, comenzó a funcionar en 1967, prestando servicios médicos a millares de enfermos necesitados.

         Sabiendo el Sr. Lacayo que la pobreza es tal en nuestro medio, que niños que tal vez habían sido atendidos en el dispensario iban a morir a sus casas por falta de hospitalización, en el año 1965 dio otra cantidad de dinero para ampliar sus hermosa obra, construyéndose una clínica infantil con treinta camas, en l que se les salva la vida a innumerables infantes.

         Hoy el dispensario San Vicente de Paúl cuenta con los servicios de cuatro médicos para adultos, tres pediatras y varias enfermeras, funcionando maravillosamente bajo la atinada dirección de las Hermanitas de la Caridad.

         Otra donación del filántropo Lacayo para nuestra ciudad es el “Sanatorio Rosario Lacayo”, que se inauguró en 1959 con 56 camas para enfermos atacados de la “Peste Blanca”. Este hermosos edificio equipado con todo lo necesario para su buen funcionamiento, fue construido en terrenos aledaños al Hospital San Vicente y fue ampliado en 1963 con dos pabellones para niños, pudiendo a veces atender a padres e hijos que han tenido la desgracia de contraer la temida enfermedad.

         Ahí acuden pacientes de todas partes de la República, y con la ayuda de la Asistencia Social y el óbolo de personas generosas, ya llegan a miles, enfermos que han salido completamente curados de su seno, en los ocho años que tiene de prestar servicios.

         A don Enrique Mántica Berio, figura preponderante en el comercio y la agricultura de Occidente, lo sorprendió trágicamente la muerte en el año 1962, cuando estaba en pláticas con personeros de la Universidad Nacional para llevar a cabo una obra que beneficiaría a la Comunidad Leonesa.

         Para la familia Mántica, de suyo filantrópica, bien compenetrada de la intención que animaba a don Enrique, habría de traducir más tarde en una hermosa realidad, lo que un día tuviera en mente el generoso filántropo desaparecido.

Don Enrique Mántica Berio

         Y a principios de 1963, los albaceas de la testamentaria de don Enrique Mántica, encabezada por don Felipe y don Francisco, comunicaron su decisión de llevar a cabo la construcción de un edificio que sirviera de sede al Departamento de Medicina Preventiva de la Escuela de Medicina.

         En terrenos del hospital San Vicente de esta ciudad se comenzó inmediatamente a construir un edificio funcional que sería a la vez Centro de Salud, Consultorio Externo y Centro Docente, el cual entregado por la familia Mántica en Febrero de 1964, y con el nombre de “Centro de Salud Enrique Mántica Berio”, comenzó a funcionar en Mayo del mismo año.

         La creación del Centro Mántica Berio en León, marca una nueva tetapa en materia de asistencia social, pues por su privilegiada ubicación en el Hospital San Vicente en donde funcionaba la Escuela de Medicina, integra en su funcionamiento actividades de tipo preventivo y curativo, con hospitalización de los casos que así lo ameriten, por las facilidades que el Hospital presta. Pera el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, hace uso de lo que la Escuela de Medicina y el Hospital le brindan a través de sus Departamentos de Fisiología, Patología, Laboratorio, Rayos X, etc.

         El Centro Mántica atiende, en forma preferencial y con sus programas integrados, a una extensa zon a que comprende los barrios Ermita de Dolores, San Luis, San Felipe Este y Coyolar Norte, con una población aproximada de 10.000 habitantes, y visitadores, Inspectores Sanitarios, Laboratoristas y Educadora de Salud, atendiendo los programas cuyas normas emanan del Ministerio de Salubridad.

         Los programas docente de la Escuela de Medicina se llevan a cabo con loa participación de los alumnos en las actividades del Centro, las que se proyectan a la comunidad a través de visitas periódicas a familias, cuyo cuidado en materia de salud, se confía a estudiantes de la escuela en referencia.

         La integración de todos estos programas sitúa al Centro Mántica en la posición del mejor Centro de Salud del país, sin duda alguna, pues es el primer Centro de esa naturaleza que responde a las exigencias actuales de proporcionar asistencia en todos los aspectos, ya que aunando las actividades del Ministerio de Salubridad, de la Universidad Nacional y de la Asistencia Social, se obtiene como resultado un servicio de alto nivel para los innúmeros problemas de salud que a diario se presentan.

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