jueves, 6 de abril de 2023

GUARDIAS NACIONALES MUERTOS EN COMBATE CONTRA EL EDSNN - 1927 - 1933



Guardias Nacionales en Rivas, 1928

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Del Director del Blogspot: 

   Historias llevadas a los libros pueden situar información hacia los márgenes o en el interior de lo acontecido. En los episodios, bajo datos compilados o recopilados, existen engranajes que develan, explican, despejan y, por supuesto, siempre habrá datos pendientes o vacíos en asuntos sustanciales a la espera de tinta indeleble para completar historias inconclusas que a veces exigen hincar los codos, aunque en esos propósitos, al recurrir a diferentes fuentes, siempre estemos advertidos por la frase del poeta Manolo Cuadra: “La Historia es prostituta y la Crónica proxeneta”.

    Durante la guerra librada por el Cuerpo de Marinos de Estados Unidos de América y la Guardia Nacional de Nicaragua en contra del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, ocurrida entre 1927 y 1933, la mayor parte de la información relativa a las muertes en ambos bandos siempre ha sido estadística. De eso pude estar claro a través de relevantes libros escritos por importantes autores; en los postulados de esas investigaciones las cuantificaciones no conducen a los nombres propios de la mayor parte de personas fallecidas. Así puede constatarse en los libros publicados pocos años después del 34 y las décadas sucesivas, entre esos autores: Clyde Metcalf; el registro del Unites States Marine Corps; José Román, Gregorio Gilbert, Salomón de la Selva, Volker Wünderich, Enrique Camacho Navarro, Chuno Blandón, Sergio Ramírez, Ramón Belausteguigoitia, Guillermo E. Cuadra G. Michelle Dospital, Armando Amador, el libro propiciado por Anastasio Somoza García, y otros. Tampoco Gregorio Selser, en el recuento histórico sobre Nicaragua, desde 1909 hasta 1934, brinda nombres específicos y grados militares de los guardias nacionales muertos en combate. Esa información siempre estuvo circunscrita a los mandos militares de cada bando.

    La Revista Conservadora dedicó un número vinculante, a saber: “Reseña de la Organización y Operaciones de la Guardia Nacional de Nicaragua Bajo la Dirección de la Comandancia General del Cuerpo de Marinos de Estados Unidos de América”, en la penúltima página, 173, se localizan cifras atribuidas a esa guerra en contra de la intervención norteamericana librada por el EDSN bajo la conducción del General Augusto C. Sandino, a saber: 510 Encuentros; 75 Guardias muertos; 122 Guardias heridos; 1,115 Rebeldes muertos; 526 Rebeldes heridos…

   Abundaron las voces sobre ese asunto de los fallecidos, pero nadie compensaba el faltante de nombres propios y otros datos relativos entre los contendientes, hasta que, en nuestra búsqueda localizamos una edición del periódico Novedades, que circuló el 22 de Enero de 1979. La lista está contenida en la carta pública que el Teniente de (Inf.) G. N. Retirado, Guillermo Conrado Somarriba le dirigió al Embajador Norteamericano Willian G. Bowdler.

   En la imperiosa labor de afirmación, espero que esta entrega contribuya a llenar otro vacío, porque la mayoría de las guerras, bajas y muertes en combates por lo general cuentan como datos estadísticos. Confío en que se pueda elaborar una lista de muchos de los 1,115 fallecidos, colaboradores y miembros del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional que encabezó el héroe nacional.

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PLN y Guardia Nacional han sido baluartes de libertad y trabajo. Por: Guillermo Conrado Somarriba. En Novedades. Lunes 22 de Enero de 1979.

Guillermo Conrado Somarriba oficial retirado de la G.N., envió una carta a Mr. Bowdler haciéndole ver que no es experto en leyes, sino un soldado que no acepta intervenciones, un enamorado de la paz y la dignidad nacional que el ejército ha mantenido con sangre a lo largo de su historia.

Managua, D.N., 3 de Enero de 1979.

Excmo. Sr. Embajador,
Mr. William G. Bowdler,
Miembros de la Misión Mediadora de Buena Voluntad.
Presente.

Excmo. Sr. Embajador:

El objeto de cursarle la presente, es de presentarle por sus nombres de muchos nicaragüenses, Guardias Nacionales, que murieron en aquellos años de 1927 a 1932, en los Departamento del Norte. No es completa por la pérdida de documentos en el terremoto de 1972, pero sí, es completo y fecundo el fruto que produjo aquella terrible hecatombe, la que sólo muerte, pobrezas, vergüenzas y humillaciones sufrimos; humillaciones como esta: Por consecuencia de la muerte de los ocho marinos USMC, el 3 de Diciembre de 1930, en el valle de Achuapa, conocido como el RAPADOR, en Nueva Segovia. El 5 de Febrero de 1931, se reúnen en WASHINGTON Mr. Hanna, con los Generales McCoy, McDougal y Williams con el Secretario de Estado Mr. STIMSON. Convienen en plan preventivo del retiro de las fuerzas norteamericanas de Nicaragua, el primero de Junio de 1931, donde dejarían solamente un Batallón de Instructores y la fuerza aérea. En respuesta el Mayor General Comandante de los Marinos USMC, Mayor General BEN H. FULLER USMC, se pronunció: “NO CONVIENE RETIRAR A TODOS LOS MARINOS DEJANDO A LOS OFICIALES USME A CARGO DE ESOS INDIOS, PODÍAN AMOTINARSE Y ECHAR A LOS OFICIALES. ADEMÁS, SE LLEVA UN BUEN TIEMPO DE HACER UN BUEN SOLDADO DE UN CUALQUIERA, Y MÁS SI SE TRATA DE NICARAGÜENSES”. Esta ofensa repercutió en el último rincón de nuestro territorio y parece que hasta en América Latina. La prensa nacional, a la cabeza el periodista JUAN RAMÓN AVILÉ, Director del Diario LA NOTICIA, combatieron aquella injuria grosera. Meses después, en Junio, en Bluefields, leí un ardiente editorial en el Diario de la Marina de La Habana, Cuba, refutando tales conceptos.

Mr. Bowdler: corría el mes de junio de 1929, yo era componente del personal de la Oficina del Oficial Ayudante GN-1, en el Estado Mayor G.N. En esa época la prensa nacional opositora atacaba duramente a los Estados Unidos, por la ocupación armada, EL DIARIO LA TRIBUNA, por varios días estuvo publicando un fragmento del discurso de despedida de su primer gran Presidente George Washington, el que en parte decía: “Contra los engaños insidiosos de la influencia extranjera, os conjuro a que me creáis ciudadanos, el centinela de un pueblo libre debe estar siempre despierto”. Dos años después, en el mes de agosto de 1931, en el Semanario LA VOZ DEL ATLÁNTICO, editado en Bluefields, por don Heberto Salter, leí nuevamente este mismo gran pensamiento de libertad y prevención.

Mr. Bowdler: No es mi intención prejuzgar los contenidos del actual convenio planteado en el diálogo amistoso; no soy un experto en leyes, sino un exsoldado plasmado en el marco de una disciplina, con brillos de razón, justicia y la VERDAD, de consumo con el sentido común; las que me fueron inculcadas por altos oficiales USMC, a los que algunos los recuerdo con fervor. Normas que hasta hoy las he seguido sin infringirlas.

Mr. Bowdler: ¿No puede dársele un giro más flexible al diálogo amistoso, sin que entre en conflicto nuestra CONSTITUCIÓN?

Soy el mismo que el 16 del mes pasado, le escribió, sobre el tema de la presente. Favor excusarme por tomarle un poco de su tan ocupado tiempo, pero conociendo la acuciosidad, el alto grado de justicia, de equidad y de espíritu reflexivo, tan proverbial en Ustedes los norteamericanos, virtudes que quedaron grabadas en mi memoria, por los tantos años que trabajé muy de cerca a las órdenes de los altos Oficiales del Cuerpo de Marinos Estadounidenses, es que me atrevo a escribirle nuevamente, abrigando la esperanza de que Ud., valorizará la importancia, de esta nueva reseña, basada siempre en mis recuerdos de soldado activo de la Guardia Nacional de Nicaragua.

El espíritu de división que separa a un país en dos cuerpos opuestos que se odian, es tan terrible y destructivo como si se tratara de Naciones en plan de beligerancia. Las consecuencias de discordias son tan ruinosas como las ventajas que puede obtener el enemigo común. Todos estos perjuicios son males que germinan en la conciencia de todos los hombres, porque trastocan las ideas, las virtudes y destruyen aún el sentido común.

Es por eso que cuando reinan con fuerza en el espíritu de los partidos, las pasiones explosivas, sin oírse la civilizadora y patriótica palabra de un diálogo conciliador, que surgen tremendas hecatombes. La historia política universal está llena de estos actos, sólo dolor y sangre traen.

Tanto su país como el mío tiene ejemplos de la intransigencia política produce males nacionales. La intransigencia, el odio, la pasión, la venganza, la lucha por obtener el poder, sin fijarse en sí se tiene o no derecho a él, son entre otras las que más engendran las terribles guerras fratricidas y es mayor el mal que se causa, si para conseguir lo que se desea no se escrupuliza en acudir a la mentira, a la propaganda falsa, a la calumnia, al embuste, al chantaje, al crimen en constante acecho y a la injusticia y al terrorismo. El uso de las desbocadas pasiones políticas, producen un extraño fruto, donde se ahoga la semilla de la reflexión, la compasión, la comprensión, la bondad y el espíritu de entendimiento humano.

PRIMER ÉPOCA

Todo lo que despierta en mí, son recuerdos de ese ayer, que, comparándolo con los agitados acontecimientos actuales de nuestros días, son ÉMULOS de dos ÉPOCAS vividas por mí, con los mismos caracteres violentos, con los más abominables desastres. Con la confianza de su espíritu sereno, que ha de contribuir saludablemente a que sus benéficos oficios de mediador sean fructíferos, para que las partes en disputa lleguen a un feliz entendimiento; con razonable y justa reconciliación. Para que la familia nicaragüense vuelva al concierto de la fraternidad nacional. Por el momento hago un paro en el camino, para recordar la memoria de todos aquellos valientes que han ofrendado sus vidas en las montañas segovianas. Quienes hombro con hombro pasaron iguales penalidades con sus conciudadanos y Jefes Norteamericanos. Todas aquellas montañas las que hoy son cementerios olvidados de valientes, donde yacen sus restos, a quienes nunca les han ido a poner una flor, o una cruz; menos que un CURA se acerque a ofrecerles una oración.

Mr. Bowdler: Yo nunca he sido político, fui un militar sumido en el anonimato, por las circunstancias de la vida nacional. Pero conozco los negros quebrantos y duros fracasos, producto de los desquiciamientos que ha sufrido nuestra querida Patria. Lo que sólo nos ha traído muertes, con dolores, llantos y copiosas lágrimas. Mr. Bowdler: Como un aficionado a recopilar datos, me permito darle a conocer en un ligero recuento sobre los nicaragüenses Guardias Nacionales, que murieron combatiendo en la contienda, desde el 16 de Julio de 1927, en Ocotal, Nueva Segovia, hasta el 29 de Diciembre de 1932, en LA TRONCA, Matagalpa. Hago esta exposición, porque en mi anterior del 16 de Nov. ppdo., sólo me limité a sus conciudadanos. Hoy me refiero a los míos. Hoy que los recuerdo, me hacen brotar lágrimas, pero con orgullo en reconocer que fueron valientes en la vida y hasta en los últimos instantes de sus muertes.

MUERTOS AÑO DE 1927

Meléndez, Porfirio. No. 101. Sgto Primero, Montañas de Zapotillal, N. Segovia.

Gutiérrez, Francisco. No. 6. Raso. Montañas del Zapotillal. Nueva Segovia.

Benavides, Juan. No. 35. Montañas del Zapotillal. Nueva Segovia.

Bustos, Luis. No. 122. Raso, Montañas del Zapotillal. Nueva Segovia.

Lechado, Guillermo. No. 277. Raso. Montañas de Jicarito, Nueva Segovia.

Moraga, Eliseo. No. 392. Raso. Montañas de Jicarito, Nueva Segovia.

Fonseca, Marco Antonio. No. 39. Raso. Montañas de San Pedro. N. Segovia.

Hernández, Enrique. No. 356. Cabo. Montañas de Trincheras, N. Segovia. (8)


MUERTOS AÑO DE 1928

Echaverri, Manuel E. No. 171. Cabo. Somotillo, Chinandega.

Centeno, Miguel. No. 10. Raso. Somotillo. Chinandega.

Mendoza, Luis. No 17. Raso. Somotillo, Chinandega.

(11)


MUERTOS AÑO DE 1929


Urbina P., Marcos. No. 15. Raso. Montañas de Guanacastillo. N. Segovia.

Buitrago, Rosembarg. No. 231. Cabo. Montañas Guanacastillo. No. Segovia.

Madriz G., José. No. 93. Sgto. Quezalguaque, León.

Palacios, Francisco N., No. 15. Raso. Montañas La Colonia, Jinotega.

Martínez, Pascual. No 2144. Raso. Montañas La Colonia, Jinotega.

Osorio, Miguel. No. 2552. Raso. Montañas La Colonia, Jinotega.

González, Isidro. No. --- Raso, Montañas La Colonia, Jinotega.

(18)


MUERTOS AÑO DE 1930

Rocha, Eliseo. No. 1784. Raso. Montañas Las Cruces. Nueva Segovia.

Macías, Mercedes. No. 2532. Raso. Montañas El Guapinol, Jinotega.

Barahona, Enrique. No. 2849. Raso. Montañas Los Cedros, Jinotega.

Malespín, E. No. 3124. Raso. Montañas Buena Vista, Jinotega.

García, Gregorio. No. 1459. Raso. Montañas de Yalí, Jinotega.

Muñoz, Máximo. No. 3333. Raso. Montañas El Varillal, Nueva Segovia.

Muñoz, Secundino. No. 3334. Montañas El Varillal, Nueva Segovia.

Sandoval, Gabriel. No. 1281. Raso. Montañas El Varillal, Nueva Segovia.

Solórzano, Antonio. No. 2966. Raso. Montañas El Varillal, Nueva Segovia.

Rocha, Isidro. No. 2044. Raso. Montañas El Ojochal, N. Segovia.

Benavides, Eusebio. No. 8025. Raso. Montañas Los Cedros. N. Segovia.

González, Braulio. No. 3702. Raso. Montañas La Vencedora. Jinotega.

Palacios, Matilde. No. 2294. Raso. Pueblo Nuevo, Estelí.

Zapata, Nieves. No. 1362. Cabo. Montañas Las Cuchillas, Jinotega.

Gutiérrez, Víctor M. No. 128. Cabo. Montañas El Portal, Nueva Segovia.

Díaz, Nicolás. No. 602. Raso. Telica, León.

Huerta, Luis. No. 221. Sgto. Primero. Telica, León.

Mendoza, Adán. No. 3875. Raso. Montañas, La Vencedora, Nueva Segovia.

Morales, Simón. No. ---. Cabo. Jícaro. Nueva Segovia.

Palacios, Lázaro. No. 669. Raso. Yalí, Jinotega.

(38)


MUERTOS AÑO DE 1931

Izaguirre, Isabel. No. 749. Raso. Montaña, La Patasta, Nueva Segovia.

Centeno, Simón. No. 2462. Raso. Montaña, Alta Gracia, Nueva Segovia.

Talavera, Santiago. No. 4100. Raso. Montaña, El Embocadero, Jinotega.

Usa, Olivas. No. 2430. Raso. Ciudad Rama, Bluefields.

Díaz, Francisco. No. 2561. Raso. Montañas Coyutigne, Pto. Cabezas.

Merlo, Pedro A. No. 358. Raso. Santa Rosa del Peñón, León.

Padilla, Francisco. No. 3758. Raso. Santa Rosa del Peñón, León.

Rivera, Gonzalo. Raso. San Isidro, Matagalpa.

Ruiz, Ernesto. Raso. San Isidro, Matagalpa.

Espinoza, Francisco. No. 57. Sgto. Primero. Telica, León.

Blanco, Teófilo. No. 1375. Sgto. Primero. Macuelizo, Nueva Segovia.

Rostrán, Andrés. No. 672. Cabo. Macuelizo, Nueva Segovia.

Sequeira C., Octavio. No. 1576. Raso. Academia Militar G.N. Managua.

González C., Natividad. No. 4606. Raso. Santa Rosa del Peñón, León.

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MUERTOS AÑO DE 1932

Hernández, Mariano. No. 3599. Raso. Montañas El Sarayal, Jinotega.

González, Emilio. No. 4511. Raso. Montañas El Sarayal, Jinotega.

Morales, Mercedes. No. 4503. Raso. Montañas Los Ángeles, Jinotega.

Hernández, Ignacio. No. 4020. Raso. Montañas El Caracol, León.

Vanegas, Leocadio. No. 3531. Raso. Montañas El Coyolito, Chinandega.

Rivera, Antonio R. Cabo. Montañas Las Puertas, Nueva Segovia.

Campos, José. No. 3699. Raso. Montañas Las Puertas, Nueva Segovia.

Ruiz, Concepción. No. 4131. Raso. Montañas Las Puertas, Nueva Segovia.

Melgara, Materry. No. 4132. Raso. Montañas Las Puertas, Nueva Segovia.

López, Rómulo. No. 2816. Raso. Montañas Las Puertas, Nueva Segovia.

Palacios, Laborío. No. 4268. Raso. Montañas Las Puertas, N. Segovia.

Coronado, Juan. No. 1888. Sgto. El Viejo, Chinandega.

Omier, Leoinstine. No. 4764. Raso. Llanos de Bacaro, Pto. Cabezas.

Martínez, Humberto. No. 4115. Raso. Montañas La Pavona, Jinotega.

Zamora, Benito. No. 4278. Raso. Montañas El Portillo, Jinotega.

Oquel, Fernando. No. 3116. Raso. Montañas El Naranjo, N. Segovia.

Nicaragua, Alberto. No. 1224. Raso. Montañas Lindo Lugar, Jinotega.

Bolaños, Miguel. No. 1446. Sgto. Montañas La Pelona, Chinandega.

Castillo, Isidro. No. 1902. Cabo. Montañas La Pelona, Chinandega.

Plata, Carlos. No. 4493. Raso. Montañas La Pelona, Chinandega.

Castellón, Hildebrando. No. 2255. Cabo. Montañas La Pelona, Chinandega.

Contreras H., Serapio. No. 79. Raso. Montañas La Pelona, Chinandega.

Herrera, Mateo. Auxiliar. Montañas El Porvenir, Jinotega.

Flores, Pedro. No. 879. Sgto. Montaña Punta de Rieles, León.

Blandón, Daniel. No. 3113. Raso. Punta de Rieles, León.

García, Pedro. No. 2127. Raso. Punta de Rieles, León.

Ibarra, Tomás. No. No. 2823. Cabo. Montañas La Tronca, Matagalpa.

Macías, Vicente. No. 3532. Raso. Montañas La Tronca, Matagalpa.

González, Serapio. No. 5132. Raso. Montañas La Tronca, Matagalpa.

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SEGUNDA ÉPOCA

ESTA ÉPOCA, comprende del primero de Enero de 1933, hasta nuestros días. Por razones muy personales, hube que descontinuar mi DIARIO, quien fue mi fiel compañero. Desde aquellos años, sólo me he limitado a observar tantos acontecimientos tan llenos de episodios, difíciles de controlarlos con la memoria. Pero los de mayor preponderancia los llevará siempre, que son y serán los 40 y más años de PAZ BENDITA, con un progreso sin precedente, y más que todo la unidad que hubo entre el pueblo y el ejército, por desgracia hoy algo quebrantada.

De los acontecimientos militares actuales, no conozco las bajas por MUERTES en acciones, ni de sus nombres y cantidad, por haberme retirado del servicio activo hace más de 20 años; de lo que ya ni de las estructuras interiores de los cuarteles recuerdo. DECLARO, que mi devoción sentimental cobija por igual a todos los CAÍDOS Guardias Nacionales, que cubren ambas épocas, a los que fervorosamente los llevo intensamente en mis recuerdos y que póstumamente seguirán siendo mis compañeros en la memoria. A todos ellos les digo un hasta luego, y que me esperen para hacerles la compañía eterna y final.

Mr. Bowdler: A modo de epílogo, cierro estas similitudes de relaciones históricas, para cuando regrese a su país de a conocer estos acontecimientos que han conmovido a mi Nicaragua, la que espera de Ud., y su gran país una actuación acorde, con los derechos políticos que cada Nación tiene en su Constitución de país libre, soberano e independiente.

Muchas gracias a Ud., y sus compañeros en la Comisión AMISTOSA, por los esfuerzos que están haciendo para que en Nicaragua haya Paz y CONCORDIA.

GUILLERMO CONRADO SOMARRIBA
Teniente de (Inf.) G. N. Retirado

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