RAZÓN HISTÓRICA Y VITAL DE ORIENT BOLÍVAR JUÁREZ
Por: Eduardo Pérez-Valle (h.)
Al dedicar estas líneas a la obra de fecundos
hallazgos: “Historia de la
Geodesia y la
Cartografía en Nicaragua”, primera edición (Junio 2010), es
preciso poner en relieve la primera vez que el autor de la misma, en ocasión de
recibirlo mi padre en nuestra casa, obtuvo de inmediato la atención aguda y el
silencioso asenso de su interlocutor. A tal efecto, el rostro del doctor
Eduardo Pérez-Valle (1924-1998), denotó el agrado de aquella sustanciosa exposición.
Motivo suficiente de conexión constituyó el tema sobre el ingeniero Maximiliano
von Sonnenstern, pionero de la
Cartografía y la
Geografía en Nicaragua.
A partir de entonces, ambos personajes, con edades y
ejercicios académicos provenientes de distintas épocas y circunstancias,
enlazarían idénticos propósitos en cuanto al interés por el estudio del
desarrollo de la Geodesia
y la Cartografía
en Nicaragua. Poco después, Bolívar Juárez, despertó vivo interés con la
publicación de la obra “Maximiliano von Sonnenstern y el primer mapa oficial de
la República
de Nicaragua: Contribución a la
Cartografía nacional”, primera edición (Enero, 1995).
Entre las muchas influencias de actualidad, permanentes,
que pueden señalarse del acontecimiento editorial que suscita la última obra
del autor, está la cartografía histórica como entreverado fundamental de la
defensa territorial de Nicaragua. Precisamente, el pasado jueves 10, reapareció
en el escenario la diplomacia del Gobierno de Honduras en evidente conciliábulo
con Colombia. Sin lugar a la menor duda, los planes de despojo están y son
minuciosamente estudiados por los adversarios, y cada “impulso” procesal
siempre está acompañado del infaltable trabajo cartográfico. Ante la Corte Internacional
de Justicia, el Gobierno secuaz de Honduras pide un derecho inexistente, en una perversa y obtusa exposición de motivos. A través de nuestras
debilidades “la coalición para el despojo” intentará hacerse con el Derecho
Internacional y obtener sentencia favorable; mientras tanto, los sucesores del
Golpe de Estado trabajan los minutos y grados del mapa que quieren para ellos,
sin interrumpir las acciones hostiles contra nuestra soberanía.
Cualquier abogado de honrada y competente actuación,
dispuesto a la defensa de nuestros derechos territoriales y marítimos, sin que
a la par del trabajo jurídico correspondiente esté obligado a saber en abundancia sobre Geodesia y Cartografía,
necesita del exacto conocimiento requerido en la materia, para entender y hacer
las ejecutorias del caso. Para la
especialidad, están quienes por conocimiento apropiado, deben permanecer juntos
en la línea de la defensa. Lamentablemente, en materia de Cartografía histórica
no hay mucho capital humano de donde tomar. En antiguos ejemplos encontramos
mucho de estrategas y estrategias equivocadas, así, cuando a principios del S.
XX perdimos el territorio en Litigio con Honduras, en la derrota heredamos
otras desventajas que a poco faltó para que, fundada en la ignorancia técnica
nuestra, los hondureños en la década del sesenta quedaran dueños del Cabo
Gracias a Dios. Como si ya no hubiésemos sido víctimas de nuestras propias
circunstancias, ocurrió la reunión de Ramón Villeda Morales, Presidente de
Honduras, y Luis Somoza Debayle, Presidente de Nicaragua; reunidos en
Tegucigalpa el 12 de enero de 1961, nombraron los Comisionados
Plenipotenciarios con poderes suficientes para ejecutar el Laudo dictado por el
Rey de España (22 de julio de 1906),
cuyo desempeño bipartito finalizó en Diciembre de 1963. Suele decirse, “al entendido por señas”, pues
bien, la tal Acta levantada en Tuibila en cuyo contenido están consignados los
resultados de Comisión Mixta de Ingenieros, concluyó con un “anzuelo de oro” al
agregar en el numeral cinco y final, la siguiente
influencia: “La Comisión Mixta
se permite recomendar a ambos Gobiernos la conveniencia de celebrar un Tratado
de Navegación y uso industrial y agrícola de las aguas del río Coco, a fin de
regular las situaciones que el futuro puedan presentarse en relación con esas
materias”.2
Nuestro distinguido historiador sabe de qué se trata
hacer equipo y tener responsabilidad en defensa de los intereses más sagrados
de la Patria. Entre
otras responsabilidades de esa naturaleza, en 2002 estuvo activo en los asuntos
limítrofes relacionados a la disputa con Honduras y Colombia. Viajó a Londres a
fin de investigar sobre la cartografía del Caribe nicaragüense en el
prestigiado Office Public Record de Londres y en la Biblioteca británica,
para procurar al país documentos a favor de nuestra defensa. En 2002, asesoró a
la Cancillería
en Historia Diplomática, y en 2003, el Gobierno de El Salvador, de buen
entender y de buen saber, lo contrató como consultor en Cartografía Histórica
en atención de la Comisión Presidencial
para Asuntos Limítrofes del Golfo de Fonseca, que llevó la disputa con Honduras
ante la Corte Internacional
de Justicia en la Haya.
Es costumbre inveterada del vecino, acecharnos, para
en el momento de conveniencia dar zarpazos. Sin lugar a dudas, sobre la mesa
del Canciller hondureño deben permanecer los respectivos mapas llenos de
lenguaje convencional, dibujados a la medida de nuestra dejadez y a la repetida
mala costumbre de no resguardar nuestros documentos, por tal incuria hemos sufrido
la supresión de antiguos límites; latitudes y longitudes desaparecieron en la
cartografía nacional.
Lo anterior me hace traer otra referencia ilustrativa,
de cómo “el buen vecino” actúa con la mirada puesta en el futuro y en lo ajeno.
El Instituto Geográfico de Costa Rica con el apoyo del “Geodésico
Interamericano” con sede –nada casual—en el desaparecido Fort Clayton, Zona del
Canal de Panamá, base militar clausurada en 1999 en cumplimiento de los
Acuerdos Torrijos-Carter, emprendió primero que nosotros, legítimos e
indiscutibles dueños del Río San Juan, la cartografía topográfica entre Costa
Rica y Nicaragua, para estudiar la posibilidad de un canal interoceánico en esa
ruta, por el primer adelanto expresaban “estar felices por la consumación de la
cartografía topográfica del área que yace entre Costa Rica y Nicaragua, los
estudios determinaron la posibilidad de construir un canal a nivel por esa ruta
y por eso se demandan mapas absolutamente exactos”. En Fort Clayton estaban
complacidos por “el trabajo brillante” y por anticipar el plazo de entrega en
un mes. 1
El libro del académico Bolívar Juárez, no sólo destaca
la importancia de la ciencia cartográfica, recobra y enlaza episodios inéditos
donde a través de ellos, cada lector advierte el tiempo que toma el progreso en
un permanente escenario de lucha en contrarios, donde hombres de espíritu
hacedero apartaron con actos decisivos a los generacionales de comportamiento
refractario. No obstante, en el balance de lo actuado siempre hay más rechazos
que impulsos. Así, como el autor proyecta sustanciales avances en la historia
inicial de la Cartografía
y la Geodesia ,
ella también constituye ejemplo meridiano de lo trabajoso que resulta el
alumbramiento del progreso en Nicaragua. Muy a pesar nuestro y para el disgusto
de algunos, conviene decir que en avance técnico y científico somos territorio
de modorras.
A juzgar por otro interesante y asombroso dato de
nuestras insuficiencias editoriales y educativas el autor deja constancia que
los únicos Atlas que posee Nicaragua, apenas es de tres publicaciones, a saber:
“El Atlas de la lucha de Liberación Nacional” publicado en 1980 por el
Instituto Geográfico Nacional; el “Atlas Escolar de Nicaragua”, publicado por
el Ineter en 1992; y “Nicaragua y el Mundo. Atlas Básico Ilustrado”, publicado
en Estocolmo en 1993; se colige que en mucho tiempo transcurrido, los maestros
de primeras enseñanzas y de Educación Media, no tuvieron al alcance el recurso
técnico para educar a esas generaciones de estudiantes con el auxilio de un
Atlas de mapas básicos de nuestro país.
Conviene agregar al dato de los tres Atlas referidos
por Bolívar Juárez, la existencia de otra publicación anterior: el “Atlas
Geográfico de Nicaragua: Auxiliar de Geografía Activa”, elaborado por el doctor
Eduardo Pérez-Valle, bajo el sello editorial Raven, contiene 16 mapas mudos,
uno por cada Departamento y dos mapas mudos de Nicaragua, impresos en 1/8 de
página, conforme a la división política oficial de la época, incluido el ahora
suprimido departamento de Zelaya. Y como única ayuda de referencia para el
educando, de Geografía básica, dentro de cada mapa dibujó los ríos más
importantes y algunos afluentes. Fueron hechos para dotar a las escuelas, y
facilitar la representación y el aprendizaje de los elementos geográficos de
cada departamento, de ahí que fuera un “Atlas de Geografía Activa”.-
Quienes están acostumbrados al trabajo de inmiscuirse
y lidiar con la historia, saben perfectamente que las causas y los efectos de
todo suceso corre el riesgo de perderse o distorsionarse en la memoria
colectiva, porque según mueren y nacen más generaciones de nicaragüenses,
respecto a los hechos ocurre un imparable
diluido intelectivo y sensitivo. Repentinamente, en un parpadeo de cien
años, brevedad que parece eterna, y tras la destrucción o desorden en los
documentos, sólo encontramos retazos de historia fidedigna que apenas como
relato de boca en boca, nos aproxima a la verdad de un hecho; en ese estado de
las cosas tampoco habrá libro que lo registre y venga en nuestro auxilio.
Las 304 páginas de la “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua”
es, el resultado esperado, en provecho de todo lo que el tema convoca, pero
tiene algo que la tenaz vocación del
historiador necesita, la voluntad acerada que a Orient Bolívar nunca le ha
permitido abandonar lo que empieza. Historia reveladora de la que no sólo
participa el escritor como factor del resultado, sino que, reconoce en oro los
méritos de los hombres que fueron actores y testigos de aquellos episodios
originarios de la Geodesia
y Cartografía, en circunstancias dramáticas de trabajo, cabalmente expresadas
en el emotivo y bien logrado relato inserto en el libro, cuyo autor es el
apreciado ingeniero Cristóbal Rugama Núñez: “Sería necesaria la crónica de
Manolo Cuadra o de Emilio Quintana para que se sepa como mueren madereros,
raicilleros y huleros, envenenados por sus propios habilitadores, no bastaría
un libro, para contar tantas y tantas cosas, Costa Atlántica, nunca desmentida…!
Nunca suficientemente ponderada…!
Nuestra Patria es la razón histórica y vital de Orient
Bolívar Juárez, en testimonio, el próximo 22 del corriente presentará al
público la “Historia de la
Geodesia y la
Cartografía en Nicaragua”, con toda seguridad una obra
memorable y perdurable.
1 Cartografía topográfica entre
Nicaragua y Costa Rica para Canal, se terminó ya. En: La Prensa Libre ,
de San José. Lunes 26 de diciembre de 1966.
2 Nicaragua ya no tiene problemas fronterizos. En: Nicaragua. Órgano de la Secretaría de
Información y Prensa de la
Presidencia de la República. Managua , D.N. Enero de 1963. Pág. 11.
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