viernes, 28 de marzo de 2014

RAZÓN HISTÓRICA Y VITAL DE  ORIENT  BOLÍVAR JUÁREZ

Por: Eduardo Pérez-Valle (h.)

Al dedicar estas líneas a la obra de fecundos hallazgos: “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua”, primera edición (Junio 2010), es preciso poner en relieve la primera vez que el autor de la misma, en ocasión de recibirlo mi padre en nuestra casa, obtuvo de inmediato la atención aguda y el silencioso asenso de su interlocutor. A tal efecto, el rostro del doctor Eduardo Pérez-Valle (1924-1998), denotó el agrado de aquella sustanciosa exposición. Motivo suficiente de conexión constituyó el tema sobre el ingeniero Maximiliano von Sonnenstern, pionero de la Cartografía y la Geografía en Nicaragua.

A partir de entonces, ambos personajes, con edades y ejercicios académicos provenientes de distintas épocas y circunstancias, enlazarían idénticos propósitos en cuanto al interés por el estudio del desarrollo de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua. Poco después, Bolívar Juárez, despertó vivo interés con la publicación de la obra “Maximiliano von Sonnenstern y el primer mapa oficial de la República de Nicaragua: Contribución a la Cartografía nacional”, primera edición (Enero, 1995).

Entre las muchas influencias de actualidad, permanentes, que pueden señalarse del acontecimiento editorial que suscita la última obra del autor, está la cartografía histórica como entreverado fundamental de la defensa territorial de Nicaragua. Precisamente, el pasado jueves 10, reapareció en el escenario la diplomacia del Gobierno de Honduras en evidente conciliábulo con Colombia. Sin lugar a la menor duda, los planes de despojo están y son minuciosamente estudiados por los adversarios, y cada “impulso” procesal siempre está acompañado del infaltable trabajo cartográfico. Ante la Corte Internacional de Justicia, el Gobierno secuaz de Honduras pide un derecho inexistente,  en una perversa y obtusa  exposición de motivos. A través de nuestras debilidades “la coalición para el despojo” intentará hacerse con el Derecho Internacional y obtener sentencia favorable; mientras tanto, los sucesores del Golpe de Estado trabajan los minutos y grados del mapa que quieren para ellos, sin interrumpir las acciones hostiles contra nuestra soberanía.

Cualquier abogado de honrada y competente actuación, dispuesto a la defensa de nuestros derechos territoriales y marítimos, sin que a la par del trabajo jurídico correspondiente esté obligado a saber  en abundancia sobre Geodesia y Cartografía, necesita del exacto conocimiento requerido en la materia, para entender y hacer las ejecutorias del caso.  Para la especialidad, están quienes por conocimiento apropiado, deben permanecer juntos en la línea de la defensa. Lamentablemente, en materia de Cartografía histórica no hay mucho capital humano de donde tomar. En antiguos ejemplos encontramos mucho de estrategas y estrategias equivocadas, así, cuando a principios del S. XX perdimos el territorio en Litigio con Honduras, en la derrota heredamos otras desventajas que a poco faltó para que, fundada en la ignorancia técnica nuestra, los hondureños en la década del sesenta quedaran dueños del Cabo Gracias a Dios. Como si ya no hubiésemos sido víctimas de nuestras propias circunstancias, ocurrió la reunión de Ramón Villeda Morales, Presidente de Honduras, y Luis Somoza Debayle, Presidente de Nicaragua; reunidos en Tegucigalpa el 12 de enero de 1961, nombraron los Comisionados Plenipotenciarios con poderes suficientes para ejecutar el Laudo dictado por el Rey de España (22 de  julio de 1906), cuyo desempeño bipartito finalizó en Diciembre de 1963.  Suele decirse, “al entendido por señas”, pues bien, la tal Acta levantada en Tuibila en cuyo contenido están consignados los resultados de Comisión Mixta de Ingenieros, concluyó con un “anzuelo de oro” al agregar  en el numeral cinco y final, la siguiente influencia: “La Comisión Mixta se permite recomendar a ambos Gobiernos la conveniencia de celebrar un Tratado de Navegación y uso industrial y agrícola de las aguas del río Coco, a fin de regular las situaciones que el futuro puedan presentarse en relación con esas materias”.2

Nuestro distinguido historiador sabe de qué se trata hacer equipo y tener responsabilidad en defensa de los intereses más sagrados de la Patria. Entre otras responsabilidades de esa naturaleza, en 2002 estuvo activo en los asuntos limítrofes relacionados a la disputa con Honduras y Colombia. Viajó a Londres a fin de investigar sobre la cartografía del Caribe nicaragüense en el prestigiado Office Public Record de Londres y en la Biblioteca británica, para procurar al país documentos a favor de nuestra defensa. En 2002, asesoró a la Cancillería en Historia Diplomática, y en 2003, el Gobierno de El Salvador, de buen entender y de buen saber, lo contrató como consultor en Cartografía Histórica en atención de la Comisión Presidencial para Asuntos Limítrofes del Golfo de Fonseca, que llevó la disputa con Honduras ante la Corte Internacional de Justicia en la Haya.

Es costumbre inveterada del vecino, acecharnos, para en el momento de conveniencia dar zarpazos. Sin lugar a dudas, sobre la mesa del Canciller hondureño deben permanecer los respectivos mapas llenos de lenguaje convencional, dibujados a la medida de nuestra dejadez y a la repetida mala costumbre de no resguardar nuestros documentos, por tal incuria hemos sufrido la supresión de antiguos límites; latitudes y longitudes desaparecieron en la cartografía nacional.

Lo anterior me hace traer otra referencia ilustrativa, de cómo “el buen vecino” actúa con la mirada puesta en el futuro y en lo ajeno. El Instituto Geográfico de Costa Rica con el apoyo del “Geodésico Interamericano” con sede –nada casual—en el desaparecido Fort Clayton, Zona del Canal de Panamá, base militar clausurada en 1999 en cumplimiento de los Acuerdos Torrijos-Carter, emprendió primero que nosotros, legítimos e indiscutibles dueños del Río San Juan, la cartografía topográfica entre Costa Rica y Nicaragua, para estudiar la posibilidad de un canal interoceánico en esa ruta, por el primer adelanto expresaban “estar felices por la consumación de la cartografía topográfica del área que yace entre Costa Rica y Nicaragua, los estudios determinaron la posibilidad de construir un canal a nivel por esa ruta y por eso se demandan mapas absolutamente exactos”. En Fort Clayton estaban complacidos por “el trabajo brillante” y por anticipar el plazo de entrega en un mes. 1

La Geodesia y la Cartografía son para la existencia de las naciones, lo que para la humanidad constituye el agua como fuente indispensable de vida. No hay circunstancias, en todas las rutas del desarrollo, que otorgue licencia para prescindir de ella. A partir de los diversos alcances y beneficios que otorga, posee como ciencia, un componente ineludible de interdependencia global, a la que todas las naciones estamos unidos en el interés recíproco, de la comunicación, terrestre y aérea,  el comercio de nuestros productos, el viaje de placer turístico, la ruta marítima de puerto a puerto, la gestión de proyectos de inversión, exploración petrolera, todo, sin excepción.

El libro del académico Bolívar Juárez, no sólo destaca la importancia de la ciencia cartográfica, recobra y enlaza episodios inéditos donde a través de ellos, cada lector advierte el tiempo que toma el progreso en un permanente escenario de lucha en contrarios, donde hombres de espíritu hacedero apartaron con actos decisivos a los generacionales de comportamiento refractario. No obstante, en el balance de lo actuado siempre hay más rechazos que impulsos. Así, como el autor proyecta sustanciales avances en la historia inicial de la Cartografía y la Geodesia, ella también constituye ejemplo meridiano de lo trabajoso que resulta el alumbramiento del progreso en Nicaragua. Muy a pesar nuestro y para el disgusto de algunos, conviene decir que en avance técnico y científico somos territorio de modorras.

A juzgar por otro interesante y asombroso dato de nuestras insuficiencias editoriales y educativas el autor deja constancia que los únicos Atlas que posee Nicaragua, apenas es de tres publicaciones, a saber: “El Atlas de la lucha de Liberación Nacional” publicado en 1980 por el Instituto Geográfico Nacional; el “Atlas Escolar de Nicaragua”, publicado por el Ineter en 1992; y “Nicaragua y el Mundo. Atlas Básico Ilustrado”, publicado en Estocolmo en 1993; se colige que en mucho tiempo transcurrido, los maestros de primeras enseñanzas y de Educación Media, no tuvieron al alcance el recurso técnico para educar a esas generaciones de estudiantes con el auxilio de un Atlas de mapas básicos de nuestro país.

Conviene agregar al dato de los tres Atlas referidos por Bolívar Juárez, la existencia de otra publicación anterior: el “Atlas Geográfico de Nicaragua: Auxiliar de Geografía Activa”, elaborado por el doctor Eduardo Pérez-Valle, bajo el sello editorial Raven, contiene 16 mapas mudos, uno por cada Departamento y dos mapas mudos de Nicaragua, impresos en 1/8 de página, conforme a la división política oficial de la época, incluido el ahora suprimido departamento de Zelaya. Y como única ayuda de referencia para el educando,  de Geografía básica,  dentro de cada mapa dibujó los ríos más importantes y algunos afluentes. Fueron hechos para dotar a las escuelas, y facilitar la representación y el aprendizaje de los elementos geográficos de cada departamento, de ahí que fuera un “Atlas de Geografía Activa”.-

Quienes están acostumbrados al trabajo de inmiscuirse y lidiar con la historia, saben perfectamente que las causas y los efectos de todo suceso corre el riesgo de perderse o distorsionarse en la memoria colectiva, porque según mueren y nacen más generaciones de nicaragüenses, respecto a los hechos ocurre un imparable  diluido intelectivo y sensitivo. Repentinamente, en un parpadeo de cien años, brevedad que parece eterna, y tras la destrucción o desorden en los documentos, sólo encontramos retazos de historia fidedigna que apenas como relato de boca en boca, nos aproxima a la verdad de un hecho; en ese estado de las cosas tampoco habrá libro que lo registre y venga en nuestro auxilio.

Las 304 páginas de la “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua” es, el resultado esperado, en provecho de todo lo que el tema convoca, pero tiene algo que la  tenaz vocación del historiador necesita, la voluntad acerada que a Orient Bolívar nunca le ha permitido abandonar lo que empieza. Historia reveladora de la que no sólo participa el escritor como factor del resultado, sino que, reconoce en oro los méritos de los hombres que fueron actores y testigos de aquellos episodios originarios de la Geodesia y Cartografía, en circunstancias dramáticas de trabajo, cabalmente expresadas en el emotivo y bien logrado relato inserto en el libro, cuyo autor es el apreciado ingeniero Cristóbal Rugama Núñez: “Sería necesaria la crónica de Manolo Cuadra o de Emilio Quintana para que se sepa como mueren madereros, raicilleros y huleros, envenenados por sus propios habilitadores, no bastaría un libro, para contar tantas y tantas cosas, Costa Atlántica, nunca desmentida…! Nunca suficientemente ponderada…!

Nuestra Patria es la razón histórica y vital de Orient Bolívar Juárez, en testimonio, el próximo 22 del corriente presentará al público la “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua”, con toda seguridad una obra memorable y perdurable.

1 Cartografía topográfica entre Nicaragua y Costa Rica para Canal, se terminó ya. En: La Prensa Libre, de San José. Lunes 26 de diciembre de 1966.

2 Nicaragua ya no tiene problemas fronterizos. En: Nicaragua. Órgano de la Secretaría de Información y Prensa de la Presidencia de la República. Managua, D.N. Enero de 1963. Pág. 11.




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