domingo, 14 de septiembre de 2014

CABO GRACIAS A DIOS. Por: Jorge A. Ibarra B. En: La Prensa, 25 de Diciembre de 1966.

CABO GRACIAS A DIOS. Por: Jorge A. Ibarra B.  En: La Prensa, 25 de Diciembre de 1966.

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CABO GRACIAS A DIOS. Fotografía de Carlos Maturana Santos
Tomada de Internet
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Cabo Gracias a Dios, el puerto último en la parte norte de Nicaragua, y el más pequeño, a cuyo lado pasa el majestuoso Río Coco, en un derroche de imponente belleza panorámica, está situado últimamente en el lugar que los nativos le llaman “Twibila” que en nuestro idioma quiere decir salida del Zacatal. Uno de los motivos porque los misquitos dieron esta denominación a dicho lugar era porque cuando habían crecientes del Río, estas arrastraban de las numerosas y grandes lagunas tierra adentro, hacia la salida del mar, grandes cantidades de nenúfares, impidiendo la navegación.

Es una cosa ella ver aquella inmensidad de aguas pobladas de nenúfares, dando la impresión de un vasto jardín acuático poblado en su superficie de aves exóticas, hasta que con la fuerte corriente del Río en creciente, todas estas millas de flores van adentrándose hasta que se pierden en la lejanía y es arrasada por la corriente mar adentro…

El Río Coco es impetuoso al bajar los raudales del Cairasa y del Tilba Jinotega abajo, y hacen muy peligrosa su navegación; llegando a los Caseríos de Asang, y San Carlos, domina su impetuosidad un poco hasta volver a reventar en saltos en el lugar denominado “Lalacapisa”; cuando pasa por Waspam, tiene una anchura de más de doscientos metros y sus aguas van ya un poco lentas; pero cuando llega el Boom buscando Cabo Gracias a Dios, su impetuosidad se transforma en majestad, y su curso y anchura de más de medio kilómetro es imponente y pasando por Cabo Gracias a Dios, desemboca en la Bahía del “Sum Beam Bay” o sea Bahía del Rayo del Sol, como le bautizaron los ingleses impresionados de la belleza panorámica de aquel paraje a la salida del proceloso Mar Caribe.

La Bahía del “Sum Beam Bay” era el lugar donde antiguamente los barcos, balandras, y paquebotes, entraban a protegerse del mal tiempo en la temporada ciclónica: también por ahí pasaban los millones de trozas de caoba que exportaban las compañías extranjeras y los millones de racimos de bananos que iban hacia Puerto Cabezas para ser exportados a Estados Unidos, pero a través de los años estas fuertes crecientes han ido depositando la materia vegetal de Río Arriba  más los árboles que han arrastrado la corriente y todo esto se ha ido acumulando hasta el día de hoy que la hermosa bahía se ido cerrando en su salida al mar, siendo hoy navegable únicamente por botes de muy poco calado y con el tiempo se cerrará definitivamente.

Cabo Gracias a Dios, políticamente tiene un Comandante de Puerto, que tiene las atribuciones de Gobernador de la comarca y sub-delegado de Hacienda, y en el  Civil hay un juez local para lo Civil, Criminal y del Trabajo por la ley; también existe, un inspector laboral y un Administrado de Aduana y otros empleados más en el ramo Fiscal.

Cabo Gracias a Dios, igual que San Juan del Norte, también vivió tiempos de apogeo y de grandeza. Por allí entraban importaciones de todo lo que la Costa Atlántica no producía y sí consumía en grandes cantidades, como harina, ropa, whiskey, jamones, vestidos y zapatos, aún el camarón que sus aguas cría, llegaba salado en barricas de Estados Unidos, lo mismo que el atún, el salmón, la macarela, cantidades ilimitadas de potería y cerveza negra y tabaco.

Desde el “Boom” puerto lacustre aguas arriba, millones de trozos de caoba bajaban para ser embarcados en gigantescos barcos madereros surtos en su célebre Bahía del Rayo del Sol, y la afluencia de alemanes, yankes y otras razas nórdicas era notoria. La circulación del Dollar era profusa y el trabajo entonaba su canción matinal donde todo era progreso, trabajo, movimiento y derroche que parecía que no tendría final…

Grandes canoas impulsadas por experimentados y musculosos remeros atravesaban las extensiones de cientos de millas río arriba, impulsándose contra la corriente, llevando mercaderías importadas y los puertos lacustres de entonces que tenían actualidad y eran en primer lugar “SAKLIN” que en idioma miskito es “Loma Grande” y “WASPOOK” que quiere decir Aguas Oscuras, zonas minera que habían cobrado actualidad en ese tiempo por las arenas auríferas de sus caños, y que aún sus vetas de oro en las montañas de río arriba están sin explotar.

El Puerto de Cabo Gracias ha cambiado geográficamente de posición al discurrir de los años, debido a varios accidentes:

Cuando Cristóbal Colón desembarcó y bautizó a Cabo Gracias a Dios, lo hizo en el viejo Cabo, pintoresco puerto de oscuras aguas, cuyas arenas son blanquísimas y brillantes. Aún existe la isla donde vivió uno de los frailes que acompañaron al gran navegante y los miskitos le apellidaron al lugar “ISPAIL WATLA” o sea Casa del Español”, y queda frente a la bahía del mismo nombre, o sea bahía de Cabo Viejo. Este pueblo es esencialmente agrícola y ganadero, poblado de bellos pastos y su pueblo cuando el Puerto de Cabo Gracias a Dios fue trasladado, negáronse a abandonar el pueblo de sus mayores y sus cotos de caza y propiedades de labor. Sus moradores misquitos hablan muy bien el español y conservan costumbres civilizadas siendo muchísimos descendientes de gentes rivenses y granadinas que vivieron en dicho lugar cuando Cabo Gracias a Dios estuvo en su apogeo en 1912. Allí vivieron don Salvador Zelaya, padre de los Zelayas granadinos (Diablos). Don Luis Elizondo, Nicasio Vargas, también allí fue maestro de Escuela en sus mocedades, el autor de “Nicaragua tierra de Maravillas” o sea Don Paco Gallegos y  muchísimas personas más. Hay muchos miskitos que llevan apellidos de gentes de estos lugares que dejaron descendientes allí, como los Ortegas, Morales, Vargas, Robletos, Lacayos, etc. En 1926, este Puerto que está cara al mar, fue azotado por un huracán como el que hizo arribar a tierra a Cristóbal Colón, diezmando a sus moradores y terminando con sus bellos edificios y por orden y disposición del Estado, fue construido nuevamente en otro lugar mejor protegido, llamado “Barrita” con construcciones modernas y edificios apropiados y a prueba de huracanes, pero en 1932 otro huracán aún más fuerte que el primero destruyó completamente el nuevo y bello Puerto, entrando el mar a la ciudad ensañándose en la vida y haciendas de estimables personas de aquella época. Fue tanta la magnitud y empuje de dicho huracán que devastó toda la zona río arriba destruyendo extensísimas plantaciones de bananos valoradas en millones de dólares, propiedad de la Compañía Noteramericana “Standard Fruit” más de trescientas millas río arriba, sumiendo a los moradores de toda la comarca en luto, dolor e indigencia a sus más extremadas consecuencias…

1933. — Cabo Gracias a Dios vuelve como el ave fénix a renacer de sus cenizas y es construida nuevamente en la margen izquierda del Río Coco, en el lugar denominado “TWI BILA” y sigue su rimo nuevamente la vida y el trabajo prosigue su canción matinal.

1959. — Cabo Gracias a Dios, cambia nuevamente de lugar, pero esta vez no por temporadas ciclónicas sino por el adverso fallo de La Haya en contra nuestra y es construido nuevamente  en la margen derecha del Padre Wanki como le llaman con cariño sus moradores, que viven del producto del río y del mar. En todos estos cambios sufridos por accidentes históricos provocados  por casos de fuerza mayor, han quedado diseminados varios pueblos en los lugares en que existió un Cabo Gracias a Dios, pueblos que fincaron sus esperanzas de vivir en dichos lugares y que echaron raíces de cariño y sacrificio…

La Bahía del “Sun Bean Bay” que antaño veía surcar sus cerúleas aguas de lanchas bananeras y caoberas en su diario bregar, hoy sirve de morada a gigantescos cardúmenes de peces que vienen a desovar a sus tranquilas y tibias aguas. Allí desova también el camarón que saldrá a la mar en gigantescas oleadas y será perseguido después por los barcos en la temporada de pesca.

Aquí amarizan los millones de patos y zarcetas que vienen del Norte huyendo del clima frío del Canadá y Estados Unidos, lo mismo que los rosados flamencos y todos hallan reposo y tibio refugio en sus aguas silenciosas lo mismo que alimento suficiente en sus abastecidas aguas pobladas de alevines.


Sin embargo, Cabo Gracias a Dios, en toda la extensión de su comarca y sus aguas costaneras, sigue siendo potencial económico para la industria del mañana; sus tierras extensísimas son ideales para la cría del ganado; sus aguas veneros inagotables de pesca y caza y sus tierras en las vegas son fertilizadas periódicamente por el río cuando éste se sale de madre, siendo ideales para la industria arrocera. Cabo Gracias a Dios, es un futuro para el hombre del mañana en la historia de Nicaragua.

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2 comentarios:

  1. Mi mamá nació en Twibila en 1942, justo allí en el Cabo de Gracias a Dios del lado Hondureño pero que en esos años pertenecía a Nicaragua y siempre me cuenta cosas lindas de cómo era ese pueblo en sus mejores años. Espero algún día cercano poderla llevar allí cómo un regalo especial para ella.

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