domingo, 14 de diciembre de 2014

LAS SANDINO. Por: Alfredo Cisneros R. En: Novedades, 15 de Febrero de 1965.

LAS SANDINO. Por: Alfredo Cisneros R. En: Novedades, 15 de Febrero de 1965. Pág. 12.


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En la ciudad de Granada, en el barrio de Palmira, al subir el arroyo que pasa detrás del Mercado, donde vivió don Juan Malespín (Mocho Juan), como cariñosamente le llamaban los granadinos y como a veinte varas hacia el Rastro Público de la ciudad había una peque casita donde vivía Da. Leoncia Sandino, quien procreara numerosa familia; entre los hijos de doña Leoncia conocimos  a Carlota, casada con don Esteban Castro.

De este matrimonio nacieron muchos hijos, entre los que recordamos a Laura y Atanasia, agraciadas morenas de una formación atlética envidiables: Laura de 20 años y Atanasia de 18.

El matrimonio Castro-Sandino era muy pobre y doña Carlota trató de ayudar en la economía del hogar y celebró contrato con el Gerente del Mercado para hacer el acarreo de la carne desde el Rastro Público hasta ponerla en los puestos de expendio.

Laura y Atanasia, increíble pero cierto, ponían sobre sus cabezas sendas bateas planas, tan grandes, que cabía la mitad de una res destazada.

Los granadinos que vivimos desde el principio del Siglo XX pudimos ver, con admiración, a esas mártires haciendo ese trabajo, que no era sólo de llevar la carne sobre sus cabezas, sino que, tenían que recorrer la distancia de casi medio kilómetro en un terreno escabroso, porque el recorrido lo hacían en un camino que en invierno se convertía en un verdadero infierno.  En su recorrido, además de cruzar un camino lodoso tenían que bajar y subir el arroyo frente a la casa de los señores Espinosa, y el que cruza detrás del Mercado.

Años más tarde el caballero norteamericano don Luis Peunet (o Míster Peñé) como se le conocía en Granada, estableció un negocio en la ciudad y una Tenería a la orilla del arroyo, detrás de la casa de los señores Espinosa, en el barrio de Palmira.

Establecido el negocio de tenería, el caballero Peunet se encontró con la dificultada del transporte. Como todo yankee, no esperó que los cueros se pudrieran y contrató los servicios del maestro carpintero  don Manuel Figueroa, para que construyera un puente de madera sobre el arroyo en el año 1907.

Por este puente construido con vigas, siguieron pasando las Sandino, con su terrible carga y no fueron emancipadas hasta que el Alcalde don J. Demetrio Acevedo C., construyera un nuevo puente de cal y canto en el año de 1927.

Atanasia aún vive y su edad cifra en los noventa años; está en salud y su mentalidad es despejada y narra parte del pasado de sus padres que fue y es, ante la historia, un galardón de la heroica mujer granadina que no se amilanaba por las vicisitudes de la vida y ponía su valioso contingente al lado de su marido para aliviar, en parte, las necesidades hogareñas.

Atanasia, reside frente al Mercado en una Colonia detrás de la Pensión Esfinge, con su hija Genoveva, que también puso muy joven sobre su cabeza, la fatídica carga.

Sugerimos al progresista Alcalde granadino, don Justiniano Ocón, que también ha vivido los suficientes años para conocer la gesta heroica de esa familia, hacer la gestión ante los munícipes, compañeros suyos, a fin de conceder una pequeña pensión de CIEN CÓRDOBAS mensuales a esta fiel y eficiente colaboradora del municipio granadino, que morirá feliz al saber que su sacrificio fue reconocido y premiado por su conciudadanos.

ALFREDO CISNEROS


Obrero-Tipógrafo

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