viernes, 3 de noviembre de 2023

LA PROCESIÓN NOCTURNA. Por: Santiago Argüello. Publicado en: La Semana. Año I., Número 1. León, Nicaragua, C.A. 10 de Agosto de 1919.

 

LA PROCESIÓN NOCTURNA

Por: Santiago Argüello


(Cuadro criollo)

    La calle está pringada de cera. Los chiquillos     
trajilimpios otean de un lento pito al son,
cuando asoma el sudario y entre hileras de brillo
serpenteando en sombra viene la procesión.
 
   ¡Oh pito sugestivo de olor de cera negra,
de cautivos, de luces y tocas de fuestán!
¡Oh pito melancólico que con tristeza alegra
las infantiles torres que repicando van!...
 
  Y aroma el corozo;
y ríe de gozo
de estreno el rebozo.
 
   Y pasa un olor
de geranio y de reseda
y de cofre de alcanfor:
 
  Mientras gime el pito junto del tambor.
 
  El tambor enano
de parche marcial
que toca la mano
del indio ritual.
 
  Y el tambor enano
va junto al sudario con su pito hermano
como dos inválidos que se dan la mano.
 
   Y pasan y pasan y pasan…
Miradas que rezan, miradas que abrasan…
 
   La de ojos de feria que la calle adorna,
la que baja el párpado como la humildad,
y la que a los lados los ojos entornan
con un sesgo oblicuo de curiosidad.
 
   Y pasan y pasan y pasan…
miradas que rezan, miradas que abrasan…
mientras ritma el son
de la sacra marcha de la procesión.
 
   Tras de cada santo, bien un remolino
de atropellamientos y de ardor divino.
 
  Unos que se empujan para ver mejor
 
  Otros que no sienten sino su fervor.
 
   El gemido, en tanto,
de los serafines,
tras de cada santo
fingen los violines.
 
   Todos ven los santos con febril deseo,
los santos que a trechos se miran pasar
con su andar de palo, con su cantoneo
todo de una pieza, sin articular.
 
   Y atrás… la Madona, siguiendo sus huellas…
Lustrosa de lágrimas, húmedos los hilos
crespos, de pestañas, en su angustia bellas;
en panoplia el pecho, con sus siete filos;
y en abismo el manto, con su mar de estrellas.

   Y detrás su pena,
sin un alma, una música deshilachada suena.
        
   Lejos, como onda que rueda,
se oye la gente ruidosa;
mientras esta calle queda
silenciosa.
       
   Que cual dos hermanos, el grito
y el dolor,
ya en otra parte asoma el pito
y el tambor.
 
  Junto al sudario, llora el pito
y tose a ratos el tambor.
 
  Y el indio regordete y serio
con ritual gesto de misterio
y en la cabeza un lienzo tostado de almidón,
dice en su pito lento, con gesto de misterio,
¡que viene ya la procesión!...
        
Publicado en: La Semana. Año I., Número 1. 
León, Nicaragua, C.A. 10 de Agosto de 1919. 
“Revista Literaria – Comercial y de Anuncio”.
Director: C. Arturo Aguilar
Gerente: H. Ramírez V.
Redactor: Federico Schneegans.
Editada en la Tipografía G. Alaniz.

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