martes, 4 de noviembre de 2014

QUIÉNES FUNDARON EL PRIMER EQUIPO MASCULINO DE BASKET BALL. Por: Juan García Castillo. 21 de Septiembre de 1967.

QUIÉNES FUNDARON EL PRIMER EQUIPO MASCULINO DE BASKET BALL. Por Juan García Castillo En El Centroamericano. León, 21 de septiembre de 1967.

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Hace poco más de medio siglo no se conocía en la ciudad aldea de Managua, la palabra “DEPORTE”.

Hace poco más de medio siglo no se conocía en la ciudad aldea de Managua, la palabra “DEPORTE”.

Los “deportes” de ese época, si así puede llamarse al “Cuartel Inglés”, a “una marcha con trompos”, “al chimpilicoco”, a la trompeadera al salir de clases por la mañana o por la tarde no se conocían con el clásico nombre de deportes y mucho menos el ENS SANA IN CORPORE SANO.

No fue sino hasta el año de 1923, en que regresaron a Nicaragua un grupo de jóvenes nicaragüenses, que habían realizado en Estados Unidos estudios de High School, que éstos jóvenes encontraron, la novedad de un grupo de muchachas distinguidas ya practicaban el básquet y ellos no queriendo ser de menos o mejor dicho, “no quisieron dejarse”, de las jovencitas que descollaban en el básquet, procedieron a formar el primer equipo masculino de básquet del cual formaron parte varios caballeros de hoy, unos en la eternidad y otros vivos y dedicados a sus negocios.

Fueron integrantes de ese primer equipo de básquet masculino: René Wallace que encontró la muerte, años después en la bohemia. Alejandro Barrios también muerto, Juan y Pablo Aguerri, Ignacio Araquistain, Joaquín Castillo, creo que también muerto y nativo de la región atlántica, Rafael Cabrera y Ramón y Gilberto Morales.

Este equipo de jóvenes entusiastas era la admiración de la juventud no deportista de esa época y las muchachas distinguidas llenaban los lugares donde exhibían sus cualidades de deportistas esos jóvenes.

El equipo de básquet masculino, sostuvo varios encuentros, todos los sábados, con los marinos de los Estados Unidos.

Desde luego más avezados, mayor empuje en ese y los demás deportes, los marinos estadounidenses, ganaban siempre a nuestros compatriotas, pero la muchachada nica, siempre vitoreaba a nuestros jóvenes y esforzados jugadores, como si fueran verdaderas estrellas y abucheaban los contrincantes norteamericanos.

BÉISBOL EN LAS CALLES

Si el basket ball, conforme la modalidad que nos trajeron los jóvenes nicaragüenses, educados en Estados Unidos, era la admiración, en cambio el beisbol, que aún antes del basket, se jugaba en las calles de la entonces Managua aldeana; el beisbol, pero rudimentariamente. Las bolas eran de hilo. Los muchachos robábamos a nuestros padres y hermanos o hermanas, las garruchas de hilo y con hilo confeccionábamos las bolas, que tenían como cubierta pedazo de trapo. Más tarde la cobertura fue de cuero o algo resistente mientras los bates eran rollizos de cualquier madera.

Practicando en esa forma en las calles, fueron surgiendo las futuras estrellas de beisbol, como Jolea, que cuando no podía alcanzar el bateador una línea o curva, y se impacientaba, el público le gritaba: “Calma Jolea”.

Cuando se formó el primero equipo o los primeros equipos de beisbol, éstos se reunían para practicar en el antiguo patio de Donaldson (así se llamaba el lugar donde tenía una quinta, por cierto de las mejores de la ciudad, el cónsul norteamericano Chester Donaldson y de quien tengo entendido que alentaba a los jugadores y hasta les enseñaba ese deporte.

Dos fueron los equipos que se formaron: El Bóer y el Managua, eternos rivales hasta hace pocos años y de donde salieron jugadores estrellas, que recorrieron Centro América, porque fue aquí en Managua, si no estoy mal informado donde primero se jugó beisbol.

MUCHACHAS BASQUETBOLISTAS

Pero si mencionamos a los primeros jugadores masculinos de basket ball, también cabe hacer el recuerdo de nuestras jóvenes de aquel tiempo que se adelantaron a los varones a practicar tan distinguido deporte. Y no debía de falta aquí el nombre de Margarita Pérez, figura estelar del basket ball femenino, así como otras, hoy distinguidas damas, cuyos nombres no recuerdo. Vayan para ellas las excusas de Juan García Castillo. 




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