domingo, 29 de octubre de 2023

Coscorrones / LOS ARCHIVOS DESAPARECEN. Por: Jerónimo Aguilar Cortés. En: El Centroamericano. 17 de Junio de 1967. / PARA QUE LOS ARCHIVOS NO DESAPAREZCAN. – En: El Centroamericano. 29 de Junio de 1967. Por: Roberto Terán G., y Miguel Salvado.-

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Coscorrones

LOS ARCHIVOS DESAPARECEN. Por: Jerónimo Aguilar Cortés. En: El Centroamericano. 17 de Junio de 1967.

    De todas las fuentes históricas, los archivos son la excelente. Es en los archivos donde se encuentra lo más cercano a la verdad. Si sabemos algos de los sumerios, pueblos que desaparecidos, se pierden en las brumas del tiempo, este conocimiento llega por sus bibliotecas de ladrillos cocidos.

    Del Egipto milenario, no se tendrían noticias de sus instituciones y vida en general, si no fuesen por sus jeroglíficos, donde escribía sus anales; y qué decir del legado de historia que hemos recibido de los hebreos con la Biblia, suma de sus escrituras; y de los griegos, y de los romanos…

    Con sus escritos y con los otros monumentos de piedra, se forma la historia d cada pueblo.

    Nuestros pueblos indígenas, van emergiendo de la obscuridad del tiempo, a medida que de la selva salen los viejos templos, sus estelas y sus dioses de piedra.

    Los que no dejan su palabra escrita, los que no dejan esculpida su civilización en piedra, es como sí no hubiese existido: palabra y piedra son certificado de nacimiento y permanencia en la Historia.

    Nosotros, los nicaragüenses, estamos renunciando a esa permanencia.

    El empuje del descubridor y del colonizador, barrió la mayor parte de lo que fue nuestra vida de la civilización indígena; y después, a través de los años, ha existido como política servir para dejar a las generaciones que se suceden, el conocimiento de lo que ha quedado atrás, lo que ha acontecido a sus espaldas.

    Nuestra historia escrita, es en gran parte tradición, tradición que se va convirtiendo en leyenda y la leyenda en mito.

    La mayoría de nuestros próceres, son el producto de la simpatía, del fervor partidario, de la imaginación más o menos calenturienta de algún historiador; y todo debido a que se carecen de documentos en que asentarla; documentos qué han ido desapareciendo a vista y paciencia nuestra.

    Más si es imposible reconstruir lo perdido, podemos conservar lo que el azar, que nuestro cuidado, nos ha deparado; pero nuestro descuido, nuestra incuria, nos ha llevado a destruir ese legado; y así, hemos sabido que el Archivo Municipal de León, se ha mantenido en un ocal abierto del Mercado de Occidente, con sus documentos en el piso, a la orden de quienes necesiten un papel para cualquier uso.

    Un amigo nuestro al comprar unas frutas, las recibió envueltas en un pliego de papel San Lorenzo, desprendido de un expediente de medidas de tierras de principio del siglo XIX, que formaba parte el mencionado archivo:

    Nosotros hemos visto el archivo de la Curia Eclesiástica, total abandono, con sus documentos revueltos, en viejos estantes, de donde caían para servir de alfombra. Este archivo, el más valioso de la ciudad y quizá de Nicaragua, fue objeto de un verdadero saqueo por los buscadores de marcas de correo, sellos postales y documentos históricos. No sería extraño que de ese archivo hayan salido los documentos que un nicaragüense, pretendió vender o vendió, en una reunión de bibliotecarios a coleccionistas extranjeros, según me lo contó quien fue mi querido amigo, el profesor y director de la Biblioteca Nacional de Guatemala don Joaquín Pardo. Un crimen de lesa Patria, como él lo calificó.

    Y para fin y remate de estas líneas, diremos: que no existe colección alguna de los diarios que se han editado en este nuestro amado pueblo. Se han perdido las de “El Independiente”, que se editó por cerca de cincuenta años; y todos los demás.

    La colección de diarios que encontramos y dejamos en la biblioteca del Club de León, cuando fuimos su secretario, fue vendido como papel para envolver en el Mercado Central. Que el diablo se lleve a los que tal cosa hicieron y a todos los demás que han dejado perder nuestros documentos; los documentos que testifican nuestro abolengo de pueblo ilustre, eminente, con profundas raíces en la Historia.

    Que el diablo se los lleve; y que así sea.

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PARA QUE LOS ARCHIVOS NO DESAPAREZCAN. – En: El Centroamericano. 29 de Junio de 1967.

    Hacemos referencia al artículo editorial que publicó “El Centroamericano”, con fecha 17 de Junio corriente. “Los Archivos desaparecen”, escrita por el Doctor Jerónimo Aguilar Cortés, en el que hace una exposición muy realista y un llamado de atención a la ciudadanía para que no se dejen perder valiosos documentos históricos.

    Deseamos hace de su conocimiento, cómo se han resuelto estos mismos problemas en muchos países, dando protección y organizando los archivos históricos con los equipos Recordav de Microfilmación.

    El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, por ejemplo, ha microfilmado más de ocho millones de documentos históricos localizados en iglesias y casas consistoriales por todo el país. Los rollos de película se catalogan y archivan en las oficinas del Instituto en la ciudad de México. Allí, por primera vez, los historiadores pueden estudiar sistemáticamente los documentos que constituyen parte del tesoro del país.

    Más de 800 volúmenes de preciosos documentos hebreos de la Biblioteca Vaticana en Roma, están ahora en microfilm, al fácil alcance de los investigadores. La Biblioteca Pío XII también contiene copias microfilmadas de más de once millones de página de otros manuscritos vaticanos.

    La Biblioteca del Congreso, en Washington, tiene todos los periódicos editados en Nicaragua y vende colecciones usando el microfilm.

    Después de citar algunos ejemplos de cómo Kodak protege Archivos Históricos en el extranjero, pasemos ahora a hacer mención muy especial de la labor desarrollada en Nicaragua. En el mes de Julio de 1964, el Gobierno de Nicaragua adquirió un Equipo de Microfilmación Recordak, para el Archivo General de la Nación. Desde esa fecha, el eminente historiador Don Alberto Bendaña, Director del Archivo General de la Nación, ha microfilmado para darle mayor protección y ponerlos en un futuro al alcance de los eruditos, los siguientes periódicos de Nicaragua:

    Diario de Nicaragua, Año 1884; El Porvenir de Nicaragua, 1884 a 1885; El Republicano, 1884; La Voz del Pueblo, 1884 a 1886; El Diario Nicaragüense, 1885 a 1891; Estandarte Nacional, 1886, El País, 1887 a 1888; El Independiente, 1887; la Estrella de Nicaragua, 1889 a 1890; El Centella, 1890; La Opinión Nacional, 1890; Diario de la Capital, 1892; El Siglo XX, 1892.

    En la actualidad se siguen microfilmando los citados periódicos, hasta completar en cuanto sea posible las colecciones. También el señor Director del Archivo General de la Nación tiene el propósito de microfilmar gran cantidad documentos que ha traído de los Archivos de Centroamérica, relacionados con la historia de Nicaragua.

    Con la presente información, deseamos ofrece4r una posible solución al problema expuesto por el prestigiado Doctor Jerónimo Aguilar Cortés, para que en Nicaragua no desaparezcan los Archivos. A los esfuerzos del Gobierno deben sumarse también las organizaciones privadas, culturales y sociales para que los documentos que constituyen parte del tesoro del país no desaparezcan.

Managua, D.N. Junio, 1967.

ROBERTO TERÁN G. División Fotográfica

MIGUEL SALVADO.- Técnico en Microfilmación

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