lunes, 17 de febrero de 2014

FUGA DRAMÁTICA Y HEROICA DEL CORONEL SANTOS LÓPEZ. Por: Benjamín Cabrales Castillo. En: El Nuevo Diario. Domingo, 3 de agosto de 1980. Página 6.

Anécdotas de los compañeros del General Augusto C. Sandino

Cuando el Gral. Sandino y el grupo de valientes guerrilleros que lo acompañaban llegaron a Managua se hospedan en casa del Ministro de Agricultura Don Sofonías Salvatierra, y el día que asesinaron al General Sandino y sus Generales, Ferreti le pidió permiso al Gral. Sandino para ir a visitar a familiares a Granada, según me contó el Coronel Santos López.

Coronel Santos López












Ya por la tarde salió a la calle Sócrates Sandino hermano del Gral., y regresó bastante picado, de manera que el Gral. Sandino le ordenó al Coronel Santos López que no lo acompañaría a Casa Presidencial, pues tendría que cuidar a Sócrates y no dejarlo salir a la calle, orden que el Coronel Santos López cumplió.

Ya siendo como las 10 de la noche Sócrates se durmió en una silla mecedora, en ese momento llegó el yerno de Don Sofonías que se sentó a platicar con el Coronel Santos López y pasados unos pocos minutos llamaron de la cocina a Santos para darle un café; el Coronel López se fue a la cocina y le pidió a un niño que se fuera a la puerta a vigilar y que si miraba guardias que lo llamara, desgraciadamente en ese momento que el niño llegaba a las puertas se acercaba un grupo de guardias y el niño le gritó al Coronel López: --la guardia!-- y a continuación la guardia le disparó al niño y disparó matando a Sócrates y al yerno de Salvatierra.

Santos López sacó su 45, disparó contra la guardia hiriendo o matando dos guardias e inmediatamente se subió a una escalera que estaba en la cocina, saltando para la calle al lado de la iglesia El Calvario, de manera que la guardia no lo vio y se fue corriendo sobre la calle rumbo a la montaña y doblando sin detenerse bastante detrás de la Loma, durmiendo por las lomas de Mateare. Muy de mañana caminó para Momotombo encontrando a la guardia en una encajonada de una hacienda de un Sr. Argüello, con los que se lio a tiros; él tiró a dos guardias y a él le dieron un refilón en una pierna, pero por suerte los guardias huyeron y  él pudo seguir adelante hasta llegar a una cuevas en Momotombo, donde encontró a un grupo de ladrones de ganado que en ese momento estaban asando carne; los ladrones le dieron de comer y le lavaron la herida y se la vendaron; allí descansó un rato y después se dirigió a la loma La Pelona que queda detrás y al norte de San Cristóbal y allí se quedó a dormir, ya que conocía toda esa zona pues él con el General Colindres derrotaron en La Pelona a la Academia Militar, después siguió para Somotillo pasando a Honduras por una vereda de contrabandistas, llegando por la noche al caserío El Castaño y se dirigió a un rancho donde había una fiesta de un Santo, El San Antonio del Palo de Agua. Llegó con tan buena suerte que el dueño del rancho era nicaragüense emigrado y Juez de Mesta, contratista de la siembra de caña de azúcar del ingenio Santa Cruz, de Don Perfecto Tijerino, también nicaragüense notable.

Santos no llegó al rancho pues se quedó cerca y  detrás de un árbol, poco rato después un muchacho se fue por donde estaba Santos con el objeto de orinar y lo vio, regresó a informar al Juez de Mesta y contratista de la siembra de caña de azúcar del ingenio de Don Perfecto Tijerino, que ahí estaba un hombre con sangre en una pierna, inmediatamente el juez de mesta se fue a ver al hombre, es decir al Coronel Santos López y lo invita a que pasara a su casa a comer algo, invitación que acepta Santos López. Ya en casa, el juez le preguntó por su nombre y Santos le dijo quién era, inmediatamente el Juez de Mesta le dio su nombre: yo me llamo Conse Castillo, soy  de Chinandega y, soy  el que tengo el contrato de la siembra de caña del ingenio de Don Perfecto Tijerino y también soy emigrado, para mí es un honor tenerte en mi casa y a continuación se tomaron dos tragos de guaro y comieron dos nacatamales con café, después le curó la pierna con café negro fuerte y caliente. Santos le dijo, --ese apellido de tu patrón me es conocido, pues el General Sandino mucho mentaba a un Sr. Toribio Tijerino, con mucha frecuencia nos mandaba cantidades grandes de tiros, medicinas y de comida y nos mandaba a Danlí a casa de Don Chepito Idiáquez, que era casado con una sobrina del Gral. Raudales, de manera que esto me da confianza y me gustaría ver a Don Toribio Tijerino, yo no lo conozco personalmente, pero sé que es amigo y que es buen nicaragüense.

Conse le dijo a Santos López: ---en el Ingenio está Don Perfecto, ya voy a mandar un correo para avisarle que tú estás aquí y que estás herido, Santos se alegró y dijo estaba bien pero que también le avisaran a Don Toribio, el correo salió inmediatamente con una carta para Don Perfecto Tijerino, al recibir la carta Don Perfecto se fue inmediatamente a Namasigüe para comunicarse con Don Toribio Tijerino y se regresó al ingenio a donde Conse Castillo en caballo aperado para que en la mañana llevaran a Santos López al ingenio.

Santos López Salió para el ingenio a las 7 a. m. donde esperó que llegara Don Toribio, Don Toribio llegó a las 11 a. m. almorzaron y salieron para Tegucigalpa a las 10 de la noche, después esperaron un rato en el puerto San Lorenzo donde Toribio tenía una fábrica de jabón, Santos nunca había visto una fábrica de jabón y estaba maravillado cómo hacían el jabón, de manera que al ver Don Toribio el entusiasmo de Santos le dijo, ve Santos, vos vas a manejar esta fábrica, pues yo te voy hacer jabonero y Santos le dijo a Don Toribio yo no voy a aprender porque no se leer y menos escribir, pues yo fue a la guerra con el Gral. Sandino cuanto tenía 12 años y a mi mamá no pudo ponerme a la escuela. Don Toribio le dijo que por eso no te preocupés, yo soy amigo de un profesor muy bueno y además es admirador del Gral. Sandino y de todos ustedes, Santos se abrazó a Don Toribio  y le dijo lo que no hizo mi padre por mí, usted lo va a hacer y Don Toribio le contestó: todos los nicaragüenses y centroamericanos tenemos una gran deuda con el Gral. Sandino y con todos sus hombres y a continuación salieron para Tegucigalpa, lo hospitalizaron y cuando estaba sano lo llevó a San Lorenzo y le puso como profesor al Sr. Gregorio Mejía, quien le enseñó rápidamente a leer, escribir y hacer cuentos como Santos decía.

Santos aprendió a jabonero rápidamente, pues don Toribio tomó gran interés en enseñarle. Poco tiempo después llegaron a donde Don Toribio el Coronel Heriberto Reyes, el Coronel Santiago Dietrich y Pancho Centeno, todos compañeros del General Sandino. En 1948 llegó el General Ramón Raudales, quien vivió varios años en mi casa y por poco tiempo estuvo conmigo el Gral. Colindres y cerca de 50 muchachos y viejos compañeros de lucha de ellos y del Gral. Sandino.

Por esa época se estaba preparando una invasión a Nicaragua, pero se aplazó por causas que después relataré, pues es necesario que el pueblo de Nicaragua lo conozca y sepa quién fue el traidor que luego costó muchas vidas en cuenta la del General Colindres.

Managua, 24 de julio, 1980.


No hay comentarios:

Publicar un comentario