NACIDO PARA LA INSURRECCIÓN.
Por: Manuel Espinosa Enríquez. En: Extra, No. 57. 7 de septiembre
de 1969.
* ¡Exclusivo! El más completo reportaje sobre el hombre No. 1 del
Frente Sandinista de Liberación Nacional.
*Mis hermanos –dijo—son los que se mantienen en la lucha
Unos gruesos espejuelos colaboran con el Frente Sandinista
de Liberación Nacional. Asisten en su lucha a los miopes y azules ojos
(herencia paterna) del hombre que más apasiona a Nicaragua: Carlos Fonseca
Amador.
Por fin, frente a la prensa nicaragüense el “principal
responsable” del Frente Sandinista satisfacía la inquietud de la ciudadanía por
conocer de su propia voz, lo que pensaba, sentía y quería, quien ha dejado
atrás todo sentimiento personal y familiar por abrazar con fervor una causa por
él considerada como santa.
LA TERCERA COMPAÑÍA
El nombre de la Tercera Compañía asocia trágicos recuerdos
para los nicaragüenses. Fue en un lugar con ese nombre donde pereció asesinado
David Tejada Peralta. Compañía en Costa Rica es la antítesis del recuerdo
aterrador. Allí se respira democracia y respeto por los Derechos Humanos. Por
una extraña coincidencia, los periodistas nicaragüenses encontramos a Carlos
Fonseca Amador en ese lugar.
En su primera confrontación con Espinoza y Montalbán de
EXTRA, Fonseca Amador estaba esposado y rendía declaración en un departamento
militar anexo a Casa Presidencial. La Tercer Compañía está muy distante de ese
lugar.
Con la misma energía y valor con que actuó en el Juzgado
Primero para lo Criminal de Managua, Fonseca asaltó los micrófonos para dejar
escuchar su voz. Lanzó el primer grito de que estaba siendo víctima de una
conjura de Somoza y señaló a su hermano como traidor y cobarde. Más tarde sin
utilizar estos términos analizaría con mayor profundidad, la actitud de Fausto Amador Arrieta.
Cuando los periodistas llegaron a la Tercera Compañía,
principal destacamento militar de Costa Rica, las autoridades de ese cuartel se
esforzaron en primer término por mostrar a los representantes de la prensa
nicaragüense todo lo que representaba su mayor reducto bélico. Unas cuantas
ametralladoras antiguas, dos morteros, varias decenas de rifles Browning y unos cuantos revólveres de reglamento. La
intención de los ticos era ostensible. Querían que los nicaragüenses, apreciando
el desprecio que en ese país se tiene por las armas, justipreciaran los
sentimientos que los animan frente al hombre que más abiertamente ha desafiado
el poderío militar del régimen nicaragüense.
LA BUROCRACIA TICA
Los periodistas nicaragüenses no tuvieron que hacer mucho
esfuerzo. Todo fue cuestión de tiempo. El Ministro de Seguridad Diego Trejos,
hijo del presidente y su oficial Mayor, Carlos Corea originario de Estelí,
Nicaragua, se comprometieron a la entrevista para las dos de la tarde del martes.
Ese día y a esa hora, Carlos Fonseca salía de su celda para convertirse en el
principal personaje del dramático encuentro con la prensa nicaragüense y esta
vez también costarricense.
Cmdte. Carlos Fonseca y su hermano Fausto Amador Arrieta |
Los periodistas ticos, aguijoneados tal vez por el interés
de los nicaragüenses, abandonaron la apatía con que cubrieron las primeras
noticias y acudieron a la cita de la persona que en 48 horas había alcanzado
trascendencia periodística que ellos no imaginaron.
La actitud de los periodistas costarricenses era fiel reflejo
de la forma como el pueblo había recibido la noticia. Para ser más exactos una
inmensa cantidad ni siquiera había reparado en ella.
FRIALDAD EN LA UNIVERSIDAD TICA
La captura de Fonseca solo era discutida por círculos
reducidos. Los políticos, los militares y algunos núcleos de intelectuales. En
la universidad nada alteró el ritmo normal de las clases y la Federación de
Estudiantes ni siquiera había tomado en consideración la suerte de Fonseca
Amador.
Paradójicamente, la búsqueda de reacciones en la Universidad,
nos llevó a conocer que el marxismo está más difundido en la ciudad
universitaria del barrio San Pedro de la capital costarricense que en las
universidades de la convulsionada Nicaragua. Librerías con literatura
exclusivamente marxista, banderines con la efigie de Che Guevara y hasta una
soda bautizada con el nombre del legendario guerrillero argentino, rodean los
amplios y pintorescos callejones de la Universidad de Costa Rica.
El Presidente de la Federación de Estudiantes se llama Mario
Tristán y vive con su padre Fidel Tristán, cuñado del expresidente Francisco
Orlich. Lo visitamos buscando a Bayardo Quintanilla, protegido de la
universidad por su calidad de estudiante y nos quedamos deslumbrados por la
impresionante biblioteca saturada de libros izquierdistas que llena una buena
parte de la casa, dicho sea de paso, casa de la alta burguesía y rebosante de
prosperidad económica.
CARLOS FONSECA A LA
VISTA
Caminando pausadamente Carlos Fonseca Amador fue sacado del
interior de la Tercera Compañía y trasladado a una pequeña celda transitoria a
la entrevista que se realizaría en un pequeño despacho, parecido a un aula y
que posiblemente está destinada a clases de instrucción militar.
Allí platicamos rápidamente con Carlos. El consabido que
tal, la presentación para los que no conocía (eran la mayoría) y la inmediata
intervención de oficiales rogando que se apartaran ya que la entrevista tenía
que ser colectiva. Un intento de fotografía a Carlos con la puerta de la celda
cerrada, fue impedida por el Jefe de Detectives Licenciado Víctor Rafael
Herrera. Fonseca reacciona y da el nombre del funcionario tico a los
periodistas para que lo conozcan, nos damos cuenta que es el mismo Carlos
Fonseca que se arrancó la camisa frente al Juez Morales Ocón para mostrarle las
huellas de las balas del Chaparral.
LA ENTREVISTA
El exordio que preside a todas las conferencias de prensa en
Nicaragua, incluyendo la del Presidente de la República, no faltó en la Tercera
Compañía y se le dieron cinco minutos a Carlos Fonseca Amador, para que
explicara su situación y dijera con libertad todo cuanto quisiera.
El guerrillero nicaragüense amplió lo que ya había esbozado
para EXTRA. Estaba siendo víctima dijo de una gran conjura en la que
colaboraban autoridades costarricenses, para perjudicar al movimiento
revolucionario nicaragüense el cual estaba necesitando del calor y estímulo de
los pueblos hermanos. Señaló que Somoza había hecho de su propiedad El
Murciélago en suelo costarricense, una base militar que más tarde le diera pretexto
de “protección a los nicaragüenses” e invadir Costa Rica, en sus afanes expansionistas. Atribuía pues
sin mencionarlo el entrevistado, la misma táctica en Somoza, que utilizó Hitler
para invadir la Renania, Austria, los Sudetes y Danzing en 1939.
Calificó como la mentira más grande que se ha dicho en Costa
Rica, la versión de que él había dirigido el asalto a la Sucursal de la Urruca
y más tarde en las preguntas exoneró también a Humberto Ortega Saavedra,
negando que hubiera participado en asalto alguno cometido en tierra
costarricense.
UNA MUJER CONFUNDIDA
Refiriéndose a la doméstica que lo había identificado como
la persona a quien alistaba ropa en una casa de San José y quien huyó junto con
sus compañeros el día del asalto, expresó que esa misma mujer había
identificado como uno de sus ocupantes a un miembro de la seguridad
costarricense a quien habían introducido en su celda para someter a un prueba
de veracidad a la testigo. “O esta mujer es parte de la conjura o el Frente
Sandinista tiene agentes dentro de la Seguridad de Costa Rica” apuntó el
entrevistado.
Más tarde también rebatió la coincidencia de su cambio de
residencia con la fecha del asalto, diciendo que en Costa Rica a pesar de que
no eran perseguidos como en Nicaragua, se mantenían entrenados en el cambio de
domicilio para cuando ingresaran a nuestro país y que uno de esos movimientos
había coincidido con el asalto, lo que no podía considerarse una prueba en su
contra, más bien los respaldaba, ya que no iban precisamente a movilizarse sospechosamente
el día que habían cometido un delito, cuando perfectamente lo podían haber
hecho antes.
En el final de su introducción apelo al civismo del pueblo
costarricense, de quien dijo no podía tragarse esa patraña y acusó al Jefe de
Detectives Licenciado Víctor Rafael Herrera de haberlo amenazado con enviarlo a
la muerte a Nicaragua si no se confesaba autor del asalto y de haber pretendido
que estampar sus huellas digitales en formularios que llevaban el membrete de
la guarnición militar de la Zona del Canal de Panamá. “Tuve que llenarme de
mucha entereza para rechazar tales cosas” dijo Fonseca Amador.
Más tarde el licenciado Herrera admitió los dos cargos, que
la amenaza era la única forma que encontró para interrogar a un hombre
endurecido en la lucha revolucionaria como Carlos Fonseca Amador y que los
formularios eran un obsequio del gobierno norteamericano que así colaboraba con
los pueblos de escasos recursos económicos.
SUS ÚLTIMAS ACTIVIDADES
Sobre su permanencia en Costa Rica manifestó, que la
dirigencia de su movimiento le había ordenado preparar una serie de documentos
y estudios de factibilidad sobre la situación de Nicaragua y que se encontraba
en esas labores cuando lo detuvieron.
Los documentos capturados a Fonseca Amador no han sido
hechos públicos, pero el Ministro de Seguridad adelantó que en breve serían
dados a conocer reservándose los que consideraban estrictamente personales del
detenido. El arquitecto minimizó la importancia de tales documentos, pero
fuentes extraoficiales revelaron que entre ellos había mapas y planos, que sólo
podían haber sido elaborados en el departamento de cartografía de la Geodesia.
Por un momento los periodistas creímos que Carlos Fonseca
iba a renegar de su parentesco sanguíneo con su hermano Fausto, aunque sus ojos
azules y el extraordinario parecido en la voz y ademanes, no podían dejarlo
hacer. Pero no. Carlos Fonseca iba a limitarse a una figura de ribetes líricos
revolucionarios: “Mis hermanos son los que luchan conmigo, los que no han
abandonado la causa del pueblo nicaragüense”.
Agregó luego que sí su hermano
quería luchar por Nicaragua debía volver al Frente y aludiendo sobre los
fracasos de que habló Fausto en su entrevista de prensa, expresó con vehemencia
y levantando la voz, que los fracasos eran la premonición del triunfo, se
remontó a la lucha del cristianismo en los albores de la civilización que
inspiró el nazareno, a las luchas de América por su independencia y las gestas
nicaragüenses contra la intervención americana que culminaron con Sandino y el
retiro de las tropas de la marina norteamericana. Exaltó la figura de Julio
Buitrago de quien dijo había luchado solo contra 400 guardias nacionales, dos
tanques y una avioneta, manifestando que por cada miembro del Frente que caía
surgían diez que lo reponía y que la conciencia revolucionaria en Nicaragua
estaba llegando a tal grado que las mujeres se enfrentaban en las calles a los
guardia con metralletas, aludiendo indiscutiblemente de la joven universitaria
que lanzó su zapato contra un militar en León.
“Hemos sufrido muchos golpes” admitió Carlos Fonseca, “pero
no hay golpes más grandes que otros y al final venceremos” explicando sobre una
pregunta que cuál había sido el golpe más grande que había sufrido el Frente
Sandinista.
Cerró esta parte de su entrevista con otra frase de efecto:
“No hay fracasos definitivos en la lucha de los pueblos, sólo victorias
definitivas”.
LAS CONSIGNAS
Insistiendo los periodistas sobre las declaraciones de su
hermano, le trasmitieron lo afirmado por Fausto de que eran deshonestos los que
seguían consignas internacionales. En este momento Carlos Fonseca quería
interrumpir la pregunta dominado por el deseo de contestarla con animación.
“Si” dijo, “obedecemos consignas internacionales, la consigna internacional que
lanzan las cenizas del comandante Ernesto Che Guevara desde la cordillera de
los Andes y la consigna que nos legó Sandino de las montañas segovianas de
luchar hasta el morir por la liberación de nuestra patria.”
Sobre la salvedad que hizo Fausto en el sentido de que su
hermano estaba siendo presionado y que en un comienzo afirmó en el juzgado no
ser comunista y que hasta quizo formar un Partido Sandinista legal, dijo que
era absurdo que se dijera tal cosa y que la persona que lo instara a dejar las
filas revolucionarias, refiriéndose lógicamente a su hermano, debía ser
considerado como un agente del enemigo. Admitió sí que efectivamente en 1965
quizo llevar la lucha por el camino de la legalidad, pero que rápidamente se
convención de que esto no era posible.
PELEÓ EN PANCASÁN
La incógnita de que sí Carlos Fonseca Amador estuvo en
Pancasán, quedó despejada. Cuando a Carlos se le dijo qué pensaba de lo
afirmado por el Coronel Samuel Genie, de que nunca daba la cara y mandaba a la
muerte a sus compañeros, repitió lo que expresara a Morales Ocón del plomo que
tiene en sus pulmones cuando cayó en primera fila en El Chaparral y agregó que
también estaba en primera fila y combatiendo contra el enemigo de las montañas
de Matagalpa, en los sucesos conocidos como de Pancasán.
Por razones de seguridad se negó a contestar todas las
preguntas que se le hicieron sobre su itinerario en los últimos años y meses,
incluyendo sobre sí estaba en Nicaragua cuando las refriegas de Las Delicias y
Santo Domingo.
De la muerte del Sargento Gonzalo Lacayo y la pretendida
vacilación que le atribuye la seguridad para tomar la decisión, contestó en una
forma ambigua, pero recalcando que era solidario y responsable de todas las
acciones que tomaron sus compañeros.
LA IDEOLOGÍA DEL FRENTE
¿El Frente es eminentemente marxista? A esta pregunta
contestó también con ambigüedad, diciendo que el Frente era una organización
que luchaba por la liberación de Nicaragua, que a la cabeza estaban los obreros
y campesinos, pero que admitía a todos los que lucharan sinceramente por
Nicaragua incluyendo a cristianos que siguieran el ejemplo de Camilo Torres
Retrepo. Agregó sin embargo que hasta el momento eran los marxistas los que
verdaderamente habían demostrado ese ardor revolucionario y por eso ocupaban los
principales cargos de la dirigencia del Frente.
DURO CON LOS
PERIODISTAS TICOS
A los periodistas costarricenses les contestó en forma dura.
A uno lo llamó temerario por insinuar su posible extradición A otro le negó a
contestarle sobre las personas que lo acompañaban en la casa que habitó en San
José y al representante de La Nación le
protestó airadamente por la palabra atraco que incluía en su pregunta cuando se
refería a los asaltos de Bancos en Nicaragua, manifestando que eran acciones de
recuperación económica.
Otro periodista tico le preguntó si peligraba su vida en
Nicaragua y contestó: “En Nicaragua nadie está seguro, ni el mismo obispo quien
recientemente fue agredido en las calles de Managua”. Con esta respuesta y
muchas otras, sobre todo lo referente a la censura radial en Nicaragua, dio
muestras Fo nseca Amador de encontrarse bien informado de lo que pasa en
Nicaragua.
AGÜERO Y CHAMORRO
Preguntado sobre los dirigentes de la oposición tradicional
y más concretamente sobre el Doctor Pedro Joaquín Chamorro y el Doctor Fernando
Agüero, dijo refiriéndose al primero que hacía una oposición legal que era la
que le gustaba a Somoza y que toda su buena voluntad no servía para nada, ya
que el camino al infierno estaba empedrado de buenas voluntades. De Agüero… Con
gran desprecio dijo, eleven a la millonésima parte los defectos del Doctor
Chamorro y ahí encontrarán a Agüero.
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