RUBÉN DARÍO, CORONEL
DEL EJÉRCITO. Por: Octavio Rivas Ortiz. En: “Ariel”. Quincenario antológico
de Letras, Artes, Ciencias y Misceláneas. San José de Costa Rica, 15 de
diciembre de 1939. Serie XIX. Número 56. Pág. 1418. Director: Froylán Turcios.
──────────Ω Ω
Ω ──────────
RUBÉN DARÍO VESTIDO CON EL HÁBITO DE CARTUJO |
──────────Ω Ω Ω Ω Ω ──────────
¡Parecerá una
paradoja! El alto vate quedó inscrito en el escalafón militar del año de 1892.
Por aquellos
tiempos nuestro aeda vivía vida insegura de aflicciones económicas, de
ambulantes bohemias y de ensueños sin guía.
Los hombres del
partido privado del Presidente Roberto Sacasa, apodados Los piches, se apiadaron de la situación de pobreza de Rubén. En
casa del general Hipólito Saballos –uno de los
piches—, dieron en juntarse el Dr. Bengoechea, Francisco Huezo, Jesús
Hernández Somoza y otros.
Vino a la
tertulia el caso triste del poeta. Cada quien opinó sobre la mejor forma de
ayudarle. Pero acertó uno de los concurrentes, el que sugirió se le hiciera
Coronel del Ejército para que percibiera un sueldo apreciable con qué
enfrentarse a la existencia. En uno de los números de la Gaceta Oficial del mes de marzo de ese año del 92 aparece el
acuerdo munificente. Desde esa fecha gozó Darío, si no de los honores, al menos
de la dotación económica de ese grado. Después fueron su escapada de Nicaragua,
sus libros, su Gloria. El Coronel quedó en su tierra como una anécdota de sus
primeros días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario