lunes, 11 de enero de 2016

RUBÉN DARÍO, CORONEL DEL EJÉRCITO. Por: Octavio Rivas Ortiz.

RUBÉN DARÍO, CORONEL DEL EJÉRCITO. Por: Octavio Rivas Ortiz. En: “Ariel”. Quincenario antológico de Letras, Artes, Ciencias y Misceláneas. San José de Costa Rica, 15 de diciembre de 1939. Serie XIX. Número 56. Pág. 1418. Director: Froylán Turcios.

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RUBÉN DARÍO  VESTIDO CON EL HÁBITO DE CARTUJO
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     ¡Parecerá una paradoja! El alto vate quedó inscrito en el escalafón militar del año de 1892.

     Por aquellos tiempos nuestro aeda vivía vida insegura de aflicciones económicas, de ambulantes bohemias y de ensueños sin guía.

     Los hombres del partido privado del Presidente Roberto Sacasa, apodados Los piches, se apiadaron de la situación de pobreza de Rubén. En casa del general Hipólito Saballos –uno de los piches—, dieron en juntarse el Dr. Bengoechea, Francisco Huezo, Jesús Hernández Somoza y otros.

     Vino a la tertulia el caso triste del poeta. Cada quien opinó sobre la mejor forma de ayudarle. Pero acertó uno de los concurrentes, el que sugirió se le hiciera Coronel del Ejército para que percibiera un sueldo apreciable con qué enfrentarse a la existencia. En uno de los números de la Gaceta Oficial del mes de marzo de ese año del 92 aparece el acuerdo munificente. Desde esa fecha gozó Darío, si no de los honores, al menos de la dotación económica de ese grado. Después fueron su escapada de Nicaragua, sus libros, su Gloria. El Coronel quedó en su tierra como una anécdota de sus primeros días.



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