Nota del Editor del BlogSpot: Seguimos en el desafío de recobrar historias, en algunos casos, "alumbrar" hechos de nuestra Historia, que fueron abandonados o enterrados de forma expresa y exclusiva debido a la "mala levadura" humana; cuando ésto ocurrió a principios del siglo XX, surgieron velos de toda índole, y como sucede entre los humanos, el tiempo cargó con todo, en el carro del olvido. Siempre es importante confrontar la memoria documental, pues bien, en ese cometido hemos agrupado diversos textos, artículos periodísticos; todo lo que sirva para entregar a nuestros apreciables lectores, lo soportes y argumentos relacionados a la discusión larga y reiterada que rodeó la muerte de ese personaje, el doctor Manuel Coronel Matus. Entre los documentos está la carta manuscrita recibida por el doctor Felipe Rodríguez Serrano, de la cual conservamos una copia en nuestro "Archivo Histórico Dr. Eduardo Pérez-Valle"; de igual importancia los dos relatos del recordado periodista Juan García Castillo, ciudadano nacido a finales del siglo XIX, con ellos introducimos este interesante tema de permanente actualidad.
EUFORIA
REVOLUCIONARIA Y MUERTE DEL DOCTOR MANUEL CORONEL MATUS. Por Juan García Castillo. En: El Centroamericano, viernes 21 de julio
de 1967.
Misterio en un suceso de antaño
Un suceso muy comentado y debatido fue la muerte del
doctor Manuel Coronel Matus, ocurrido en los días siguientes a la entrada de
los soldados victoriosos de la revolución de 1909, que comandaban los generales
Luis Mena y José María Moncada.
Un misterio, pues no hay una versión definitiva rodea
la muerte de este prominente político y periodista, que fue figura destacada
durante el régimen del general Zelaya.
La euforia del triunfo hizo desatarse una persecución
violenta y con saña contra los liberales, no sabemos si ordenada por los jefes
revolucionarios o por la oficialidad, en aquel desborde de pasiones. Pero lo
cierto es que en esos días, los que habían servido al general Zelaya y al
doctor Madriz se llenaron de temor.
Unos salieron para el destierro; otros se ocultaron,
esperando que pasara la tormenta, pero muchos otros, entre ellos, Coronel Matus
que no tenía en sus manos mancha de peculado ni había ordenado o ejecutado algo
reprobable contra sus adversarios, esperaron tranquilos el desarrollo de los
acontecimientos.
Las informaciones de aquel tiempo dicen que poco antes
de su muerte, el doctor Coronel Matus estaba en La Gallera , punto de reunión
de los políticos, pues era muy amigo del general Aurelio Estrada, hermano éste
de victorioso jefe de la revolución, general Juan J. Estrada.
Se habló en La Gallera , de la persecución de que estaba siendo
objeto los servidores de los regímenes anteriores y de la actitud que debían
tomar los perseguidos.
Me cuenta persona que estuvo presente en esa reunión
que el doctor Coronel Matus, dijo:
--A mí no me capturan vivo, yo moriré combatiendo.
Y saltó para la casa donde hospedaba, la del doctor
Sebastián Gustavo Escobar, a quien le unían lazos familiares.
La casa del doctor Escobar, estaba situada al lado
norte de la entonces Iglesia Parroquial, hoy Catedral Metropolitana. Era una
residencia con amplios corredores a la calle, donde sus hijos e hijas, formaban
animadas tertulias con sus amistades, los jóvenes de aquel tiempo, improvisando
bailes o cualquiera otra de loa modestas diversiones de la época. Los managuas
de entonces la recuerdan.
EL MISTERIO
Se supone que cuando el doctor Coronel Matus cruzaba
la calle, que conducía a la casa del doctor Escobar apareció un pelotón e
intentó capturarlo.
El doctor logró penetrar seguido de dos policías o
soldados, hasta el interior de la mencionada residencia. Acto continuo se oyó
un tiro y Coronel Matus caía sin vida, víctima de un certero disparo, en un
charco de sangre.
Todo ocurrió rápido, tan rápido que no pudo
establecerse si el prominente ciudadano se suicidó o fue muerto por los que querían
capturarlo.
Muchos años han pasado, desde este suceso y hasta el
momento, nadie, absolutamente nadie, ha logrado descifrar el misterio, surgido
desde el primer momento de la muerte del distinguido político nicaragüense.
La ciudad y el país entero se conmovieron, porque
Coronel Matus gozaba del aprecio general. En el régimen en que prestó valiosos
servicios, mientras otros se enriquecían, al caer su partido estaba muy pobre.
Los funerales del doctor Coronel Matus, fueron una
apoteosis; sus restos se sepultaron en el Cementerio de San Pedro y en el
desfile fúnebre, ardorosos oradores liberales, pronunciaron encendidos
discursos, reafirmando su devoción a sus principios.
El doctor Coronel Matus fue un polemista destacado. Me
contaba mi padre, que como he dicho a través de esta crónica, era tipógrafo,
que muchas veces por la premura del tiempo, el periodista y polemista
mencionado, no podía escribir sus
editoriales y entonces, como muchos escritores de aquellos tiempos, los dictaba
con la fiel puntuación de viva paz al cajista.
Hoy, muy pocos se acuerdan del doctor Manuel Coronel
Matus, a quien siendo joven, en un Congreso Constituyente en el derruido Banco
Nacional, cosechó nutridos aplausos como orador fluido y combativo a pesar de
que el asma, la terrible asma que sufría, cortaba en ocasiones, su disertación.
En los recordatorios patrióticos de su partido, se
mencionan muchos nombres, pero muy poco, casi nunca el del doctor Manuel
Coronel Matus, cuya tumba en el Cementerio de San Pedro, nadie se acuerda
visitar.
En estos tiempos son otros los deificados por el
servilismo reinante, que nunca podrán tener las ejecutorias de Coronel Matus,
como luchador por el triunfo de su credo político, como nicaragüense que amó y
sirvió a su patria desinteresadamente y que murió pobre, muy pobre.
SUICIDIO DE
MANUEL CORONEL MATUS, PROMINENTE POLÍTICO Y PERIODISTA. Por Juan García Castillo. En: El Centroamericano. León, 28 de
Septiembre de 1967.
Años más tarde apareció otro diario. Lo dirigía el
Doctor en Medicina, Felipe Avilés. El era director y redactor y como reportero
tenía a don Gratus Halftermeyer. Los otros diarios; “El Comercio” y “La Tarde ” eran de cuatro
páginas, teniendo “El Comercio”, mayor circulación. El señor Castrillo era
nativo de El Viejo y el Doctor Avilés había nacido en Rivas de donde salió para
Estados Unidos y se graduó de Médico, pero fue un médico sin clientela, por lo
que se convirtió en “periodista”.
Y ya que de médicos hablamos, cabe rememorar a dos
profesionales de la medicina, que disfrutaban de clientela, pero que jamás
operaban.
Eran los doctores Alejandro Espinosa y Gustavo
Sebastián Escobar. Médicos de los pobres a quienes recetaban “apazote”, si
padecía de lombrices el cliente o purgante de aceite de castor para el catarro,
si padecía de indigestión reubarbo; para las tercaianas, que así denominaban
las fiebre palúdicas, cholagogue o infusorio de una hierba amarga, “el
sudorífero”, para sudar la calentura.
No se sabía de inyecciones, apenas lavativas. El
Doctor Espinosa vivía en una esquina, al lado occidental de la Iglesia San Antonio en una casa
de su propiedad.
El Doctor Escobar, espigado, erecto de cuerpo, usaba
invariablemente levita y “sombrero bolero” o sea bombín. Ninguno de estos dos
profesionales iba a ver a sus enfermos a caballo o en coche, sino a pie. La
casa en que vivía el doctor Escobar, una casa de corredor, que existió hasta
hace pocos años, era amplia de corredores exteriores y como tenía hijas
atractivas por su feminidad se mantenía plena de jóvenes pretendientes. Queda
muy poca, quizás ninguna descendencia del Doctor Escobar.
Fue en esa casa de corredor, que ya no existe de la
propiedad del extinto doctor Escobar, donde se registró, recién triunfante la
revolución de 1909, el suicidio del Doctor Manuel Coronel Matus, periodista,
abogado y político liberal. Se disparó un tiro en la sien, cuando se refugió en
esa casa perseguido por las autoridades del nuevo gobierno. Prefirió el Doctor
Coronel Matus morir antes que caer vivo en manos de sus perseguidores.
Sin embargo otra versión de esa muerte, que circuló en
esos días, era que, los perseguidores le dieron tiro por detrás.
Sus funerales fueron un apoteósico del liberalismo
managüense.
Managua,
D. N. Agosto 16 de 1963.
Sr. Dr.
Don Felipe Rodríguez Serrano.
Su Despacho – Ciudad.
Mi muy estimado doctor:
Atendiendo su indicación de
ayudarle en lo posible para la segunda edición del estudio genealógico de las
familias Matus Rodríguez, le adjunto esos pequeños datos que usted olvidó en el
primer folleto, y me sentiré muy feliz de que le sean útiles.
En
la familia de don MANUEL ORTEGA MATUS, además de las hijas mujeres que usted
mencionó hubo una llamada Delia, esposa que fue del Dr. JUAN MANUEL MENDOZA, ya
difunto, y residente en Guatemala; otra llamada Julia que murió soltera muy
jovencita.
En
la familia de don CIPRIANO MATUS, hubo, además de los varones mencionados por
usted, otro varón, que murió trágicamente muy jovencito, ahogado en la poza de
“Gacatan”.
En
la familia del Dr. Don MANUEL CORONEL
MATUS, sus dos primeros hijos fueron naturales, pero reconocidos, el mayor
Manuel Alfonso, reside en los Estados Unidos, y el segundo José Luis, reside en
esta capital, siendo el apellido materno, Guerrero. El Dr., tuvo además de las
hermanas legítimas mencionadas por usted, un hermano natural que residió en
Masaya y San Marcos llamado don Alonso Coronel y una hermana también natural de
Diriamba, llamada doña Josefina Bendaña Coronel, esposa que fue de don JUAN
IGNACIO GUTIÉRREZ. Todos ellos ya difuntos.
Y un primo hermano llamado don Ramón
Ignacio Matus. Presbítero, recio historiador de basta inteligencia y gran
preparación; pero sobretodo fue un recio y cáutico conservador.
Hasta aquí los datos que por hoy puedo
proporcionarle, ojalá la encuentre de su agrado y sin mas particular por ahora
quedo de usted muy Atto. S. y amigo.
(f)
Salvador Espinosa Espinosa
Datos
suministrados por Dn. Salvador Espinosa Espinosa al Dr. Felipe Rodríguez Serrano, en
Agosto 8 de 1963.
Nota: Documento fotostático, manuscrito, que se encuentra en el Archivo Histórico Dr. Eduardo Pérez-Valle ; fue mecanografiado por FRS.
*********************************
Para entender los hechos, los siguientes párrafos:
Dice don Salvador que varias veces conversó con Don Rosa Mayorga de
Jinotepe y este señor le informó que el vio a la persona que le disparó un tiro
de revólver en la cara al Dr. Manuel Coronel Matus. Fue un policía de apellido
Vanegas, quien se había ofrecido para capturarlo. Se cree que el policía
Vanegas era pariente de los señores Vanegas que entregaron el Cuartel de Santa
Teresa en el año 1898.
Refiere
también el señor Espinosa que don BENVENUTO TERCERO, de oficio sastre, fue
sirviente y asistente de don Fruto por muchos años. En la Hacienda San Jorge en
el año 1921, el referido señor don Benvenuto Tercero le manifestó a don
Salvador, que Encarnación Monjarez le acertó un disparo de rifle en el costado
a don Fruto Chamorro; y que a consecuencia de este disparo murió don Fruto poco
tiempo después de haber sido herido. Cuando le refirió tal cosa, don Benvenuto
Tercero tenía más de 80 años.
Don
Salvador Espinoza tuvo con doña Aurora Somoza, hermana de Bernabé Somoza,
varios hijos, que son: Dolores Espinoza de Abaúnza, Aurora Somoza de Arévalo;
Francisco Emilio Espinoza, José Ramón Espinoza.
Que
don Bernabé Somoza tuvo los siguientes hermanos: Fernando Somoza, Francisco
Somoza y Aurora de Somoza.
**************************
Para entender los hechos, los siguientes párrafos:
Zelaya
había explicado el 16 de diciembre de ese año el por qué de su renuncia.
"Para evitar, dijo, la continuación de la guerra y, sobre todo, la
profanación de la Patria por los soldados yanquis".
Cinco
días después, uno de los principales colaboradores de Zelaya, el patriota Manuel Coronel
Matus, abuelo de los Coronel Kautz que hoy hacen filas en el FSLN al
lado de su Secretario General Comandante Daniel Ortega, presentó la propuesta
de un dictamen ante la Asamblea Constituyente de la que formaba parte. En ese
dictamen que fue aprobado unánimemente, puede leerse: "Las razones que
expone el general Zelaya para justificar tan grave determinación (la renuncia),
consiste en que arde actualmente una revuelta que amenaza la soberanía
nacional, en bochornosa complicidad con una poderosa nación extranjera, y que
los jefes en armas han declarado no deponerlas si Zelaya no se retira de la
Administración Pública".
Pero
no era solamente la renuncia o separación de la administración pública el
objetivo real que perseguían los conservadores y el imperio. Los hechos
posteriores así lo demostraron.
Como
también se dijo antes, al general Zelaya, lo sustituyó el Dr. José Madriz,
quien trató infructuosamente de hacer la Paz con los alzados. La negativa de
éstos confirmó que el objetivo real de ellos y de Washington era hacer
desparecer al liberalismo del escenario y la vida pública del país.
Consúltese
la carpeta: Historia de Nicaragua, subcarpeta: Los Hijos de Sandino. Pensando en Nicaragua por Ignacio
Briones. Publicado en: Bolsa de
Noticias. Lunes, 05 de Diciembre
2005 * Edición No. 3705.
(Remitido a los jóvenes colegas del Canal 4).
CENTENARIO DE LA MUERTE DE MANUEL CORONEL
MATUS. Por: Roberto
Sánchez Ramírez. En: El Nuevo Diario, 26 de agosto de 2010.
El Dr. Manuel Coronel Matus es uno de los personajes
más sobresalientes de la
Revolución Liberal de 1893. Periodista, director del Diario
de Granada, diputado de las Constituyentes de 1893 y 1905. Se desempeñó como
ministro de Gobernación, Relaciones Exteriores, Instrucción Pública, Obras
Públicas, Magistrado de la
Corte Suprema de Justicia, Magistrado de la Suprema Corte de
Centroamérica, Presidente de la Asamblea Legislativa de Centroamérica,
constituida por Nicaragua, El Salvador y Honduras.
La calidad humana del doctor Coronel Matus mereció que
sus contemporáneos le calificaran de “El Gran Justo”. Rubén Darío escribió que
era “muy culto de espíritu” y en otro escrito le señaló de “excelente amigo,
inteligencia brillante y alma noble”. El escritor guatemalteco Enrique Gómez
Carrillo decía que “sus palabras, cargadas de profunda filosofías, parecían
contener la esencia evangélica de la verdad”. Contradictoriamente desde el 28
de agosto de 1910, la memoria histórica de tan ilustre personaje ha permanecido
ignorada, en parte por las trágicas circunstancias de su muerte.
Nació en Masaya el año 1862. Descendiente del héroe de
la batalla de San Jacinto, José Luis Coronel. Su abuelo don Manuel Coronel,
siguiendo la costumbre de transmitir los nombres a sus descendientes le puso a
su hijo, José Luis Coronel, quien se casó con doña Dolores Matus. Él falleció
el 23 de septiembre de 1867 y ella, el 21 de noviembre de 1909.
Manuel tenía a la muerte de su padre apenas cinco
años, situación comparativa a la vida de sus hijos José y Dolores Coronel
Urtecho, en 1910. Si bien su familia era apreciada en Masaya, su situación
económica era difícil, a tal extremo que cuando finalizó la educación primaria,
tenía que viajar frecuentemente a pie hasta Granada, para poderse bachillerar
en el Colegio de Granada, llamado después Instituto Nacional de Oriente, del
que llegaría a ser su director.
Coronel Matus tenía un problema crónico de salud, era
asmático. Su delgadez le daba una escuálida presencia. Con grandes dificultades
logró viajar a Guatemala a estudiar la carrera de derecho. Fue su mentor
Alberto Montufar, uno de los principales ideólogos liberales. Gracias a su
talento, educación y cultura logró buenas relaciones.
Coronel Matus, físicamente desgarbado y asmático, con
pocos recursos económicos, pero con una gran cultura y honestidad impresionó a
Blanca, hija del Dr. Juan Ignacio Urtecho Cabistán y doña Magdalena Avilés
Briceño, bella joven granadina, educada en París, Francia. Del matrimonio
Coronel-Urtecho nacieron José y Dolores, procreadores de las familias
Coronel-Kautz y Chamorro-Coronel. Antes de casarse, tuvo Coronel Matus a Luis y
Alfonso.
Cuando se convocó para elecciones de diputados a la Asamblea Nacional
Constituyente, Coronel Matus resultó electo por el departamento de Masaya. La Asamblea se instaló el 15
de septiembre de 1893. Fue uno de los diputados que más intervino en la
redacción de la
Constitución Política de 1893 conocida como “La Libérrima ”.
El doctor Coronel Matus tuvo importante participación
en el manejo de la política exterior de Nicaragua. Uno de los convenios que
firmó fue el Tratado Matus-Pacheco en 1896.
Promovió la apertura de escuelas mixtas para “mejorar
las condiciones de los indios de Matagalpa”. En 1895 se estableció una escuela
normal para preparar profesores indígenas, diez por cada uno de los
departamentos de Matagalpa, Jinotega, Chontales y la Costa Atlántica
para facilitar la educación en esas regiones.
El 2 de junio de 1898, celebró contrato con el
educador Pablo Hurtado para establecer en Granada una Escuela Normal Elemental
de Maestros. El 1 de julio de 1898 firmó contrato con la Srita. Josefa E.
Toledo para fundar en Managua un Instituto de Señoritas, con enseñanza primaria
y secundaria, educación gratuita comenzando con veinticuatro alumnas internas y
cincuenticuatro externas.
En noviembre de 1909, Lee Roy Cannon y Leonardo Groce,
ciudadanos norteamericanos son capturados en el río San Juan, cuando realizaban
acciones terroristas en contra del gobierno del presidente Zelaya López.
Conducidos al poblado de El Castillo, son juzgados y sentenciados a muerte, la
que se ejecuta el 16 de noviembre.
El 1 de diciembre, el Encargado de Negocios de
Nicaragua en Estados Unidos de América, don Felipe Rodríguez, recibe una
notificación oficial, en la que se le comunica que quedan suspendidas las
relaciones con el gobierno del Gral. José Santos Zelaya López. Firmaba el Secretario
de Estado, Philander C. Knox, por lo que es conocida como la Nota Knox , uno de los
documentos más ultrajantes y humillantes que se conocen en la historia de las
relaciones internacionales.
Ante esa situación, el presidente Zelaya López
presenta ante la
Asamblea Nacional su renuncia el 16 de diciembre de 1909. Se
nombra una comisión especial para dictaminar sobre la renuncia y la elección
del Dr. José Madriz Rodríguez como nuevo presidente de Nicaragua. Ante tantas
presiones cunde entre los diputados la incertidumbre y finalmente votan por un
tímido Decreto, ante el que se produce el Voto Razonado del doctor Coronel
Matus.
Parte del Voto Razonado dice: “Por eso quiero dejar
consignada, como Representante del pueblo nicaragüense, mi voz de protesta y mi
grito de indignación contra la iniquidad de la fuerza, que se presenta en
nuestras playas como una amenaza de nuestra autonomía, como una negación de
nuestra independencia, como un abuso del poderoso que irrespeta la debilidad de
una República incipiente.”
El 20 de junio de 1910 renuncia el presidente Madriz
Rodríguez. Las tropas conservadoras comienzan a entrar a Managua, se produce el
caos, la anarquía y la persecución contra los más importantes liberales, a
pesar de que el presidente del nuevo gobierno es el Gral. Juan José Estrada
Morales, liberal, y su vice-presidente Adolfo Díaz Recinos, conservador.
El Dr. Manuel Coronel Matus se encontraba en casa de
su pariente, el Dr. Gustavo Escobar Coronel distinguido médico, originario de
Masaya, quien fue diputado y Presidente del Congreso Nacional. La tarde del 28
de agosto se presentó en forma violenta un grupo de militantes conservadores.
Coronel Matus rehúsa entregarse ante la posibilidad de una muerte humillante y
ultrajante y se suicida de un balazo en el baño de la casa.
Los restos del doctor Coronel Matus fueron sepultados
en el Cementerio San Pedro. En la década de 1950 fue cercenado, debido a la
construcción del edificio del INSS. Muchos restos desaparecieron o fueron
trasladados. Los del doctor Coronel Matus los llevaron y sepultaron a la par
del historiador José Dolores Gámez frente a las tumbas del ex-presidente Zelaya
López y del Gral. Florencio Xatruch, héroe de la Guerra Nacional de
1856. En el año 2002 la
Alcaldía de Managua inició un proceso de restauración del
Cementerio San Pedro incluyendo la tumba del doctor Coronel Matus.
No pueden las circunstancias de su muerte seguir
siendo un estigma en la memoria de este ilustre ciudadano, por encima de su
trágica decisión está la vida de quien fue considerado por sus contemporáneos
como uno de los personajes de mayor probidad, ejemplo de virtudes, especial
talento y sobre todo fidelidad a sus principios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario