miércoles, 29 de enero de 2014

HISTORIA DE LA FRASE: "SE QUEDÓ COMO LA NOVIA DE TOLA". Por: Carlos Abarca Cuadra. Junio 1956

SE QUEDÓ COMO LA NOVIA DE TOLA. Por: Carlos Abarca Cuadra. En: La Prensa, 2ª Sección, Domingo 3 de Junio de 1956. Pág. 1.

Refiriéndose a alguien que se queda esperando se le dice: “se quedó como la novia de Tola”, y esta expresión tiene su origen evidentemente cierto. Se desarrolla en Tola, pueblo del Departamento de Rivas, como a tres leguas de la ciudadd cabecera, hace aproximadamente 80 o 90 años:

Salvador Cruz, vecino del lugar se enamoró de una muchacha llamada Hilaria Ruiz, después de corto período de de noviazgo resolvieron unir sus destinos tal como Dios manda. Para llegar a esta resolución, Salvador tuvo que separarse de Juana Gazo con quien había vivido maritalmente, ante el disgusto consiguiente de ésta. Pero en fin todo queda arreglado y se determina un domingo como día del enlace; comienzan los preparativos y todo hace prever un casamiento rumboso.

Llega el día esperado y los novios tienen que ir hasta Belén porque en Tola no había por ese entonces ni párroco ni parroquia, y Belén era el lugar más cercano, donde el Padre León español los iba a casar; la novia con su velo blanco, él con sus zapatos negros, parientes, padrinos y amigos todos alegres acompañan a los felices novios.

A poco de salir, Salvador regresa, diciendo que algo se le olvidó, entra a su casa y luego se apresura para alcanzar a la comitiva; da la casualidad que pasa por la casa de su ex amante, la cuál lo llama y le dice: ¡Iday hombré! Ni siquiera te despedís de las viejas amistades, --él entra y toma un trago que le ofrece la Juana; hasta aquí son los datos que se conservan, los que vieron y oyeron esto. Mientras tanto la novia ha llegado a Belén y comienza la larga espera que dura hasta las primeras horas de la tarde en que, aburrida, regresa desconsolada acompañada de los suyos; al llegar a Tola se encuentra con la noticia de que su novio se metió otra vez con la Juana Gazo.

La gente vecina del lugar ha llegado a la conclusión de que en el trago que tomó Salvador iba revuelta alguna “química”, y había uno que decía que él había visto a esa mujer levantarse a medianoche, encender el fuego y hacer ciertas cosas del demonio.

Pero el destino es extraño; al cabo de algunos años el novio y la Novia de Tola se “juntaron” y vivieron así muchos años. Los dos ya murieron hace ya algún tiempo a edad muy avanzada, le sobrevive su hija doña Hercilia Ruiz, señora como de unos 70 años, la cual nunca se ha casado y vive actualmente sirviendo de cocinera en una finca en las cercanías de Tola. A ella y todas las personas que me facilitaron datos con los que pude componer este relato, mi agradecimiento.


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