lunes, 27 de enero de 2014

¡SAN JACINTO! HIMNO DEL DOCTOR LEANDRO GARCÍA. Por: Anselmo Fletes Bolaños. Octubre, 1920.

¡SAN JACINTO! HIMNO DEL DOCTOR LEANDRO GARCÍA. Por: Anselmo Fletes Bolaños. En: La Patria. Ciencia, Literatura, Arte. León, 1 y 16 de Octubre de 1920.Núm. 9 y 10.  Año XXVI. Tomo X.   Director: Félix Quiñónez.

Harold, un colaborador de La Patria, de León, publica en los números 20 y 21 de esta revista literaria, correspondientes al 16 de marzo y el 1º de abril últimos, los himnos nacionales de Nicaragua, Honduras, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y México, dejando al lector que juzgue si los centroamericanos pueden en verdad llamarse nacionales. Resueltamente juzgamos que no, una vez que, habiendo Centro América nacido en una sola Patria a la vida independiente, ninguno de esos himnos responde al verdadero sentimiento de la unidad nacional, no importando para el caso –como no debe importar nada –el que estén políticamente separadas las cinco secciones centroamericanas. Aparte de ese defecto capital, tienen otros por los que no merecen el concepto de verdaderos himnos. Harold no publica el himno del joven Salomón Ibarra, himno premiado sólo académicamente, debido a las intrigas de cierto maestro del sonido, que se ha guardado para si el premio material de córdobas que designara el Ministerio de la Guerra, para el autor del himno que, a juicio del Tribunal nombrado al efecto, resultase mejor entre los concurrentes; no lo publica Harold, sin duda por no conocerlo; pero, sin contradecir en lo mínimo nuestra Historia de un concurso literario, que salió en el número 18 de La Patria, no titubeamos en juzgar que el himno de Ibarra tiene aquel mismo defecto capital. Además, no se sabe si los jurados examinadores tuvieron el trabajo de Ibarra por mejor, entre varios malos o regulares, o si por ídem entre buenos.  Y entendemos que un himno deber ser lo mejor de lo bueno, y a que no lo mejor de lo mejor.

¡Los cinco himnos que representa Harold! Con éste creemos que no hay entre nosotros, un himno nacional calificado oficial o académicamente, que merezca el nombre, pues los que se conocen no nos exhiben bien en sentido centroamericano de unidad, ni en el literario.

Pero si no tenemos un himno realmente nacional, sí contamos con dos, que pudiéramos llamar concretos o locales: uno de 1856, de Juan Iribarren, el único poeta granadino, el cual himno es, en nuestro concepto, la Marsellesa nicaragüense, en oposición este juicio al respetable de don Francisco Javier Medina, quien otorga tal calificativo al Alerta a la Raza, notabilísimo trabajo del doctor Santiago Argüello. Es conocido el himno que nosotros llamamos la Marsellesa nicaragüense. El otro es de 1892, compuesto por el doctor Leandro García a la memoria del general don Patricio Centeno, 2º jefe vencedor en el inmortal combate de San Jacinto, librado contra Byron Cole, lugarteniente de Walker, el 14 de septiembre de 1856. Don Pedro Baltodano, artista meridional, compuso la música de este himno, que fue estrenado por la Banda Infantil formada y dirigida por aquel maestro la noche del 14 de Septiembre de 1892, en una velada que se dio en Jinotega.

El autor de San Jacinto debe ser poeta, y el doctor García los, más que muchos que pasan como tales. ¡Y el doctor García no es considerado como versificador siquiera! Cuando las revistas literarias del país –no exceptuamos ninguna –engalanan sus páginas con los renglones cortos, hasta los nuestros!

San Jacinto es un verdadero himno, local hemos dicho; ¿y nacional por qué no? ¿San Jacinto no es acaso la primera acción de armas de que puede legítimamente enorgullecerse el patriotismo centroamericano? ¿No es por ventura la génesis de nuestra segunda independencia? Sin San Jacinto tal vez no se hubieran unido fuertemente contra Walker las cincos secciones de Centro América…

Literariamente hablando, San Jacinto es muy superior a cualquiera de los himnos centroamericanos que publica Harold. Menos extenso que el mexicano, quizás el mejor de la América Hispana –no América Latina—piensa Harold, y se refiere sólo a un hecho, exclusivamente a él; pero la inspiración con que está escrito y el patriotismo nacional que lo impulsa, no son inferiores a la inspiración y el patriotismo que campean en el de la heroica patria de Hidalgo, Morelos y Juárez.

Quisiéramos oír la opinión del ilustrado Harold al respecto.

HIMNO DE SAN JACINTO
A LA MEMORIA DEL GENERAL DON PATRICIO CENTENO

                       ¡Gloria, gloria mil veces al nombre
                       Del egregio, inmortal paladín!
                       Gloria al héroe y al mártir. Loores
                       De la patria al invicto adalid.

                                      I 

                      Negra noche sus sombras tendía,
                      La tormenta bramaba terrible,
                      Y el adverso destino, inflexible.
                      Nos cubría de terno baldón.
                      ¡Cara Patria! Tus santos altares,
                      Por audaz y ruin bucanero
                      ¡Profanados! ¡La muerte primero
                      Que la extraña, la vil opresión!

                                     II

                      En la tierra en que alientan los libres,
                      Es la tierra do puso la planta
                      El marino inmortal que agiganta
                      De los siglos el raudo correr.

                                  Coro

                      En la tierra en que un día brillara
                      El espléndido sol de Castilla,
                      No se infama ni abate ni humilla,
                      ¡Que es preciso morir o vencer!

                                   III

                      Y al combate, veloces volaron,
                      Como nobles leones heridos.
                      Patria mía, tus hijos queridos,
                      ¡Al combate a vencer o morir!
                      Santo fuego enardece sus pechos,
                      Sacro incendio su espíritu inflama:
                      Patriotismo, vivífica llama,
                      Los conduce y arrastra a la lid…

                                  IV

                      Por doquiera la sangre y la muerte,
                      Por doquiera el horror, la matanza,
                      Pero siempre la hidalga pujanza,
                      Pero siempre el heroico valor.

* Ejemplar de la revista "La Patria" en el Archivo Histórico Documental "Dr. Eduardo Pérez-Valle". 

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